Martín Sabbatella estuvo brillante al ser preguntado por María O'Donnell sobre por qué no renunció por razones de ética política, por así decir, a su banca al aceptar el nombramiento en el AFSCA: "hay dos opciones, renunciar o pedir licencia. Yo pedí licencia" (
casi al final del video). La verdad es que es irrefutable. Por un lado, es como si ante la pregunta de por qué invadió Polonia Hitler hubiese respondido: "había dos opciones: invadir Polonia o no invadir Polonia. Yo elegí invadir Polonia". Por el otro, nos hace acordar a cuando un miembro de La Causa dividía el mundo entre los que les gusta El Gallo Claudio y los que no, y hasta ahora nadie lo pudo refutar. Aunque no va a faltar el que alegue que en realidad, primero habría que dividir el mundo entre los que conocen al Gallo Claudio y los que no. Sea como fuere, la posición de Sabbatella por alguna razón nos hace acordar a una escena que ya habíamos usado en La Causa (
click), en la que el Sr. Castorini, el plomero representado por Vincent Gardenia en "Hechizo de Luna" (1987), explica cuántas clases de caños hay:
- Bien, Sr. Castorini, ¿qué
piensa?
- 10,800 dólares [N. de la R.: en 1987!!!].
- Eso parece ser muchísimo.
- Miren, hay tres clases
de caños. Está la clase de caños que Uds. tienen, y es basura, y Uds. pueden
ver adónde los llevó. Después está el bronce, que es muy bueno, a menos que
algo salga mal, y algo siempre sale mal. Y finalmente está el cobre, que el único
caño que yo uso: cuesta plata, cuesta plata porque ahorra plata.
- Pienso que deberíamos
seguir el consejo del Sr. Castorini, amor.
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