La Causa de Catón, tal como lo muestra su nombre y su muy modesta trayectoria de un breve tiempo a esta parte, es un blog que defiende la causa republicana, esto es, la causa perdida. Sin embargo, en esta ocasión, en vísperas del primer debate presidencial de nuestra historia y a una semana de la segunda vuelta que definirá estas elecciones, nos complace enormemente anunciar públicamente que el candidato que apoyamos sin reservas no solamente representa acabadamente los ideales republicanos sino que tiene muchas probabilidades de triunfar.
Por si hiciera falta decirlo, ese candidato es Daniel Scioli. Nadie mejor que él representa decíamos el ideario republicano: el anti-personalismo y el combate contra la dependencia de las personas, la virtud cívica, la guerra contra la corrupción, la transparencia en la administración de los bienes públicos, el Imperio de la Ley, en fin, en una palabra, el principismo que no claudica aunque vengan degollando: siempre la misma posición.
Hace tiempo que queríamos hacer público nuestro apoyo, sobre todo debido a la insidiosa campaña llevada adelante por gente que se considera de izquierda, como por ejemplo el trotskismo, que trata de instalar maliciosamente en la opinión pública la idea según la cual Scioli y Macri, políticamente hablando, son básicamente lo mismo, y por lo tanto el voto en blanco es la mejor opción. Hablamos de “gente que se considera de izquierda” obviamente porque en nuestro país al menos la “ultra-izquierda”, como es de público conocimiento, es la posición de la Presidenta de la Nación.
Nuestra decisión de salir del clóset fue tomada esta misma mañana gracias a la nota que publicara Hernán Brienza, este modelo de intelectual comprometido, de integridad y desinteresado apego por las ideas. Nuestros lectores conocen nuestra debilidad por Brienza (dos botones de muestra: la Ley de Brienza y la Ontología de Brienza) y es por eso que, como se suele decir en inglés, vamos a sacar una hoja del libro de Brienza, por no decir que vamos a reproducir casi textualmente sus irrebatibles argumentos no tanto en contra de Macri, sino directamente a favor de Scioli.
Dicho sea de paso, nos permitimos inquirir acerca de por qué Brienza dice “Por qué no voto a Macri” (por qué no voto a Macri) en lugar de sostener a voz en cuello: “Por qué voto a Scioli”. Algún purista de la lógica podría sostener que del hecho que alguien no vote a Macri no se sigue necesariamente que deba votar a Scioli. Sin embargo, vamos a concederle esa premisa a Brienza y vamos a reformular sus argumentos a favor de Scioli.
1. “La primera razón es estrictamente afectiva”. “Todos los votos son de tipo afectivo, a no engañarse”. Los que votan a Scioli, entonces, “lo hacen o porque son como él o porque les gustaría ser como él”. Que nos perdone Horacio González, pero a nosotros “nos gusta lo que Scioli significa en términos sociales, culturales, económicos y políticos”. Además, los "funcionarios y seguidores" de Scioli nos representan personalmente.
2. A diferencia de lo que sucede con Macri y su familia, jamás un miembro de la familia Kirchner generó su riqueza "a costa del Estado argentino”, ni se benefició del régimen económico de la última dictadura militar.
3. La de Scioli en la Provincia de Buenos Aires ha sido la mejor gestión de la rica historia que tiene la Provincia (como bien dijera Hebe de Bonafini: "hizo mierda la provincia, pero hay que votarlo sí o sí"; no entendemos el "pero" en esta proposición, aunque estamos totalmente de acuerdo con ella). De hecho, precisamente debido a sus administraciones, el peronismo jamás ha sido derrotado en dicha Provincia en elecciones libres y democráticas y no lo será, al menos en la medida en que no tenga lugar un cataclismo como una dictadura militar.
4. A diferencia de lo que sucede con el macrismo, el kirchnerismo jamás estuvo infectado por economistas liberales ni por miembros de la así llamada “Alianza”, verdadero símbolo del fracaso a finales de los noventa, a los que no nadie quiere volver.
5. En cuanto al plan económico, quizás sea nuestra única duda. No tenemos idea de si Scioli va a llevar adelante un plan menemista, kirchnerista, o sciolista, quizás más sciolista que nunca como le gusta decir a nuestro candidato.
La cuestión es que Scioli no es lo mismo que Macri: "hay gente que trata de confundirnos pero tenemos corazón que no es igual, lo sentimos... es distinto".
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