El reciente ataque de Hamas contra Israel plantea una discusión inédita, en gran medida debido a que Hamas se ha encargado de difundir imágenes del ataque urbi et orbi. En condiciones normales, semejante difusión habría sido un golpe mortal para todo intento de legitimar el ataque. Sin embargo, hoy estamos asistiendo a una verdadera discusión sobre la legitimidad de dicho ataque. Mientras que una parte considerable de la opinión pública se expresa en contra de los actos de terrorismo (es decir, del ataque deliberado contra no combatientes, lo cual viola derechos humanos fundamentales), otros celebran el ataque y/o tratan de ponerlo en cierto contexto, de tal forma que el terrorismo termina siendo explicado y justificado en términos de los actos de sus víctimas (o en todo caso de Israel), lo cual implica que en el fondo no se trató de actos de terrorismo.
En esta discusión no es infrecuente asociar tanto a Israel como a Hamas con el nacionalsocialismo. Hamas mismo y sus defensores afirman que Israel es como la Alemania de Hitler. Los detractores de Hamas también lo asocian con el nacionalsocialismo. Sin embargo, existen claras diferencias entre ambos. En primer lugar, si bien ambos tienen como blanco preferencial a judíos, los números son obviamente incomparables. En segundo lugar, los nacionalsocialistas no hacían videos de lo que hacían contra los judíos, sino todo lo contrario. Trataban de ocultar lo que hacían debido a que la opinión pública se hubiera manifestado terminantemente en contra. Asimismo, los nacionalsocialistas preferían usar eufemismos, algo que no le podemos reprochar a Hamas.
En realidad, los nacionalsocialistas difundían videos pero para mostrar exactamente lo contrario de lo que realmente hacían. Por ejemplo, hay filmaciones de campos de concentración en las cuales parecen un spa en el que los judíos forman una orquesta de cámara para deleitar a los demás. En cambio, Hamas se enorgullece de mostrar al mundo sus videos de asesinatos y secuestros, así como de los cuerpos profanados de las mismas mujeres que asesinaron.
Quizás esto se deba a que, por un lado, la opinión pública mundial durante la Segunda Guerra Mundial no estaba preparada para una matanza de judíos, mientras que hoy la misma opinión pública parece estar dispuesta a tener un debate al respecto. Por el otro lado, Hamas todavía no ha logrado conformar un Estado (de los Estados siempre se espera más, tienen más responsabilidades) y por lo tanto todavía puede actuar sin ataduras (como los derechos humanos) al servicio de su causa que es la liberación del pueblo palestino oprimido por el Estado de Israel y la destrucción de este último.
Incluso asumiendo que Israel se comporta como la Alemania de Hitler, la pregunta en tal caso sería si hubiera sido legítimo, mutatis mutandis, asesinar, violar, secuestrar, etc., alemanes y alemanas no combatientes durante la Segunda Guerra Mundial, en el combate contra el nacionalsocialismo. Alguien podría sostener que de haber sido ese el caso, hasta los propios soldados alemanes habrían actuado correctamente si se hubieran dedicado a impedir estos actos de terrorismo cometidos contra alemanes no combatientes. De hecho, no faltan las críticas al bombardeo aliado de Dresden debido a que fue precisamente un acto terrorista, y lo mismo se puede decir de Nagasaki e Hiroshima. En cambio, da la impresión de que los ataques de Hamas que son claramente terroristas, para algunos están justificados (para los mismos que en otras ocasiones suelen hablar de derechos humanos).
Por otro lado, la política de tomar rehenes de Hamas supone que Israel es proclive a respetar estos escudos humanos, lo cual no parece ser la actitud de un Estado nacionalsocialista. No estoy diciendo que un Estado nacionalsocialista no reconoce límite alguno (por ejemplo, Hitler no aceptaba usar el gas mostaza, fundamentalmente por las represalias), pero sí estoy diciendo que los escudos humanos no hubieran impresionado a Hitler. Por su parte, cuando los alemanes se referían a los prisioneros de guerra soviéticos, la respuesta del gobierno soviético era: “no existen prisioneros de guerra soviéticos”.
Existe otra diferencia entre Hamas y el nacionalsocialismo. El nacionalsocialismo perseguía fines de ultraderecha (aunque no hay que olvidar que el titán favorito de Hitler era Prometeo, el titán de la liberación humana) mientras que Hamas suele ser apoyado por grupos de izquierda ya que su lucha es entendida como un combate contra la dominación ejercida por el Estado de Israel. Sin embargo, este es precisamente el punto: el terrorismo puede ser de izquierda o de derecha, estatal o insurgente y es por eso que cuando hablamos de terrorismo y de derechos humanos no tiene sentido hacer distinciones políticas, invocar causas o principios, sino que debemos concentrarnos en las víctimas. A las víctimas no les importa si quienes actúan lo hacen en nombre de la izquierda o de la derecha, si son insurgentes o miembros del Estado, e incluso si van a morir solamente como el efecto colateral de una acción, sino que simplemente no quieren morir.
Finalmente, quienes ponen en contexto el ataque deliberado contra no combatientes no sólo hacen lo mismo que quienes, v.g., ponen el Holocausto en el contexto del Tratado de Versalles (si no es que adoptan una posición que debería ser llamada negacionista), y explican la conducta de Hamas debido a la dominación israelí—la cual aparentemente ha tenido tanto éxito que ha convertido a Hamas en un grupo terrorista—, sino que no parecen darse cuenta de que al hacerlo dan a entender que la degradación moral de Hamas debido a la dominación israelí es tal que Hamas no puede tener responsabilidad política alguna en un Estado dispuesto a respetar los derechos humanos, por ejemplo en la Palestina laica y obrera por la que suelen abogar quienes defienden a Hamas. Una vez que logre su propósito (aparentemente la destrucción del Estado de Israel) Hamas debería retirarse de la vida política.
1 comentario:
De todos modos, más allá de como reaccione Israel ahora, Hamas logró su objetivo: Israel quedó desacreditado, el Mossad y el Domo de Hierro no pudieron frenar una ofensiva que hace tiempo que venía planeándose. Y el reconocimiento de Israel por parte de Arabia Saudita está completamente frenado. Lo importante es ver cómo sigue esto, pero no creo que ninguno de los movimientos de los actores sea definitivo ni duradero.
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