domingo, 7 de octubre de 2012

Constitución y Política (o Alberdi y Sarmiento, otra vez)




Hace muy poco (click) nos llamó la atención el parecido de una reflexión de San Hilario (mencionada por Sarmiento en sus Comentarios a la Constitución de la Confederación Argentina, que acaba de publicar Editorial Hydra, mééééééé otra vez) con cierto aspecto de nuestra realidad política. Ahora es una reflexión de Alberdi, el padre de la criatura hiperpresidencialista, en su respuesta a dichos Comentarios, la que nos llama la atención por su relevancia actual (y no precisamente por el tren bala): "Decir que la cuestión de organización se encarna en un nombre propio es personalizar la ley fundamental, es darle nombre y apellido para hacerla odiosa de un partido: política aldeana, pobrísima, estéril, que mantiene hasta hoy a la América española tan atrasada como el día en que salió de manos del gobierno colonial. Incapaz de elevarse a la altura de lo impersonal, de lo objetivo, de lo general, esa política todo lo ve por el lado de la persona. No hay para ella institución, interés, ley, sistema que no se llame Juan o Pedro. Pone a un ferrocarril, a un banco, a lo más útil, nombre y apellido, y con eso sólo rehabilita la carreta de bueyes en las simpatías estúpidas del espíritu de facción, que prefiere andar a cuatro pies por no valerse de un camino de fierro construido por un antagonista político" (op. cit., pp. 344-5).

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