miércoles, 25 de febrero de 2015

Minimalismo, Democracia y Estado de Derecho


En nuestro país se ha vuelto moneda corriente incurrir en serias imprecisiones conceptuales en ocasión de los debates políticos. En efecto, el concepto de “democracia”, afortunadamente, tiene tan buena prensa que usamos “democrático” para designar todo aquello que nos parece bien o es digno de elogio. Con otros conceptos como “fascismo”, pasa lo mismo, aunque afortunadamente al revés. Es decir, afortunadamente, el fascismo goza de tan mala prensa (excepto para personajes como “El Dictador” de Sacha Cohen) que quien prefiriera la carne bien cocida podría decir que la cocción de un bife es “fascista” precisamente porque quedó solamente a punto.

Uno de los problemas con la generalización de “democracia” para designar lo que nos parece correcto (y/o de “fascismo” aunque a la inversa) es que las nociones mismas pierden su sentido, o bien tienden a quedar reducidas a su más mínima expresión. En efecto, en nuestro país el Gobierno justifica sus decisiones amparado en el hecho de que obtuviera (al menos alguna vez) el 54 % de los votos, y precisamente por eso todo aquel que se le opone se convierte en un fascista, destituyente, golpista, etc.

Claro que si la democracia debiera ser entendida exclusivamente como el gobierno de la mayoría, correría peligro la tan buena prensa de la que afortunadamente goza la democracia. ¿Acaso cualquier cosa que decida la mayoría es eo ipso digna de elogio, y cualquier cosa que creyera una minoría es eo ipso digna de oprobio? Quien contestara que no, o bien desea poner en duda la suposición de que cualquier cosa que decide una mayoría es solamente por eso inatacable, o bien prefiere describir a la democracia de un modo más exigente, v.g., como el gobierno de la mayoría sazonado con la protección de ciertos derechos fundamentales.

Por si hiciera falta, nótese que la decisión de la mayoría bien podría proponerse, v.g., la represión con balas de fuego de manifestaciones anti-gubernamentales y/o la desregulación total de los mercados y su consiguiente y devastador efecto sobre los derechos sociales de un muy significativo número de personas, al menos en países como el nuestro. De ahí que en ocasiones tales como la conculcación de derechos fundamentales a manos de una mayoría, un poder contramayoritario, como por ejemplo el judicial, sería claramente deseable—y no golpista por definición.

Hablando del derecho, el Estado de Derecho en nuestro país también ha sido objeto de una devaluación similar a la de la democracia. En efecto, se ha vuelto frecuente por parte del Gobierno sostener que cualquier cosa que fuera sancionada legalmente, i.e. gracias al voto de una mayoría en el Congreso, es por eso mismo inatacable y/o conforme al Estado de Derecho. Toda pretensión de revisar la constitucionalidad de una ley, incluso una ley que afectara las reglas básicas de la democracia misma, es, a los ojos del Gobierno, por definición golpista. (En realidad, para el Gobierno la aplicación misma de la Constitución se ha vuelto golpista, pero no vamos a entrar en mayores detalles al respecto). En otras palabras, el Estado de Derecho para el Gobierno queda reducido a la idea misma de legalidad y por lo tanto toda disposición legal es por definición constitucional.

Semejante minimalismo constitucional es políticamente peligroso. El ejemplo obvio que aparece en esta clase de discusiones es el ascenso del nazismo al poder, que fuera completamente legal e irónica aunque decididamente denunciado por Carl Schmitt muy poco antes de afiliarse él mismo al nazismo. Schmitt, con razón, sostenía que era un suicidio para todo régimen democrático quedar reducido a la mera legalidad. Y de hecho, como las leyes en general se sancionan gracias al concurso de mayorías, la democracia minimalista y el Estado de Derecho formal no son sino dos caras de la misma moneda. Dicho sea de paso, uno de los pocos puntos en que tanto Schmitt como Hans Kelsen estaban de acuerdo, era que la idea del Estado de Derecho es tautológica, ya que todo Estado opera según reglas, reglas que encima son creadas por el Estado. 

Nobleza obliga, hay que reconocer que Lon Fuller tenía razón en que la legalidad en sí misma (al menos durante los dos últimos siglos), cuenta con una moralidad interna que impide que se cometan ciertas atrocidades siguiendo normas jurídicas. Por ejemplo, el nazismo cometió varias ejecuciones políticas siguiendo formas legales e incluso judiciales (se habla de unos 5000 condenados a muerte por año), pero que estuvieron obviamente muy lejos de permitir la comisión de un genocidio. Y fue precisamente por eso que una vez que el nazismo decidió poner en marcha el Holocausto, tuvo que apartarse del derecho. De este modo, el nazismo rindió un homenaje, ciertamente idiosincrático, a la moralidad interna del derecho. Sin embargo, insistimos, es evidente que se pueden cometer actos bastante atroces siguiendo reglas jurídicas, sin llegar a un Holocausto.  

La conclusión parece ser que si bien el minimalismo estético puede ser muy atractivo, su contraparte democrática y legal no solamente es conceptualmente empobrecedora sino que es políticamente muy peligrosa porque hace quedar muy mal tanto a la democracia como al Estado de Derecho. En efecto, solamente podría estar satisfecho con este estado de cosas quien creyera que toda decisión mayoritaria y que toda decisión legal, por el único hecho de ser mayoritarias y/o legales, son plenamente democráticas y/o conformes al Estado de Derecho. Da la impresión entonces de que es hora de abandonar el minimalismo democrático y legal para exigir concepciones más robustas, al menos para impedir que nociones que nos son tan caras como las de la democracia y la del Estado de Derecho caigan en descrédito.


  

martes, 17 de febrero de 2015

Armando Golpe Blando, ¿Arturo Golpe Duro?

La redacción del blog se ha reunido de emergencia (nuestras reuniones ordinarias tienen lugar los días viernes) para advertir a quienes tenían pensado ir mañana a la marcha del 18 F que por favor no lo hagan sino después de haber leído la nota que Mempo Giardinelli (MG) publicara en Página 12 al respecto (click). Se trata de una nota con muy serias acusaciones que deben ser tenidas muy seriamente en cuenta. Ignoramos el alcance de este blog, pero podemos estar seguros de que nuestros lectores si asisten a la marcha, no será porque no les avisamos.

Según MG hay “en marcha” un “golpe de Estado”. Se trata de un golpe muy pocas veces visto, no solamente porque están armando un golpe blando, sino porque se trata de un golpe constitucional. En efecto, según MG, que los fiscales acusen y que la gente se manifieste, si bien a primera vista parecen ser meramente ejercicios de sendos derechos, en realidad es anti-democrático. En rigor de verdad, MG no es el primero en creer que la democracia y los derechos no tienen por qué llevarse muy bien que digamos. El liberalismo del siglo XIX no dormía precisamente por el miedo que le daba esa confrontación. Lo curioso es que MG no se haya dado cuenta de que él mismo es un liberal.

Obviamente, MG no ignora que tanto los fiscales como los ciudadanos, como típicos porteños que son, van a argüir que están ejerciendo sus derechos precisamente constitucionales y que por lo tanto mal pueden estar participando en una marcha golpista. La respuesta de MG es muy sutil. No solamente MG reconoce que hasta puede haber “protestas genuinas” coladas en la manifestación, sino que MG sostiene que los fiscales y los manifestantes en realidad usan a la Constitución como una excusa, pero lo que quieren en el fondo es dar un golpe.

La teoría de MG va a revolucionar el pensamiento jurídico de Occidente. En efecto, a pesar de que la venta de pasajes en avión es tan legal como manifestarse, para MG si alguien le comprara un pasaje a otro con la esperanza de que el avión se cayera, semejante acción sería criminal porque dicha transacción tuvo lugar bajo el supuesto de una esperanza ilegal (o inmoral, dejamos que el legislador se expida al efecto). Quizás los manifestantes de mañana tengan derecho a manifestarse, pero sus esperanzas dejan mucho que desear; por lo tanto, un juez mempiano no debería permitírselos. Nos atrevemos a proponer que la misma interpretación constitucional se aplique al derecho de voto y que solamente cuenten los votos de quienes esperan que el partido del pueblo salga victorioso en las elecciones.

Un caso que podría dejar perpleja a la jurisprudencia mempiana es el siguiente. Supongamos que tenemos un vecino al que detestamos profundamente y un día nos enteramos de que se trata de un violador de DD.HH. (que no trabaja en la Secretaría de DD.HH.). La severa interpretación mempiana impediría que denunciáramos a nuestro vecino ya que lo haríamos no en aras de los derechos humanos sino para no encontrarlo en el ascensor.

Los motivos de los porteños malcontentos son obvios. Están frustrados por las conquistas sociales y laborales logradas en estos años, por la inclusión social y el igualitarismo típicos “de todo gobierno peronista”, aunque por otro lado francamente no tienen de qué quejarse gracias a los ya no sabemos cuántos casos aislados que ha habido de muerte por desnutrición infantil.

A mayor abundamiento y para despejar toda duda, MG hace público que “la Procuración del Tesoro de la Nación, que representa al Estado, aportó esta misma semana documentos probatorios de que en absoluto hubo conductas inadecuadas ni delictivas por parte del gobierno nacional”. MG tiene razón. Si hay alguna institución en la que podemos confiar ciegamente es cualquiera que dependa directamente de la Presidencia de la Nación.

Por si hiciera falta que aclarase que no es lo que se dice un oficialista obsecuente, MG dice a los cuatro vientos que el actual gobierno “ofrece claroscuros y metidas de pata, como ciertos excesos verbales de la Presidenta, la desdichada rotura de un diario por el jefe de Gabinete y algunas defensas corporativas de funcionarios de dudosa moral”. En efecto, de este Gobierno jamás se podrá decir que mintió, qué decir de violar la ley, o que no puso a la disposición de la Justicia a todos los funcionarios sospechados de haber cometido delitos, o que se le murió un fiscal justo cuando lo investigaba, etc.

Para colmo de males, MG advierte que la denuncia del Fiscal tuvo lugar “no casualmente el viernes, para que todo el fin de semana largo no se hable de otra cosa en los Carnavales”. Otra vez, típico de un porteño, esto de querer arruinar el fin de semana de carnaval. Juan Carlos Mareco debe estar dando vueltas en su tumba. Pero, a Dios gracias, nos tranquiliza MG al señalar que “Por fortuna en el interior, en la Argentina profunda, todo es diferente y para nada el país real comparte la locura inducida que se vive en la Ciudad de Buenos Aires”.

En fin, MG nos convenció. Es más, la actitud de quienes critican al Gobierno nos hace acordar a la conducta del cliente molesto antiperonista que se queja por un tenedor ligeramente sucio en el siguiente sketch de Monty Python, así como la reacción del personal del restaurante nos hace acordar precisamente al Gobierno por su solícita actitud ante cada crítica (quizás se deba además a una asociación de ideas motivada por la reciente y brillante comparación que hiciera el Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional entre los cocineros y los fiscales). Bon appétit:





sábado, 14 de febrero de 2015

Bienvenus à la Cause de Caton Service International

C’est avec grand plaisir que nous annoncions avec et par la présente entrée l'inauguration de la section La Cause de Caton Service International en français (aquí está la versión española original). À l’occasion, nous avons choisi de proposer au monde francophone un sujet si fascinant comme la notion de gouvernement tel comme il est exercé en Argentine.

En effet, l’opposition argentine, malfaisante comme d’habitude, accuse au gouvernement de Madame Kirchner, Présidente de la Nation, d’être personnaliste et de ne pas tenir en haute estime l’idée de démocratie délibératif.

Nous, nous croyons au contraire que l’art de gouverner de Madame Kirchner relève de ce que Michel Senellart dans Les arts de gouverner appelle très précisément « corriger » et « diriger » comme formes du gouvernement (bien que médiévaux), en faisant au même temps un hommage très evident à "La Vie de Brian" de Monty Python. Autrement, la suivante mise en scène à l’intérieur de la Maison du Gouvernement, dit Rosé, entre Madame la Présidente et ses militantes, serait inexplicable (merci beaucoup à @mis2centavos pour l'excellente édition du video):


- Madame la Présidente: vous avez une consigne que dit que si on me touche vous ferez je ne sais quoi (je ne peux pas le répéter parce qu’il n’est pas bienséant pour une Présidente de le répéter). Mais, je vous prie que vous changiez la consigne : au lieu de "qu’ils touchent à Cristina…", je vous prie que vous disiez "qu’ils touchent à la Argentine…", parce que ce qu'ils touchent n'est pas Cristina, mais l'Argentine.
- La multitude (très serviable): "tiens Gorille, tiens Gorille, nous ne le répéterons plus, qu’ils touchent à l’Argentina, les diables seront dechaînés".

À suivre.

domingo, 8 de febrero de 2015

Basta de Boios y de Golpes blandos

Por vez décimo octava, y a raíz de la muerte del fiscal Nisman, Carta Abierta ha provocado nuevamente una verdadera tormenta o tempestad de ideas para dar su parecer acerca de la realidad política de nuestro país bajo el sugestivo título “Entre el texto y la sangre” (click). Como las diecisiete veces restantes, se trata de una epístola que destila no solamente claridad conceptual sino además compromiso político crítico inclusive para con quienes dicen defender, i.e., el oficialismo kirchnerista.

Empecemos por la claridad, que no pocas veces es el obstáculo que provoca que la sofisticación intelectual se pierda entre los vericuetos de la divulgación. En efecto, hace poco Horacio González, también en relación al caso Nisman, aclaraba que “El suicidio es el momento de la voluntad final” (muerte lacónica), suponemos para excluir terminantemente la posibilidad de que el suicidado pudiera tener una voluntad posterior de escribir, por ejemplo, la carta que había olvidado dejar. Ahora, este ingenio colectivo o colectivo de ingenio llamado Carta Abierta sostiene, quizás de modo anti-wittgensteiniano, que “nadie puede morir la muerte de otro”, aunque esta afirmación está reveladoramente precedido por un condicional “si” que caracteriza a la duda y el sano escepticismo de todo emprendimiento intelectual. Nos preguntamos si esta negación experiencial se reduce a la muerte, o si, por el contrario, sí podemos sentir, v.g., las hemorroides de los demás.

La frase “textos extraídos del moralismo de sacristanes que escriben por metro cuadrado la égloga de desestabilización”, no solamente es un monumento a la claridad conceptual, sino que merecería convertirse en el ringtone de todo intelectual políticamente comprometido. Suponemos asimismo que la definición “Wikileaks, crónica dantesca de los rollos monásticos que escriben en secreto los copistas aplicados de los nuevos Imperios que redactan el estado del mundo” ya obra en Wikipedia bajo la voz correspondiente.

Por lo demás, aunque elogiamos la claridad conceptual, nos parece que la procacidad de frases tales como: “ésta, …, llevaba un indescifrado mensaje”, es a todas luces innecesaria. Y la equiparación entre el “taxista” y el “especialista en ciencias políticas”, podría convertirse en redundante para el caso de que fuera un politólogo el que condujera el taxi.

Hay una frase que nos llama poderosamente la atención, y es la siguiente:

“El relleno irresponsable de los signos directos de la culpa estaría a cargo de experimentados libretistas, quienes debían invocar con sacrosanta rutina a las mafias gubernamentales, a la pérdida de la república, al insoportable vilipendio de las instituciones, a la asfixia dictatorial que se estaba viviendo, a la indiferencia ética hacia una muerte, a comportamientos insensibles frente a un posible asesinato, a la Constitución arrojada al sumidero público, todo lo cual, sumado al desprecio insólito hacia un discurso presidencial que anunció una fundamental medida, muchas veces reclamada sobre la disolución y reemplazo democrático de los servicios de Inteligencia, remataba en el habitual anuncio de ‘descomposición’ final de las instituciones”.

Aunque se trata de la única frase cuyo significado ignoramos totalmente (quizás haya que armar al respecto un equipo de criptólogos similar al formado para descifrar el código Enigma), creemos que sería una pena accesoria ideal para complementar el castigo de todo infame traidor a la patria confeso, así como del castigo de todo criminal de lesa humanidad. Dicha lectura debería tener lugar sin permitir que el reo pudiera respirar y/o tragar saliva al menos hasta el punto y aparte, i.e., desde "El relleno" hasta "instituciones". Somos plenamente conscientes de que se trata de una violación del artículo 4to., inciso 3ro., de la Convención Americana de DD.HH., ya que implicaría el re-establecimiento implícito de la pena de muerte, ya que semejante proeza solamente podría llevarla a cabo un prodigio anaeróbico como John McCormack, tal como lo muestra su insuperable versión de 1916 del aria de Don Octavio, “Il Mio Tesoro”, de Don Giovanni. Todo otro simple mortal perecerá en el intento (quien conozca la versión puede saltear el siguiente video, aunque siempre es un placer indescriptible escuchar a McCormack):





Esta Carta Abierta no solamente es conceptualmente clara—una virtud que no abunda en nuestros días y sobre todo en nuestro medio—y hasta contiene castigos ejemplificadores para delitos aberrantes, sino que además tiene otro preciado ingrediente, la ironía. En efecto, la mismísima Carta que se abre criticando a quienes afirman el “‘cui buono’, famoso interrogante que falazmente lleva las responsabilidades hacia quienes supuestamente ‘se benefician’ de un crimen”, sostiene que en este momento “el… más lóbrego del periodismo nacional, se escriben artículos con los mil vericuetos que tiene este doloroso caso de muerte, y se analizan pequeñas incidencias con estridentes epítetos, despreciando una a una, sobre todo la más trascendental de las medidas del Gobierno –el más afectado por el hecho [el subrayado es nuestro]”. Decimos que se trata de una ironía porque no podemos creer que varios cientos de intelectuales no pudieron advertir esta contradicción, sino que por el contrario, se trata de una sabia humorada para bajar la tensión. No vamos a profundizar en que la apelación al cui bono? haría, entre otras cosas, que la designación de Boudou como candidato a vicepresidente fuera obra de Magnetto. No hay otra explicación.

Hablando de ironías, este blog presume conocer el género pero capitula incondicionalmente ante el sentido del humor que trasunta una epístola que sostiene en respuesta a los “muchos que les gusta la cortesía y el ritual” y “se entusiasman… con la crítica sobre un eludido pésame a Nisman” que “en verdad todo el discurso de la Presidenta fue un pésame bajo la forma de un reconocible lamento, que incluso se percibe en las ironías persistentes que están inscriptas en el carácter de su oratoria, y que sería bueno ver como síntomas de preocupación antes que de desdén”. Esta genialidad de Carta Abierta de inventar el concepto de “pésame irónico” no solamente  desearíamos haberla escrita nosotros (es más, a esta altura, no poca gente sospechará que el personal de La Causa tuvo algo que ver con la redacción de la Carta 18, ante lo cual solamente cabe responder que lamentablemente no podemos atribuirnos mérito alguno), sino que nos hace enrojecer de envidia y empalidecer de admiración por los autores de esta carta. Se trata de una creación que ni siquiera Monty Python podría haber imaginado (esperemos que nuestros lectores no se saturen de nuestras referencias a Monty Python, pero se trata de un país a todas luces pythonesco). “Chapeau”, o “respect”, como diría Sacha Cohen.

Una última ironía es la siguiente comparación referida a los cambios propuestos en la Secretaría de Inteligencia, comparación peligrosamente incluida sin leyenda alguna que advierta sobre los riesgos provenientes de su lectura (como no contamos con seguro ni queremos problemas legales, tenemos el deber de avisar a nuestros lectores que lo que sigue puede ser peligroso si es leído durante la ingestión de alimentos, o de cualquier otra cosa, por lo cual recomendamos suspender toda ingestión a partir de aquí, si es que ya no se han atragantado): “¿Pero hay fechas para los cambios sustanciales? Nadie señaló con el dedo el calendario y dijo ‘1789, Revolución Francesa’”. Otra vez, mal que nos pese, no tenemos nada que ver con la redacción de tal frase, sino que nos limitamos a reproducirla textualmente. Otra frase destinada a hacer historia es “golpes sintácticos en miniatura”, pero por razones de espacio no podemos detenernos más en ella.

En cuanto a la crítica implacable con el Gobierno mencionada más arriba, hay una denuncia en esta epístola que llega hasta el corazón mismo de la Casa Rosada. En efecto, Carta Abierta cree que todos los que “lanzaron la hipótesis de un asesinato” creían que el informe Nisman iba a “demostrar una verdad contundente contra el gobierno”. Como no puede ignorar que la mismísima Presidenta sostuvo que “no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas” [de que se trata de un asesinato] (2 Cristina ad Facebookenses 12: servicio internacional), Carta Abierta infiere entonces que la Presidenta misma era consciente de que el informe Nisman precisamente iba a “demostrar una verdad contundente contra el gobierno”. Para poder negar esta inferencia Carta Abierta debería reconocer que no lee las Cartas Presidenciales, una posibilidad que nos estremece con tal solo pensar en ella.

Para terminar, nos hacemos eco del valiente llamamiento de Carta Abierta a “los ciudadanos argentinos de origen judío" para que "se levanten ante este cerco arbitrario que se le tiende al gobierno argentino, invocando las grandes tradiciones humanísticas del judaísmo”. Es hora, en efecto, de que los “ciudadanos argentinos de origen judío” dejen sus reconfortantes aunque destituyentes pletzalaj de pastrón y sus pepinos agridulces, y dejen de hacerle el juego a la derecha. Si los sefaradíes quieren dejar sus boios y hacer otro tanto, serán bienvenidos. Es que, hablando de boios, y como diría el Senador Pichetto (click), ya es hora de que los argentinos y los judíos unan fuerzas contra el golpe sintáctico en miniatura de la derecha. Venceremos. Muchas gracias.

jueves, 5 de febrero de 2015

Dos Videos valen más que Mil Palabras

Lamentamos mucho decir que no tenemos buenas noticias. El personal de la redacción del blog se ha declarado en huelga porque alega que el esfuerzo que le demanda la realidad política para ponerse al día es inhumano. Algo de eso hay. Es imposible seguirle el ritmo al Gobierno. Aunque mucho nos tememos que si alguna vez cambia este Gobierno el blog va a perder toda razón de ser, y por eso nos sumamos a las recientes declaraciones del Secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, en el sentido de que este Gobierno ojalá se quede cuatro años más.

Sea como fuera, y con absoluto respeto al derecho a la huelga de la redacción, personal jerárquico del blog ha tenido una reunión de emergencia para hacerse cargo de esta entrada presente, y a tal efecto ha elegido dos videos que hablan por sí mismos, tanto sobre la corrección política (o moral en realidad) ("Loco por Mary", los primeros quince segundos) cuanto sobre recuperaciones milagrosas ("De Mendigo a Millonario", sobre todo el primer minuto y medio). Si bien somos plenamente conscientes de que nuestros lectores prefieren el texto a la imagen ya que valoran mucho más el pensamiento antes que la vista, nos parece así y todo que a veces hay imágenes que valen más que mil palabras. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.



HEALY Mi pasión real es mi hobby. 
MARY ¿En serio? ¿Qué es?
HEALY Trabajo con retardados.
MARY ¿No es eso un poco políticamente incorrecto?
HEALY Al diablo con eso. Nadie me va a decir con quién puedo y con quién no puedo trabajar. ¿No?