martes, 17 de febrero de 2015

Armando Golpe Blando, ¿Arturo Golpe Duro?

La redacción del blog se ha reunido de emergencia (nuestras reuniones ordinarias tienen lugar los días viernes) para advertir a quienes tenían pensado ir mañana a la marcha del 18 F que por favor no lo hagan sino después de haber leído la nota que Mempo Giardinelli (MG) publicara en Página 12 al respecto (click). Se trata de una nota con muy serias acusaciones que deben ser tenidas muy seriamente en cuenta. Ignoramos el alcance de este blog, pero podemos estar seguros de que nuestros lectores si asisten a la marcha, no será porque no les avisamos.

Según MG hay “en marcha” un “golpe de Estado”. Se trata de un golpe muy pocas veces visto, no solamente porque están armando un golpe blando, sino porque se trata de un golpe constitucional. En efecto, según MG, que los fiscales acusen y que la gente se manifieste, si bien a primera vista parecen ser meramente ejercicios de sendos derechos, en realidad es anti-democrático. En rigor de verdad, MG no es el primero en creer que la democracia y los derechos no tienen por qué llevarse muy bien que digamos. El liberalismo del siglo XIX no dormía precisamente por el miedo que le daba esa confrontación. Lo curioso es que MG no se haya dado cuenta de que él mismo es un liberal.

Obviamente, MG no ignora que tanto los fiscales como los ciudadanos, como típicos porteños que son, van a argüir que están ejerciendo sus derechos precisamente constitucionales y que por lo tanto mal pueden estar participando en una marcha golpista. La respuesta de MG es muy sutil. No solamente MG reconoce que hasta puede haber “protestas genuinas” coladas en la manifestación, sino que MG sostiene que los fiscales y los manifestantes en realidad usan a la Constitución como una excusa, pero lo que quieren en el fondo es dar un golpe.

La teoría de MG va a revolucionar el pensamiento jurídico de Occidente. En efecto, a pesar de que la venta de pasajes en avión es tan legal como manifestarse, para MG si alguien le comprara un pasaje a otro con la esperanza de que el avión se cayera, semejante acción sería criminal porque dicha transacción tuvo lugar bajo el supuesto de una esperanza ilegal (o inmoral, dejamos que el legislador se expida al efecto). Quizás los manifestantes de mañana tengan derecho a manifestarse, pero sus esperanzas dejan mucho que desear; por lo tanto, un juez mempiano no debería permitírselos. Nos atrevemos a proponer que la misma interpretación constitucional se aplique al derecho de voto y que solamente cuenten los votos de quienes esperan que el partido del pueblo salga victorioso en las elecciones.

Un caso que podría dejar perpleja a la jurisprudencia mempiana es el siguiente. Supongamos que tenemos un vecino al que detestamos profundamente y un día nos enteramos de que se trata de un violador de DD.HH. (que no trabaja en la Secretaría de DD.HH.). La severa interpretación mempiana impediría que denunciáramos a nuestro vecino ya que lo haríamos no en aras de los derechos humanos sino para no encontrarlo en el ascensor.

Los motivos de los porteños malcontentos son obvios. Están frustrados por las conquistas sociales y laborales logradas en estos años, por la inclusión social y el igualitarismo típicos “de todo gobierno peronista”, aunque por otro lado francamente no tienen de qué quejarse gracias a los ya no sabemos cuántos casos aislados que ha habido de muerte por desnutrición infantil.

A mayor abundamiento y para despejar toda duda, MG hace público que “la Procuración del Tesoro de la Nación, que representa al Estado, aportó esta misma semana documentos probatorios de que en absoluto hubo conductas inadecuadas ni delictivas por parte del gobierno nacional”. MG tiene razón. Si hay alguna institución en la que podemos confiar ciegamente es cualquiera que dependa directamente de la Presidencia de la Nación.

Por si hiciera falta que aclarase que no es lo que se dice un oficialista obsecuente, MG dice a los cuatro vientos que el actual gobierno “ofrece claroscuros y metidas de pata, como ciertos excesos verbales de la Presidenta, la desdichada rotura de un diario por el jefe de Gabinete y algunas defensas corporativas de funcionarios de dudosa moral”. En efecto, de este Gobierno jamás se podrá decir que mintió, qué decir de violar la ley, o que no puso a la disposición de la Justicia a todos los funcionarios sospechados de haber cometido delitos, o que se le murió un fiscal justo cuando lo investigaba, etc.

Para colmo de males, MG advierte que la denuncia del Fiscal tuvo lugar “no casualmente el viernes, para que todo el fin de semana largo no se hable de otra cosa en los Carnavales”. Otra vez, típico de un porteño, esto de querer arruinar el fin de semana de carnaval. Juan Carlos Mareco debe estar dando vueltas en su tumba. Pero, a Dios gracias, nos tranquiliza MG al señalar que “Por fortuna en el interior, en la Argentina profunda, todo es diferente y para nada el país real comparte la locura inducida que se vive en la Ciudad de Buenos Aires”.

En fin, MG nos convenció. Es más, la actitud de quienes critican al Gobierno nos hace acordar a la conducta del cliente molesto antiperonista que se queja por un tenedor ligeramente sucio en el siguiente sketch de Monty Python, así como la reacción del personal del restaurante nos hace acordar precisamente al Gobierno por su solícita actitud ante cada crítica (quizás se deba además a una asociación de ideas motivada por la reciente y brillante comparación que hiciera el Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional entre los cocineros y los fiscales). Bon appétit:





1 comentario:

Eduardo Reviriego dijo...

¿Qué espera el ministro Rossi para cerrar el Regimiento de Blandengues, cuna de cualquier golpe blando?