jueves, 19 de julio de 2012

O Tempora, O Mariano Mores!




Acabamos de escuchar en la radio en el programa de Víctor Hugo Morales que según un economista, creemos, el precio actual del dólar que no maneja el gobierno es una estafa. Se trata de una apreciación verdaderamente aristotélica, según la cual el valor de mercado de una cosa puede ser estimado con independencia de su valor de cambio. Quizás dentro de no mucho nos vamos a acordar de cuando valía 6, 7, 8 pesos. Es una suerte que al 90 % de los argentinos no nos importa el precio del dólar ni nos afecta.
Aristóteles también creía que era servil preocuparse por la economía. Y en Atenas, nos recuerda Castoriadis, lo que hoy llamaríamos administración pública (policía, archivos públicos, finanzas públicas) estaba compuesta de esclavos. Posiblemente el Secretario del Tesoro y ciertamente el Presidente de la Reserva Federal, o nuestros Ministros y Secretarios de Economía y Comercio y la Presidenta del Banco Central, "habrían sido esclavos en Atenas" (Philosophy, Politics, Autonomy, p. 110). Nos parece recordar que Rousseau también creía que la economía era cosa de esclavos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siguiendo el razonamiento de Aristoteles, según el cual la vida de negocios es servil porque convierte en fin lo que solo es un medio, llegamos a la conclusión de que una vida mas auténtica o feliz seria invertir el excedente en divisa nacional en plasmas (para todos) o paseos turísticos nacionales. Pero puesto que somos filósofos y aspiramos a mas, podemos desarrollar la vida del sabio que contempla el derrite las dichosas divisas nacionales. Adquirimos entonces la visión del puro devenir. Interesantes aplicaciones, doctor, que nos permite ser aristotélicos y a la vez populares (porque Aristoteles claramente era un pensador no solo popular sino sobre todo populista). Y allí tendríamos el aprobado de Castoriadis, para el cual la auto nomia se realiza cuando nos damos la ley a nosotros mismos, puesto que el devenir contemplado es bien nuestro, industria nacional. Es la verdadera voluntad general. LA que nunca se equivoca. Ojala se estudiara un poco mas a Castoriadis en nuestras facultades.