miércoles, 13 de junio de 2012

Había Dos Opciones: la correcta y la mía. Yo elegí la mía


Martín Sabbatella estuvo brillante al ser preguntado por María O'Donnell sobre por qué no renunció por razones de ética política, por así decir, a su banca al aceptar el nombramiento en el AFSCA: "hay dos opciones, renunciar o pedir licencia. Yo pedí licencia" (casi al final del video). La verdad es que es irrefutable. Por un lado, es como si ante la pregunta de por qué invadió Polonia Hitler hubiese respondido: "había dos opciones: invadir Polonia o no invadir Polonia. Yo elegí invadir Polonia". Por el otro, nos hace acordar a cuando un miembro de La Causa dividía el mundo entre los que les gusta El Gallo Claudio y los que no, y hasta ahora nadie lo pudo refutar. Aunque no va a faltar el que alegue que en realidad, primero habría que dividir el mundo entre los que conocen al Gallo Claudio y los que no. Sea como fuere, la posición de Sabbatella por alguna razón nos hace acordar a una escena que ya habíamos usado en La Causa (click), en la que el Sr. Castorini, el plomero representado por Vincent Gardenia en "Hechizo de Luna" (1987), explica cuántas clases de caños hay:




- Bien, Sr. Castorini, ¿qué piensa?
- 10,800 dólares [N. de la R.: en 1987!!!].
- Eso parece ser muchísimo.
- Miren, hay tres clases de caños. Está la clase de caños que Uds. tienen, y es basura, y Uds. pueden ver adónde los llevó. Después está el bronce, que es muy bueno, a menos que algo salga mal, y algo siempre sale mal. Y finalmente está el cobre, que el único caño que yo uso: cuesta plata, cuesta plata porque ahorra plata.
- Pienso que deberíamos seguir el consejo del Sr. Castorini, amor.  

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