viernes, 14 de abril de 2017

"¿Qué hay en un nombre?": Insectos extintos, Cristina Kirchner y Hernán Brienza




La propia ex-presidenta Cristina Kirchner ha hecho público (click) que una serie de especies, géneros, familias y órdenes de insectos de hace unos 325 millones de años fueron bautizados por científicos argentinos en agradecimiento por sus servicios a la Patria como Argentinala Cristinae, Tupacsala niunamenos y Kirchnerala treintamil. Dado que se trata de familias de insectos nos parece más que apropiado que además del nombre de Cristina lleven el apellido Kirchner. Quizás habría sido conveniente agregar nombres tales como silatocanacristinaquékilombo armandus est (Homenaje a Monty Python) o más conveniente aún para estos tiempos: Macri delendus est (vamos a volver a este punto en breve). Dicho sea de paso, hablando de taxonomías, los científicos argentinos admiradores de Cristina suelen referirse a Macri como felis domesticus.

Dado que se trata de un verdadero hallazgo, estamos totalmente de acuerdo con que familias enteras de insectos extintos hayan sido designados con el nombre y apellido de Cristina Kirchner. Sin embargo, por momentos da la impresión de que para una familia de políticos inspirar el nombre de insectos extintos es una victoria pírrica, a menos que alguien sostuviera si bien algunos insectos se han extinguido, otros insectos portan la antorcha de sus ancestros habiéndose adaptado a las exigencias de la evolución y sobreviviendo sin mayores dificultades, como por ejemplo las cucarachas.

De todos modos, tal vez habría sido más apropiado darle el nombre de Cristina a alguna momia hallada en el antiguo Egipto, dado que la ex-presidenta no ha ocultado su inclinación por la arquitectura de Egipto (y/o algún documento nuevo de la campaña de Napoleón, quizás en Egipto, para no cambiar de espacio, dada la admiración de Cristina por la obra legislativa del Emperador). Teniendo en cuenta asimismo que Cristina solía enorgullecerse de que a su izquierda estaba la pared (a pesar de que, v.g., los bancos jamás ganaron tanto dinero como durante su gobierno), no habría que descartar que el mensaje de los científicos sea una alusión oblicua al conocido epígrafe del famoso especialista en hormigas E. O. Wilson en relación al marxismo: “teoría maravillosa, especie equivocada”.

Volviendo a Macri delendus est, está cobrando fuerza entre algunos intelectuales notorios la necesidad de derrocar a Macri. Para muestra, basta un botón: Hernán Brienza, quien—y aquí nos tomamos el atrevimiento de hablar asimismo en nombre de nuestros lectores—finalmente ha cobrado la notoriedad que hace tiempo merecía. En efecto, ese intelectual verdaderamente polifacético que es Brienza, cuyas áreas de conocimiento se extienden desde la historia vernácula hasta la ciencia política, sin dejar de ser versado en delicadas cuestiones metafísicas, jurídicas y morales (no podemos hacerle justicia en una entrada de blog a ese verdadero grande que es Brienza y por eso nos remitimos a nuestra etiqueta dedicada a él, la única en el mundo nos enorgullece agregar: Brienzana) ha señalado que “nuestro país está muy cerca de un enfrentamiento civil. (…). La democracia tiene los días contados. En el 2001 la sociedad estaba atomizada, eran millones de islas aisladas despotricando contra la política, hoy, desgraciadamente, hay un gran sector de la población que apoya a este gobierno y otro gran sector que afortunadamente lo detesta. Ese enfrentamiento no tiene solución”.

Algunos pocos seres despreciables se detendrán en la redundancia brienzana “islas aisladas” para de ese modo evitar el núcleo profundo del pensamiento de Brienza, que hasta ahora las ha acertado todas. Tampoco vamos siquiera a detenernos en el abyecto cuestionamiento de la originalidad de la tesis de Brienza, ya que se trataría de una variación del viejo tema que la teoría política suele denominar como la tesis del taxista: “acá lo hace falta es una buena guerra civil o un millón de muertos”.

Lo que sí nos llama la atención, sin embargo, en primer lugar, es que Brienza, en tanto que insigne politólogo hable todavía de “democracia” cuando a todas luces estamos viviendo bajo una dictadura. En segundo lugar, también nos llama la atención que Brienza crea que “un gran sector de la población” [énfasis agregado] apoya a Macri cuando salta a la vista que se trata de un puñado de oligarcas terratenientes que jamás podría ganar una elección democrática, a lo sumo la administración de un consorcio en Puerto Madero (por ejemplo, en uno de los edificios en donde es propietaria Cristina) o el Jockey Club, y si así y todo ganara eso probaría solamente que la democracia está muy sobrevalorada, tal como hace poco señalara Hebe de Bonafini (click). En otras palabras, lo que importa es que el pueblo “afortunadamente lo detesta”, por lo cual, si hubiera un conflicto entre el tirano y el pueblo el desenlace sería más que obvio.

Hablando de nombres y del pueblo, es sorprendente que ese insigne historiador que es Brienza haya descripto al conflicto político violento que se aproxima inexorablemente como una “guerra civil”, como si el macrismo mereciera la equiparación que dicha expresión implica, es decir, como si hubiera dos bandos en igualdad de condiciones morales y no una evidente asimetría entre el tirano cuyo nombre se puede decir y que no se ha profugado (por ahora) y el pueblo. En otras palabras, nos parece que el verdadero término para hacer referencia a lo que se aproxima es el de “revolución”, el único quizás que modernamente describe la relación que existe entre el pueblo y sus enemigos.

En conclusión, el pensamiento de Bienza es tan complejo y profundo que mal podríamos nosotros atribuirnos el derecho de dar con la exégesis correcta. Es indudable sin embargo que Brienza jamás defrauda a sus exigentes lectores, quienes se ven sorprendidos cada vez que Brienza decide compartir su inteligencia, sabiduría e ingente bonhomía. Quedamos a la espera de sus próximos destellos.

1 comentario:

Eduardo Reviriego dijo...

No podemos menos que agradecer a Cristina su decisión de dar a publicidad el homenaje que le hicieron lo científicos; los medios no dieron a conocer esa noticia, probablemente por razones de pudor.
Pero el agradecimiento debe de ser doble, puesto que ahora sabemos que, por la atracción que por el papel moneda, que siempre sintieron los kirchenristas, y la identificación con los insectos, se explica por qué están todos procesados: el Raid® Papel Insecticida, es efectivo.