domingo, 1 de junio de 2014

Intelectualismo Nac & Pop, by Forster



Preocupado por la reacción mediática ante la Carta Abierta 16, Forster denuncia el “profundo antiintelectualismo” de algunos medios: “¿Intelectuales? En los ’90 ocupaban el borde del borde, eran apenas la expresión de un resto arqueológico que remitía a otra época del mundo. Ahora, cuando por esas locas sorpresas de esa misma historia a la que se había decretado finalizada y decrépita, regresan los intelectuales”. Es por eso que, según Forster, ciertos medios prefieren a los “intelectuales distantes, neutrales ante la lucha política decisiva, cultores de una autonomía encristalada, críticos de todo, virginales, asépticos, almas bellas” (click).

Ahora bien, en la respuesta de Forster sobresalen los siguientes puntos.

(1) ¿Por qué cree Forster que estamos mejor ahora que en los noventa, debido a que ahora los intelectuales participan y antes no? Forster parece suponer que el intelectualismo tiene cierto valor intrínseco. Quizás en sus comienzos la noción de intelectual adquirió cierta connotación positiva, pero fue debido a que los intelectuales se expresaron en defensa de una causa justificada (el caso Dreyfus), y no porque eran intelectuales.

De hecho, teniendo en cuenta las posiciones políticas que adoptaron los intelectuales desde que se acuñó la expresión, semejante actitud reivindicatoria de los intelectuales es esencialmente un prejuicio bastante extraño. Hubo brillantes intelectuales que apoyaron incondicionalmente al estalinismo y al nazismo. En otras palabras, el valor de la actividad intelectual depende de cómo es realizada y qué fines persigue. En todo caso, la actividad intelectual puede tener un alto valor estético e incluso filosófico, pero no por eso merece en sí misma un valor moral o político especial. Un intelectual, sobre todo, debería ser consciente de eso.

(2) Forster habla del anti-intelectualismo de algunos medios, y alega que estos medios no le perdonan a Forster leer a autores “que escriben demasiado difícil y oscuro y se niegan a dejarse engullir como una papilla de fácil digestión”. Sin embargo, según el propio Forster, el problema que tienen los medios con Forster no es que sea un intelectual sino su posición política particular, de ahí que el anti-intelectualismo que invoca Forster es una falacia. Es como si Caruso Lombardi acusara a los medios de estar en contra de los directores técnicos porque critican cómo para sus equipos. Por lo demás, si hay algo de lo que Forster no se puede quejar es de no haber sido difundido por los medios. Si estamos discutiendo a Forster es gracias a ellos.

(3) Que Forster se queje de la falta de “rigurosidad conceptual” de los medios y de su falta de vuelo intelectual (no desean “aleja[rse] del nivel zócalo”) es como si Caruso Lombardi se quejara del juego poco vistoso de los técnicos rivales. En efecto, Forster a menudo confunde la “rigurosidad intelectual” con la adjetivación copiosa. Otra vez, Forster quiere convertir en una cuestión gremial su debilidad argumentativa, todo lo cual se acentúa especialmente en cuestiones de corrupción, las que como dijera en otro lugar, y citamos de memoria, “no le importan un carajo” (gracias a Dios sin mayores adjetivaciones), o las llama significativamente en esta nota “las opacidades de la política y de la gestión estatal” [el subrayado es nuestro].

(4) Forster se enorgullece de que él, a diferencia de los periodistas que lo descalifican, lee “a Kafka o a Borges, a Hegel o a Mariátegui, a Thomas Mann o a Marechal, a Benjamin o a Casullo, a Marx o a León Rozitchner, a Juan José Saer o a Nietzsche que escriben demasiado difícil y oscuro y se niegan a dejarse engullir como una papilla de fácil digestión”. Es extraño que un intelectual nac & pop como Forster se enorgullezca de no “engullir… papilla de fácil digestión”. Y nos mata la curiosidad de saber qué habrían dicho, v.g., Hegel y Nietzsche de su lectura nac & pop by Forster.

2 comentarios:

Eduardo Reviriego dijo...

En estos tiempos de crisis energética, nada mejor que encomendarle al filosofo por antonomasia, el manejo de la usina nacional y popular:
"Diseñar, coordinar e instrumentar una usina de pensamiento nacional, ajustado a los lineamientos que fije la Secretaría."
http://www.boletinoficial.gov.ar/Inicio/Index.castle
http://www.boletinoficial.gov.ar/Inicio/Index.castle
La crisis seguirá, pero en adelante nadie lo va a entender.

Andrés Rosler dijo...

Muchas gracias por el comentario. No lo habíamos visto a tiempo!