jueves, 26 de junio de 2014

El Imperio es tan previsible...



Un jugador de fútbol de un equipo sudamericano durante un campeonato mundial en la era de la tecnología apoya con cierto ímpetu la parte superior de su mandíbula sobre el hombro de un jugador rival europeo, y en dicho hombro aparentemente quedan marcados los dientes del jugador sudamericano. El Imperio no tiene mejor idea que iniciar una investigación sobre el hecho, a pesar de que ni el árbitro ni los jueces de línea lo advirtieron, y caratula el caso como una mordida, sin siquiera investigar la buchonada europea de denunciar la aparente violación del reglamento, o qué hacía este jugador europeo, a la sazón italiano, durante el fascismo de Mussolini (y no en el buen sentido de la palabra, como diría Sacha Cohen).

En defensa del jugador sudamericano es sugerente que nadie hable de la inimaginable perversión de quienes redactaron el reglamento de fútbol ya que previeron la posibilidad de un jugador muerda a otro, lo cual dice mucho sobre la psicología del reglamento.

El jugador sudamericano, por su parte, basa su defensa en el hecho de que fue el jugador europeo el que lo golpeó con el hombro a él en el pecho. Es una defensa excelente; lo único que le falta explicar es si el golpe fue en el pecho cómo fue que terminaron las marcas de los dientes en el hombro, y por qué el jugador que hoy es víctima de una investigación se terminó agarrando los dientes luego de un golpe en el pecho.

Un compañero de equipo de Suárez propuso una defensa no menos efectiva. Para Diego Lugano, no hay certidumbre alguna acerca de si los dientes que quedaron marcados en el hombro italiano son de Suárez, ni tampoco acerca de cuándo impactaron el hombro. Es altamente probable que el italiano haya sido mordido antes del partido (suponemos no más de una semana antes, y si el plazo hubiese sido mayor debería haber sido conservado en un freezer y luego descongelado, pero estamos especulando aquí) y que el italiano, perteneciente a una cultura que hace de la picardía un arte, haya esperado hasta el minuto 82 para simular el impacto y caerse, justo cuando Suárez se le acercó en el área y le hizo sentir que tenía su mandíbula cerca.

Y el técnico del equipo, el Maestro Tabarez, con toda su sabiduría defendió a su jugador invocando un proverbio popular en su país: siempre hay alguien detrás de un árbol esperando que uno se equivoque. En otras palabras, siempre está la FIFA viendo los partidos, esperando que alguien viole el reglamento para hacerlo cumplir. En Argentina, Carta Abierta sigue este proverbio oriental a pie puntillas (click).

Por si esto fuera poco, la investigación de la FIFA adolece de dos graves defectos. En primer lugar, se trata de una verdadera judicialización del fútbol. Los jueces no deben tomar decisiones políticas, y los dientes de Suárez son obviamente una cuestión política. ¿De qué no habría acusado la FIFA a Juan Carlos Rousselot, por ejemplo, si alguna vez él hubiese considerado jugar profesionalmente al fútbol? ¿Quién no ve detrás de esta hipócrita acusación de una conducta antideportiva la mano del Imperio que no le perdona a Uruguay haberle ganado a Inglaterra y a Italia? ¿Desde cuándo el reglamento del fútbol es tan importante que hay que cumplirlo, incluso cuando juega un país de la Patria Grande contra otro europeo cuna del fascismo y de la Liga del Norte?

Y en segundo lugar, la investigación de la FIFA se basa en la reincidencia, i.e. una institución que para muchos doctrinarios penales es lisa y llanamente inconstitucional, y que encima se trata de una reincidencia cometida por los jugadores de los equipos contrarios al de Suárez. En efecto, Suárez ya había sido golpeado en su pecho con el hombro por otros dos jugadores al menos y sancionado por ello.

No sólo es absurdo que Suárez sea castigado por el comportamiento de otros, sino que además algunos sostienen que una vez que el castigo ha sido aplicado no debería ser tenido en cuenta en el caso de castigos posteriores, ya que violaría el sagrado principio liberal non bis in idem. Después de todo, el derecho penal no debe formarse una idea moral del carácter de quienes lo violan, sino sólo dedicarse a juzgar acciones discretamente consideradas.

Interrumpimos aquí nuestras reflexiones, a la espera de que el Imperio haga justicia, aunque no nos hacemos muchas ilusiones.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

lo de Rousselot te delató la edad
abrazo

Andrés Rosler dijo...

No necesariamente. También hay menciones en el blog a las pirámides de Egipto, y nunca estuvimos ahí.

Anónimo dijo...

El terrible cabezazo de Zinedine Zidane en la final del mundo a un italiano (vale preguntarse sobre esta casualidad?) le costó la increíble y exorbitante pena de ....3 fechas.

Andrés Rosler dijo...

En esta entrada sólo discutimos la imputación del hecho, no el castigo en sí. Es más, ni siquiera había castigo alguno todavía.

Andrés Rosler dijo...

Por otro lado, no lo habría ayudado a Zidane si hubiese sido la tercera causalidad en cuatro años.

Anónimo dijo...

Es mas, la agresión de Suarez, a diferencia de la de Zidane, se dió en medio de un contexto de fricción de juego, y ambos jugadores se disputaban la marca. Lo de el francés fue totalmente ajeno al juego. En el último partido de Francia, para seguir con las casualidades, Giroud, en una actitud igual de reprochable que la de Suarez, impacta su codo en la humanidad de un ecuatoriano. Las cámaras lo tomaron, sin lugar a interpretaciones. De la misma forma que Neymar agrede a un Mexicano, y puedo seguir con los ejemplos hasta cansar. El punto es, hubo una particular y desmedida exposición de la situación de Suarez. Vale preguntarse porque la agresión del uruguayo merece infinita mas atención que la del resto de los jugadores. Desde cualquier punto de vista es reprochable. La pregunta que siempre sobrevuela sobre estos casos es, porque Suarez, y no los Giroud, Neymar. Porque los Maradona y no los Zidane. No quiero alimentar teorías conspirativas, simplemente considero evaluar los acontecimientos en perspectiva con otros del mismo tenor.

Andrés Rosler dijo...

Es un buen punto el de la arbitrariedad de la FIFA. Pero por obvias razones el personal de La Causa está ocupado en otra cosa ahora. En breve, una nueva entrada en respuesta a este argumento en defensa de Suárez.

Andrés Rosler dijo...

Perdón por la demora (nuestro personal se entretuvo viendo el Mundial casi todo el día): http://lacausadecaton.blogspot.com.ar/2014/06/el-imperio-contraataca-siempre.html