viernes, 25 de octubre de 2013

Violencia es Confundir



Hoy los decanos de varias facultades de la UBA, con mucha razón sostienen que las tomas de las facultades han sido violentas e injustificadas. Lo que llama la atención es el título de la nota: "Violencia es mentir" (click). Quizás el título sea responsabilidad del diario. De todos modos, no nos interesa quién es el autor, sino la confusión que subyace a semejante idea.

En efecto, una toma es violenta porque impide, v.g., que la gente entre o salga de un edificio. Es más, aunque el control de la entrada y salida de un edificio estuviera autorizado, seguiría siendo violento llegado el caso si fuera ejercido contra quienes desean entrar o salir, a pesar de que no tuvieran derecho a hacerlo. Negar el carácter violento de una toma, sea o no legítima, sólo ayuda a la confusión.

Sin embargo, la expresión "violencia es mentir" se ha vuelto popular. Quizás se trate de una expresión metafórica, o una manera de hablar, pero algo redundante si el sentido de la frase consiste en que mentir está mal. Otro tanto sucede con la violencia simbólica o cultural.

El peligro de la confusión es bastante claro. No se trata sólo del hecho de que quienes participan en las tomas suelen creer que son o se entienden a sí mismos como pacifistas. Lo más preocupante es que dado que, como reza el adagio latino, "es lícito repeler a la violencia con violencia", la creencia en que una acción es violenta puede llegar a dar pie a una respuesta violenta.

En efecto, podemos defendernos violentamente si alguien nos amenaza con provocarnos un daño físico (v.g., hundirnos el cráneo), pero sería absurdo decir que tenemos derecho a matar al que dibuja un cuadro "violento". Sin embargo, esta última sería la conclusión necesaria para quienes creyeran en la existencia de la violencia cultural o simbólica. Si la respuesta fuera que en realidad, quien habla de violencia del tipo X reconoce que semejante violencia sólo puede ser respondida con violencia del mismo tipo, con lo cual perdería sentido semejante noción de violencia.

Yendo a las tomas, como se trata de medidas violentas, sólo tendrían sentido (serían necesarias, proporcionales y eficientes) ante una violencia anterior. Una elección universitaria puede ser muchas cosas, entre ellas injusta, inmoral, inapropiada, etc., pero difícilmente puede ser entendida como violenta. Por supuesto, como resultado de una elección puede tener lugar una acción violenta (v.g. la asamblea de representantes decide una acción violenta). Pero, otra vez, a pesar de que no nos gusten quienes hayan ganado, de ahí no se puede inferir violencia alguna.

Alguien podría replicar que si bien la violencia cultural no existe, sí existe algo así como la violencia estructural, la cual proviene del carácter mismo de cierto sistema a pesar de que no corre sangre a raíz de acciones individuales. Se suele decir, por ejemplo, que el capitalismo es un sistema violento, y no sólo, v.g., porque la policía reprime a quienes se resisten a ser explotados.

En otras palabras, la violencia del sistema proviene de las omisiones del mismo. Por ejemplo, el capitalismo no impide que la gente se muera de hambre, a pesar de que podría hacerlo a un muy bajo costo. Otra vez, semejante escenario se refiere precisamente a una omisión pero en relación a un daño físico letal. Nada semejante se puede decir del resultado de una elección.

Finalmente, si aceptáramos que podemos reaccionar violentamente contra una elección, es natural la curiosidad acerca de qué sucedería si realmente debiéramos reaccionar ante un acto más grave que el mero hecho de que el sistema bajo el cual tuvo lugar la elección fuera insuficientemente democrático. ¿Freiríamos en aceite al responsable?

3 comentarios:

Andrés Rosler dijo...

Valga una aclaración ocasionada por una muy interesante charla que tuvimos anoche con Graciela Frigerio, Norma Barbagelata y Graciela Cejas. Sin duda, hablar de violencia implica hablar de cierto daño en general físico, pero también habría que incluir algunos casos de daño psíquico (de otro modo, suscribiríamos un dualismo inaceptable entre mente y cuerpo), aunque muy probablemente esta clase de daño psíquico violento esté relacionado con violencia en sentido usual (v.g. restricción de movimientos). Sin embargo, quienes toman una facultad porque creen que una elección fue insuficientemente democrática no podrán invocar un daño psíquico relevante, en todo caso su desacuerdo. Pero no tendría sentido equiparar al desacuerdo con la violencia.

Anónimo dijo...

Quizá genere mas confusión pero aporta la letra de la canción de la cual se invoca la frase "Violencia es mentir"

Nuestro Amo Juega al Esclavo-Patricio Rey y sus redonditos de ricota.

Mucha tropa riendo en las calles
con sus muecas rotas cromadas
y por las carreteras valladas
escuchás caer tus lágrimas

Nuestro amo juega al esclavo
de esta tierra que es una herida
que se abre todos los días
a pura muerte, a todo gramo.
-Violencia es mentir-

Formidables guerreros en jeeps
los titanes del orden viril
¿Qué botines esperan ganar?
si nunca un perro mira al cielo.

Si hace falta hundir la nariz en el plato
lo vamos a hacer, por los tipos que huelen a tigre
tan soberbios y despiadados
-Violencia es mentir-.

Letra:Carlos Indio Solari.

Andrés Rosler dijo...

Muchas gracias por la letra. Sin duda, genera más confusión, pero sólo de nuestro parte, seguramente no sucederá lo mismo con los entendidos.