En efecto, Horacio Verbitsky el domingo en Página 12 denunció a Massa por haber ocultado el robo que había sufrido para controlar el daño que semejante robo podría hacer en la imagen de un candidato cuya campaña gira alrededor de la garantía que ofrece en materia de seguridad. Sin embargo, cuarenta y ocho horas más tarde, como es de público conocimiento, el Ministro Berni denuncia que en realidad fue Massa el que orquestó el robo para aprovecharlo precisamente en su campaña, suponemos, y es sólo una suposición caritativa como diría Donald Davidson, según la cual Massa podría beneficiarse al mostrar que nadie que comete un delito queda impune bajo su jurisdicción.
El primer desafío del teórico de la acción racional, por así decir, consiste en explicar qué quiso decir Berni. Mientras que al menos la denuncia de Verbitsky tiene cierto sentido (salta a la vista la racionalidad de ocultar un robo en la situación de Massa), la denuncia de Berni sólo puede ser superada por alguna escena de una película del Inspector Clouseau, al menos de la gloriosa época de Peter Sellers, o quizás algún sketch de televisión, por ejemplo de La Tuerca, o más acá en el tiempo de Antonio Gasalla. ¿Qué sentido tendría que Massa tapara un robo que él mismo fabricó? Lo más parecido que hemos encontrado disponible en YouTube a la hipótesis de Berni es la siguiente escena de "Analízame" (2002):
- Ya basta. Me hartaste.
- ¿Qué pasó?
- ¿Qué pasó? Acabo de ver un hombre caer siete pisos en una bandeja de salmón. Eso es lo que pasó.
- ¿Rompió algo?
- Sí, ¡todo! Todavía están levantando las alcaparras de su frente.
- Hey, la gente se deprime, saltan. Es una tragedia humana, pero no es mi culpa.
- Me estás diciendo que fue un suicidio?
- Creo que dejó una nota. Jelly, encontraron esa nota?
- No, pero la van a encontrar en un minuto.
- Déjenme adivinar lo que dice: "La vida es una mierda. No lo aguanto más carajo. Firmado: el muerto".
- Hey, eso está bueno doc.
También nos hace acordar de un chiste judío sobre un seguro contra incendios y un negocio, pero lo vamos a dejar para más adelante.
El segundo desafío, obviamente, consiste en explicar la compatibilidad entre ambas denuncias. En el fondo, todo gira alrededor de qué quiso decir Berni, y por ende Verbitsky. ¿Acaso Verbitsky, que suele tener buena información, se dejó llevar por cierto impulso y fue desmentido por Berni? ¿O es Verbtisky el que desmintió avant la lettre a Berni? Es más, Verbitsky hoy insiste con su historia, suponiendo, creemos, que la denuncia de Berni la confirma en lugar de desmentirla (click). ¿Cómo podría Massa beneficiarse de la negación del robo y de ufanarse de haberlo sufrido a la vez?
Hay que guardar un testimonio de estos acontecimientos porque en el futuro a las próximas generaciones les va a costar mucho más que a nosotros entenderlos. Vaya entonces nuestro granito de arena en aras del conocimiento en el campo de las ciencias sociales y humanidades.
1 comentario:
Me parece que no es necesario acudir a la razón, sería suficiente con el sentido común.
¿Y qué nos indica el sentido común? Que el dueño de la casa violentada debe sentir alguna clase de cariño por la esposa del ladrón (no confundirlo con el el perro que ladró el domingo)y entonces le preparó una trampita, para sacárselo de encima y tener vía libre, por lo menos por unos meses. De ahí el enojo de la señora del dueño de la casa.¿no?
No veo a los kirchneristas (Massa, Verbitsky, Casal, Scioli, Berni)con capacidades suficientes como para organizar una operación de más nivel, como son las demás hipótesis en juego.
Publicar un comentario