«La causa victoriosa complació a los dioses, mas la vencida a Catón» (Lucano, Farsalia, I.128-9).
lunes, 22 de abril de 2013
Maquiavelo y la Ética pública
Edgardo Mocca en su nota de Página 12 de ayer (click) en relación a la manifestación del 18 A sostiene ciertas ideas que son verdaderamente "polémicas" como se suele decir en estos días. En efecto, en la nota sostiene:
"La ética pública tiene, por su lado, una larga historia en el debate teórico y en la práctica política de las sociedades. Para los kantianos, la honradez es la mejor forma de la política, mientras que para la tradición de pensamiento que nace con Maquiavelo, es la virtud, y no la ética, el atributo principal del líder político. No es la virtù, en el sentido de una adaptación de la conducta a un precepto dogmático, sino la virtù que designa la excelencia de la capacidad política del líder, cuya conducta debe ser juzgada en relación con la grandeza de la patria y la felicidad de sus habitantes. Nuestra conversación cotidiana tiende a equiparar la ética política con la ética individual y a reducir con frecuencia el alcance de ambas a la abstinencia de la apropiación de lo ajeno; es decir algo que no puede ser considerado parte de la ética porque pertenece a la esfera estricta del derecho penal".
En primer lugar, jamás Kant confundió la ética con la política. Es por eso que escribió por un lado La Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres y la Metafísica de las Costumbres por separado. Quizás algunos kantianos, o personas que creen ser kantianas, sí confunden la ética con la política y por eso la gente sigue la opinión común al respecto. Pero es un error. Por ejemplo, Rawls usa a Kant, pero su teoría no es kantiana. Pero dejemos a Kant.
Lo más grave es la interpretación que hace Mocca de Maquiavelo. Es un grueso error atribuirle la idea a Maquiavelo de que su teoría de la virtud es compatible con la corrupción pública. En realidad, la teoría republicana sostiene que la corrupción es la falta de virtud. Precisamente, Maquiavelo desconfiaba de los gobiernos unipersonales porque promovían la corrupción del pueblo. Bajo gobiernos monárquicos la gente no sabe cómo gobernarse a sí misma, deliberar, ni defenderse de enemigos externos. El poder absoluto hace que la gente sea fiel al gobernante y no a la república, amén de que provoca la riqueza exagerada de los gobernantes. Y Maquiavelo, como republicano de ley que era, jamás habría tolerado que un funcionario se quedara con un solo centavo del erario público. Por supuesto, los republicanos de pura cepa, de la vieja tradición, siguen el viejo eslogan de salus publica suprema lex esto y saben que en casos de emergencia la salvación de la república es más importante que el interés privado. Pero habrían considerado un disparate que la salvación de la república exigiera la corrupción de los funcionarios.
Leamos a Maquiavelo, para variar: "[F]ue muy afortunada Roma, ya que sus reyes se corrompieron pronto y fueron expulsados antes de que su corrupción se contagiase a las vísceras de aquella ciudad. Y como ésta permanecía libre de corrupción, los numerosos tumultos que acaecieron en ella, encaminados a buen fin, no perjudicaron a la república, sino que la favorecieron. Y se puede llegar a esta conclusión: cuando la materia no está corrompida [la quale incorruzione], las revueltas y otras alteraciones no perjudican; cuando lo está [dove la è corrotta], las leyes bien ordenadas no benefician, a no ser que las promueva alguno que cuente con la fuerza suficiente para hacerlas observar hasta que se regenere la materia [se già le non sono mosse da uno che con una estrema forza le faccia osservare, tanto che la materia diventi buona], …” (Discursos..., I.17).
Quien crea que para Maquiavelo, o para cualquier republicano, la corrupción es compatible con la virtud está severamente equivocado. Se trata de una contradicción en sus términos. La suma de todos los males para el republicanismo es la corrupción. En todo caso, lo que Mocca puede haber leído alguna vez es que Maquiavelo en su libro de consejos para príncipes llamado precisamente El Príncipe le recomendaba a un príncipe, pero entonces no a un gobernante republicano, que tomara decisiones que podrían ser éticamente reprobables, como por ejemplo no cumplir con su palabra, o mentir, e incluso cometer homicidios, para mantenerse en el poder. Tales acciones podrían ser virtuosas en la medida en que contribuyeran a la conservación del orden. Pero en todo caso semejante consejo (a) jamás menciona siquiera la posibilidad de que el príncipe use el erario público como si fuera suyo y (b) provenía de Maquiavelo en su capacidad de asesor o de intelectual a sueldo o que intentaba ser contratado por alguien, jamás de Maquiavelo como pensador político republicano.
Como ya hemos visto, lo que Maquiavelo habría recomendado sería regenerar la materia corrupta como primer paso hacia la salvación de la república. Jamás hacer la vista gorda ante la corrupción, subestimar lo que Mocca llama "la abstinencia de la apropiación de lo ajeno". A Mocca le va a costar encontrar algún pensador político de envergadura que aconseje algo semejante. Habría que ver si eso es lo que aconseja Mocca.
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14 comentarios:
Un análisis notable, lo bueno es rescatar a Maquiavelo como republicano, ya que en tiempos de ligereza como en los que vivimos solo se lo recuerda de forma injusta por el príncipe ignorando por completo que es en realidad uno de los pilares de la tradición republicana.
Muchas gracias, y totalmente de acuerdo.
Hola Andrés! Fui alumno tuyo en Flacso, pasaba a saludarte y decirte que me gustó este post de Maquiavelo; en efecto, la gente muchas veces se olvida de los Discursos de Tito Livio. Saludos!
Martín, muchas gracias. En realidad soy un miembro free-lance del equipo de La Causa. Es una gran alegría que alguien lea el blog y además le guste una de sus entradas. Lamentablemente, como decís, la gente se olvida del Maquiavelo republicano.
Excelente.
De Mocca podríamos decir citando a Quentin Skinner, que "No pueden tener esperanza de hablar y actuar en favor del bien común, ya que ellos mismos están obligados a respaldar cualquier cosa que digan quienes disfrutan del máximo favor del príncipe, sin importar cuán absurda sea, y están obligados al mismo tiempo a representar el papel de parásitos dedicándose a complacer a los favoritos del príncipe con lisonjas. No se puede esperar que nadie diga la verdad frente al poder si todos están obligados a cultivar las habilidades de la adulación que hacen falta para satisfacer a un gobernante de cuya gracia todos dependen." La libertad antes del liberalismo. Taurus. México. 1998. Pagina 59.
A la "gracia", en Página 12 (y otros medios) hoy la llaman presupuesto para la publicidad (¿propaganda?)oficial.
Saludos.
Bueno, el título original del capítulo XXIII de E l P r í n c i p e es: "Quomodo adulatores sint fugiendi". Una traducción algo literal sería: "Cómo escaparse de los chupaculos".
Andrés:
En mí ejemplar, se lo traduce: "De cómo huir de los aduladores". El problema de los modernos principados, es que parece que los príncipes (y princesas)más bien que huirle a esa clase de personajes, parece que los buscan, precisamente por eso de que son "chupaculos" (y aplaudidores).
Sí, sí, "huir" es mejor.
El oro dia vi por youtube el debate de Gargarella y Mocca en 678. Con todo respeto por Mocca, la cita de Quentin Skinner describe a la perfeccion su actitud.
Dicho sea de paso, el blog de Gargarella me trajo a este blog.
Cuando en su nota Mocca dice: "No es la virtù, en el sentido de una adaptación de la conducta a un precepto dogmático, sino la virtù que designa la excelencia de la capacidad política del líder, cuya conducta debe ser juzgada en relación con la grandeza de la patria y la felicidad de sus habitantes."
Se podria extrapolar que cualquier etica es aceptable mientras los habitantes sean felices y la patria sea "grande"?
Muy bueno el post.
Muchas gracias por el comentario. Todos los gargarellianos (en el buen sentido de la palabra, parafraseando otra vez a Sacha Cohen) son más que bienvenidos al blog. Para ser sinceros, los estábamos esperando con los brazos abiertos y ojalá que la Palabra se divulgue. Parafraseando al General, en realidad somos todos republicanos. Sobre Mocca, quizás sea útil referirnos a otra entrada de este blog que muestra los límites del consecuencialismo, por así llamarlo, contiano: http://lacausadecaton.blogspot.com.ar/2013/04/derecho-penal-para-todos-y-todas.html, y por ende del mocciano.
Por favor no olvide que el General, tambien es Almirante. Sobre derecho para todos y todas lo lei anoche (soy quien comento la frase de Nixon), no se si fue el objetivo del post, pero me hizo reir mucho.
Aclaro que no soy del mundo de las leyes, simplemente un lector.
Saludos!
Sí, el objetivo del blog es que la gente al menos se vaya con una sonrisa. Y, otra paráfrasis más y van..., es una suerte que no seas abogado: el derecho es un asunto muy serio para dejarlo en manos de los abogados (http://lacausadecaton.blogspot.com.ar/2012/04/abogados-y-ratas.html).
El problema del articulo es que se basa en una falacia. En ningún momento Mocca contrapone ética pública a virtud. Símplemente habla de "principal atributo" por lo tanto ya sea los que adhieren al pensamiento kantiano (no habla de kant) o los que siguen a Maquiavelo discuten en base a que viene primero en materia de atributos. No que uno existe como enemigo del otro. Por como se desarrolla el articulo. Yo podria de la misma manera aseverar que el autor de este blog prefiere a un honesto y republicano De la Rua, a alguien que haga feliz a su pueblo. Porque entiende que esa "virtud" conlleva falta de ética pública de por si. Pero con un poquito de esfuerzo y buena voluntad no voy a ser tan obvio.
Chacho, muchas gracias por el comentario. La entrada se concentra en la lectura que Mocca hace de Maquiavelo, y de paso señala que Kant jamás creyó que la política es la continuación de la ética por otros medios. No advertimos la falacia indicada. ¿Mocca no cree que para Maquiavelo la corrupción es una cuestión menor?
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