viernes, 2 de octubre de 2015

El Satélite en Debate



El mundo asiste otra vez atónito a dos grandes nuevos fenómenos argentinos. En primer lugar, politólogos, sociólogos e incluso psicólogos de todas las latitudes están fascinados con el comportamiento electoral argentino. En efecto, han comprobado un fenómeno extraordinario. Mientras que las acusaciones de corrupción, por no decir nada de las condenas a tal efecto, logran que, v.g., el kirchnerismo no solamente mantenga su caudal electoral sino que además lo acreciente—si no es que incluso le permite reformar la Constitución—, al mismo tiempo hacen que otros partidos experimenten el efecto inverso, i.e., ven decrecer su rendimiento por las mismas razones. ¿A qué se debe que en un caso la corrupción sea directamente y en otro inversamente proporcional al incremento del voto?

Nótese que el punto no es que la corrupción merezca la mala prensa que suele tener. En efecto, quizás se trate solamente de un prejuicio burgués u "honestista", como bien solían decir algunos kirchneristas. Sin embargo, la pregunta sigue siendo por qué la corrupción, sea lo que fuera, afecta de modo tan diferente al electorado. 

En realidad, no hace falta ser un científico especializado en el lanzamiento de cohetes para darse cuenta de que la explicación, para variar, es el peronismo. Aunque muchos discuten acerca de si el kirchnerismo es o no verdaderamente peronista, es innegable que existe una relación bastante próxima entre ambos. Ahora bien, es un hecho que pasará un camello por el ojo de una aguja antes que la corrupción le haga perder votos al peronismo. Sin embargo, obviamente, esto no es una explicación, sino solamente una identificación del problema. Resta explicar por qué al peronismo la corrupción no lo afecta o en realidad lo fortalece, a diferencia de los demás partidos. Huelga decir que se trata de un secreto mejor guardado que la fórmula de la Coca Cola, porque si se hiciera público, el peronismo perdería esta innegable ventaja electoral. Nos vendría bien entonces un rocket scientist capaz de identificar la fórmula y explicar el misterio.

Hablando de científicos especializados en el lanzamiento de cohetes, nos sumamos al coro de quienes saludan este nuevo logro de nuestra comunidad científica, el lanzamiento del satélite ARSAT 2 al espacio. Somos uno de los pocos países en el mundo que han logrado algo semejante. Sin embargo, y sin querer desmerecer en absoluto este logro, no hay que perder de vista que una cosa es lanzar un satélite al espacio y otra muy distinta lograr que un candidato peronista que sabe que va ganando en las encuestas participe de un debate presidencial. Ni siquiera la institución de un Premio Nobel en la disciplina parece ser de ayuda, ya que es imposible siquiera intentarlo. Sin embargo, muchas veces la ciencia logró lo que en alguna época pareció imposible. Es cuestión de esperar.  

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