jueves, 4 de diciembre de 2014

¿Fueron los Fueros?


Las corporaciones mediáticas y sus esbirros electorales quieren hacernos creer ahora que la Presidenta de la República contempla la posibilidad de presentarse en las próximas elecciones como candidata a diputada del Mercosur, para poder contar con fueros constitucionales que la protejan del hostigamiento corporativo-judicial del que ha sido objeto hasta ahora y que algunos prevén se extenderá luego de que termine su actual mandato presidencial. Por suerte, el Jefe de Gabinete, el gran Contador Capitanich, ha despejado toda duda al respecto al negar rotundamente que “el voto popular del Parlasur busque inmunidad” (click).

Como si no fuera suficiente la imputación de semejante bajeza, de esta verdadera capitis diminutio a la primera mandataria (como si ella hubiese jamás contemplado siquiera rebajarse de este modo), este infundio viene acompañado por la no menos absurda hipótesis según la cual la Presidenta, a la izquierda de la cual se encuentra la pared como bien ha sostenido ella misma memorablemente desde un balcón interno de la Casa Rosada, podría considerar formar parte de una lista con el candidato presidencial del establishment, i.e. Daniel Scioli. No en vano el Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional y asesor de pensamiento for export ha manifestado una y otra vez a quien deseara oírlo que Scioli no representa en absoluto al modelo kirchnerista (que el árbol no tape el Forster).

Ahora bien, aunque supusiéramos exclusivamente en aras de la argumentación que esta imposible hipótesis tiene asidero alguno, no es la primera vez que un estadista se ve obligado por la fuerza de las circunstancias a manejarse estratégicamente a la caza de fueros debido a que es objeto de una persecución injusta.

En efecto, sin que importara el éxito de su campaña militar en la Galia, Julio César fue víctima de la persecución de sus adversarios políticos en el Senado—el parecido quita el aliento—que querían quitarle “el beneficio concedido por el pueblo”. Es más, “dicen que [César] había temido que se le obligara a rendir cuenta de las acciones que realizó en su primer consulado en contra de los auspicios, las leyes y el veto de los magistrados, pues Marco Catón [homónimo del blog] anunciaba muchas veces, incluso bajo juramento, que le acusaría en cuanto licenciara su ejército, y todo el mundo pronosticaba que, si volvía como un particular, tendría que defender su causa ante los jueces… con un cordón de hombres armados” (Suetonio, Vidas de los Césares, I.30). Fue por eso que César prefirió que se desatara una guerra civil antes que ceder su mando y perder sus fueros y de ese modo comparecer ante los tribunales (aquí un clip de Senado TV).

Yendo ahora a los EE.UU., cuyo gobierno reveladoramente planea matar a nuestra Presidenta tal como ella misma otra vez nos lo hiciera saber, en la película “Bienvenidos a Mooseport”, un ex-presidente (Gene Hackman) decide presentarse a una elección local como intendente en un pequeño pueblo de Maine solamente para ahorrar dinero en la búsqueda de una vivienda (si no hay tiempo ver por favor desde 0:24 hasta 0:42):


 

- [presentador] Demos la bienvenida a nuestro ex-presidente de los EE.UU. Monroe "Eagle" Cole
- [Cole] En relación al rumor que estoy aquí solamente porque perdí mi casa en Baltimore en mi divorcio...
- [esposa] es solamente la punta del iceberg / [Cole] ladrona, conspiradora
- [Cole ]... es absolutamente cierto.

De todos modos, y completamente in arguendo, sería completamente normal que un presidente luego de dos términos consecutivos de mandato buscara mantenerse en algún cargo público (sea en un concejo deliberante o el Mercosur) para no perder ritmo, y de paso con algún que otro fuero. Además, los fueros que se supone busca nuestra Presidenta no pueden provocar una guerra civil como los de César ni persiguen su auto-interés material como hacen los imperialistas estadounidenses, sino que solamente busca un refugio frente al incesante hostigamiento corporativo de la justicia penal. Que sea justicia.

1 comentario:

Eduardo Reviriego dijo...

Me parece que un cierto peligro de guerra civil existe en nuestra sociedad. Sería en el caso de que Scioli llegara a ser presidente y se lo creyera. Ya hay antecedentes.
Una duda: ¿Esa pared que está a la izquierda de Cristina, tiene acaso a varios metros del suelo una ventana con rejas?