lunes, 17 de marzo de 2014

París es una Fiesta

No es ninguna novedad que Argentina es país invitado de honor en el Salón del Libro de París 2014. Tampoco lo es que la delegación integrada por "46 autores nóveles y consagrados, exponentes de las letras y el pensamiento nacional", suscitó cierta polémica, tanto por las inclusiones como por las exclusiones de la delegación. Sin embargo, lo que nos llama la atención son dos de las mesas que forman parte de la Programación del pabellón argentino de dicho Salón (click).

Por un lado, el domingo 23 de marzo a las 15.30hs María Pia López, Eduardo Rinesi, Hernán Brienza y Mempo Giardinelli, con la moderación de Verónica Riera, “abren el debate alrededor de esta cuestión: cultura y política no pueden pensarse por separado”, ya que “En cada propuesta de gestión cultural hay implícita una propuesta política”.

Si bien ya hemos rendido homenaje en más de una ocasión a un exponente de las letras y del pensamiento nacional, y por qué no autor consagrado, de la talla de Brienza (para muestra, basta un botón), no hace falta ser un científico especializado en cohetes para sorprenderse por la concepción de “debate” que subyace a esta mesa. ¿Cuál sería la discusión por no decir el desacuerdo entre los miembros de esta mesa? A primera vista, y para quienes no estamos entrenados en la nanotecnología, no parece haber grandes diferencias entre los miembros de este panel.

Los kirchneristas de la mesa podrían replicar invocando a Donoso Cortés, para quien “la Iglesia, y la Iglesia sola, ha tenido el santo privilegio de las discusiones fructuosas y fecundas” (esperemos que la Iglesia nos perdone la comparación con el kirchnerismo, aunque últimamente se están llevando bastante bien que digamos). De este modo, quizás un debate kirchnerista típico sea:  ¿Néstor o Cristina?¿Horacio González o José Pablo Feinmann? ¿Edgardo Mocca o Sandra Russo? De adentro podrán parecer
cuestiones muy urticantes, pero de afuera no parece haber grandes diferencias. Nos hace acordar a cuando Hobbes en el Leviatán sostiene que si bien la «controversia era grande entre san Pedro y san Pablo, (tal como podemos leer en Ga. 2, 11.), sin embargo no se expulsaron mutuamente de la Iglesia». O a las nimias diferencias que aparecen en la letra de "Let's Call the Whole Thing Off" de Gershwin (la pronunciación de palabras, gustos de comida, etc.).

Sin embargo, es más que comprensible la composición de este panel y por lo tanto la exclusión de, v.g., Beatriz Sarlo, de esta delegación. Bastante vergüenza le hizo pasar a un destacado panel de seis autores nóveles y consagrados, exponentes de las letras y el pensamiento nacional, durante un programa de 678, como para replicar semejante situación esta vez en París, merced al erario público. Si Sarlo quiere seguir haciéndolos pasar vergüenza, que lo pague de su bolsillo.

Otra mesa que nos llama la atención es la del sábado 22 de marzo a las 15hs: “Democracias populares en América Latina”, con Ricardo Forster, Jorge Alemán, Ernesto Laclau, Jorge Coscia, y la moderación de Rodolfo Hamawi. No faltarán los que crean que la composición de esta segunda mesa es más asombrosa que la otra, ya que si nos costaba ver las diferencias ideológicas entre los miembros de la mesa sobre cultura y política, para poder apreciar las diferencias ideológicas entre Forster (click, click 2), Alemán (cuya filosofía democrática neo-rousseauniana habíamos examinado: click), Laclau y Coscia haría falta un microscopio electrónico.

Ahora bien, esta última apreciación es completamente inapropiada, ya que, a diferencia de la mesa anterior, en este caso la palabra “debate” no figura en ningún lado, con lo cual los cuatro hombres de letras, pensadores o autores podrán explayarse a sus anchas sin tener que poner a prueba sus creencias. Es más, la descripción de la mesa es tal que nadie podría razonablemente oponérseles: “En los últimos años han confluido en América Latina una serie de gobiernos progresistas que impulsan programas y políticas inclusivas destinadas a los sectores menos favorecidos, aquellos que en el desempeño de las democracias son los exponentes de lo que falta, la búsqueda de la reparación y la igualdad”. En efecto, ¿quién podría estar en contra de la inclusión, de la búsqueda de la reparación y de la igualdad, en una palabra, de la “democracia popular”? Después de todo, toda democracia es popular. Y si alguien se opone, es porque responde a intereses corporativos, es un enemigo del pueblo.

No podemos terminar sin expresar nuestra sana envidia por los asistentes a este Salón, los cuales tendrán la oportunidad de deleitarse con tan finos pensadores, hombres de letras y autores nacionales. Ojalá fuéramos una mosca apoyada en la pared del paredón argentino, y esperamos ansiosamente, si no un video de los paneles, al menos la crónica de lo acontecido.


3 comentarios:

Eduardo Reviriego dijo...

No hay que dejar de lado que los kirchneristas son pluralistas, debido a lo cual debaten solamente entre ellos, como lo sostuvo alguna vez el discípulo literario (*) de don Arturo Jauretche, don Aníbal Fernández.
En el mundo de los debates, a la oposición le reservan solamente el bate, como lo enseñare el General.
(*) Raro que tan eximio hombre de letras no haya sido incorporado a la troupe parisina.

Anónimo dijo...

http://www.pagina12.com.ar/fotos/20140322/rudypaz/na01di01.gif

Andrés Rosler dijo...

Muy buena la ilustración. Este Gobierno no ajusta, sino que reasigna y/o actualiza las tarifas, o desplaza la convergencia de la moneda. Acá hay otra: https://pbs.twimg.com/media/BcaygCsCIAA5gai.jpg