martes, 15 de enero de 2013

El Pueblo elegido




La discusión sobre la asunción del presidente Chávez en Venezuela (click) terminó. Sabemos, como es de público conocimiento y gracias al Tribunal Superior de Venezuela que Chávez o bien asumió virtualmente, o bien su asunción es innecesaria.

La discusión ahora es sobre las decisiones que toma Chávez mientras se recupera de su enfermedad en Cuba. En realidad, a pesar de que no pudo asumir el 10, si se nos permite la expresión, hoy Chávez mejoró tanto que el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció hoy que Chávez aprobó la designación como canciller del ex vicepresidente Elías Jaua (click). El nombramiento fue anunciado por Maduro al entregar en la Asamblea Nacional el informe de gestión de gobierno del año 2012. Maduro mantuvo hasta hoy el cargo de canciller, en el que se desempeñó por más de cinco años.

La discusión, decíamos, es naturalmente acerca de cómo podemos enterarnos, y sobre todo el pueblo de Venezuela, de las decisiones que toma su líder, ya que su líder, aunque ha mejorado notablemente, no aparece hace un tiempo, de hecho no se ha visto siquiera una foto de él. Quizás el siguiente párrafo de los Elementos Filosóficos de Hobbes nos ayude a entender lo que está sucediendo:

« las leyes de Dios son declaradas de tres modos. Primero, por los dictámenes tácitos de la recta razón. Segundo, por revelación inmediata, que, se entiende, se da a través de una voz sobrenatural, una visión, un sueño, una inspiración o un soplo divino. Tercero, por la voz de algún hombre que, por haber realizado verdaderos milagros, Dios ha recomendado a los demás como digno de fe. Y éste de cuya voz se sirve Dios para significar su voluntad a los otros es llamado PROFETA. Estos tres modos pueden ser llamados la triple palabra de Dios, a saber la palabra racional, la palabra sensible y la palabra profética, a los que corresponden tres modos por los cuales se dice que escuchamos a Dios: el razonamiento correcto, los sentidos y la fe. La palabra de Dios se hizo sensible para unos pocos. Por un lado, Dios no ha hablado a los hombres por revelación más que individualmente y ha dicho diferentes cosas a diversos hombres; por el otro, ninguna de las leyes del reino ha sido promulgada de este modo para pueblo alguno » (XV.3, edición de Hydra, pp. 286-287).

Es claro que la designación de un ministro, por evidente que fuera, no puede ser considerada un dictamen de la recta razón. Al menos sería muy controversial que alguien afirmara algo semejante. El camino de la revelación inmediata sería no menos polémico. Queda la alternativa de la voz de algún hombre que haya sido encomendado por Chávez como digno de fe, lo cual parece haber sido el caso cuando Chávez anunció que designaba a Maduro como su sucesor. Podemos inferir que si Maduro es su sucesor, bien puede hacer las veces de vocero o heraldo de Chávez. De hecho, ahora queda claro qué fue lo que hizo Chávez cuando anunció la relación especial que lo unía a Maduro. Algunos estaban preocupados porque dicho anuncio (nótese el curioso título a la sazón de un diario como Página 12 al respecto, un diario que no puede ser tachado de ser antichavista, creemos: "Chávez viaja por un milagro y nombra sucesor" (click), aunque el milagro quizás haya adelantado la discusión sobre los futuros anuncios) les había parecido superfluo (la Constitución de Venezuela es la indicada para saber quién es el sucesor de un presidente) o lisa y llanamente ilegal. No sin razón, otros sostuvieron que en realidad Chávez con su anuncio recomendó a quién votar en caso de que Chávez no pudiera asumir luego de su triunfo. Ahora, gracias a Hobbes, tenemos mejores herramientas para enterarnos de cómo Chávez anuncia sus decisiones. Quizás Venezuela se haya transformado en un nuevo pueblo elegido, o lo sea desde hace tiempo.


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