jueves, 9 de agosto de 2012

Afuera





No se admiten represores en la Universidad de Buenos Aires: con una resolución unánime, el Consejo Superior de la UBA resolvió vetar el ingreso de quienes fueron parte del terrorismo de Estado en el programa de la universidad en cárceles . El argumento de que los genocidas son negacionistas no es fuerte. A nadie se le pide que reconozca su delito para poder estudiar en la cárcel. Tampoco el que refiere a que las víctimas de los delitos pertenecían a la universidad. Y decir que “debe entenderse que no se trata de cercenar los derechos humanos básicos, que incluye el derecho a aprender, sino de respetar los otros derechos humanos básicos, que han sido previamente dañados” es absurdo: nadie está en la cárcel porque se olvidó el mantel del picnic sino porque violó derechos humanos básicos. Tampoco se tuvo en cuenta el principio de inocencia. Al menos el rector fue sincero: Ruben Hallu, destacó el posicionamiento institucional como “una clara expresión política”. El problema lo tienen quienes se oponen al derecho penal del enemigo (click). Ya habíamos expuesto el problema aquí.  

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