viernes, 7 de junio de 2013

Nada Humano le es ajeno a Insfrán




La violación sistemática de los derechos humanos (a la vida, propiedad, etc.) a la que ha estado expuesta la comunidad qom de un tiempo a esta parte por el Gobernador Insfrán de la Provincia de Formosa no es ninguna novedad. Lo que quizás sea novedad, hasta cierto punto, es que la violación de los derechos humanos no es exactamente una invención de Insfrán, sino que se trata de una característica típica de una corriente del pensamiento occidental de ilustre prosapia que irónicamente suele ser llamada “humanismo”.

En efecto, mientras que algunos intelectuales, si se nos permite el anacronismo, como Bartolomé de Las Casas y luego Francisco de Vitoria creían que los nativos americanos, si bien pertenecían obviamente a una cultura diferente, eran seres humanos con iguales derechos que los europeos, y por eso ambos españoles se opusieron claramente al trato recibido por los americanos de manos de los europeos, otros intelectuales no menos españoles como Juan Ginés de Sepúlveda, un exquisito humanista y autor de una notable traducción de la Política de Aristóteles al latín, apoyándose precisamente en la autoridad de Aristóteles, creía que los nativos americanos eran esclavos por naturaleza y merecían ser tratados en consecuencia. Es más, tal como lo ha mostrado Richard Tuck en The Rights of War and Peace, mientras que el modelo escolástico de la guerra se oponía firmemente a la justificación de una guerra de conquista, el modelo humanista por el contrario fue el que defendió la colonización del “nuevo mundo” extra-europeo.

Carl Schmitt, en su Nomos de la Tierra, también nos recuerda que no fue casualidad alguna que Sepúlveda haya sido humanista. Francis Bacon, otro gran humanista, creía que los nativos extra-europeos eran caníbales y por eso inhumanos, y por lo tanto carecían de derechos. Schmitt creía además que “No es de ninguna manera una paradoja que justo los humanistas y los humanitarios presenten tales argumentos inhumanos. Pues la idea de la humanidad tiene dos lados. Ella es capaz de una dialéctica a menudo sorprendente” (p. 72). Según Schmitt la ideología humanitaria del humanismo congénitamente porta una energía de disociación discriminatoria entre seres humanos e inhumanos. El potencial discriminador, irónica o paradójicamente según se quiera, sólo alcanzó su máximo esplendor una vez que la idea de la humanidad absoluta alcanzó su cénit a partir del siglo XVIII hasta nuestros días: “Recién con el ser humano en el sentido de la humanidad absoluta aparece, a saber, como la otra cara del mismo concepto, su específicamente nuevo enemigo, el inhumano [Unmensch]” (72). Además, en El Concepto de lo Político Schmitt se hizo famoso por sostener que “El que dice humanidad, quiere engañar”.

Tampoco es casualidad que un brillante discípulo de Schmitt como Reinhart Koselleck explique en Futuro Pasado que la idea de humanidad es un contra-concepto asimétrico, i.e., un concepto binario que pretende tener alcance universal tal que todo aquel que desee oponérsele automáticamente es considerado desigual y por lo tanto impide el reconocimiento mutuo. Por ejemplo, el primer contra-concepto asimétrico es el del helenismo o la Hélade, según el cual todo aquel que se le oponga se convierte en un bárbaro, no sólo en sentido cultural sino fundamentalmente en términos morales. Un segundo contra-concepto asimétrico es el Cristianismo o Cristiandad (según corresponda). Quien queda fuera de este concepto es el paganismo, quien es bienvenido a ser parte del universal cristiano pero por supuesto a cambio de dejar de ser pagano. Una vez que el universalismo cristiano cobró una dimensión institucional, fue tan peligroso como su antecesor helénico.

Finalmente, explica Koselleck, llegamos a lo que en principio debería haber reemplazado a todos los contra-conceptos asimétricos, es decir, el concepto moderno de humanidad. Se trata de un concepto que aspira a la totalidad o generalidad de tal forma que no puede haber en principio división alguna y su alcance se extiende a todos los seres humanos. Sólo puede quedar afuera aquello que es inhumano. Sin embargo, no iba a pasar mucho tiempo hasta que la humanidad misma se volviera un concepto primero crítico y luego polémico contra la iglesia y las religiones, el derecho estamental de la sociedad, el dominio personal de los príncipes, países que están en contra de Estados Unidos y hoy en día pueblos originarios que molestan a los aliados políticos del kirchnerismo. En efecto, así como Luis XVI, un ser humano mal que nos pese, se convirtió en el primer enemigo de la Humanidad, hoy los qoms no son considerados humanos y por eso aparentemente algunos les niegan sus derechos humanos más elementales.

A esa altura es natural concluir que muy probablemente Insfrán, verdadero intelectual humanista si los hay con un insaciable apetito por la filosofía clásica, seguramente sólo por modestia prefiere no presumir de sus lecturas aristotélicas y de la obra de Ginés de Sepúlveda, así como de la tradición humanista desde Tomás Moro hasta Ronald Dworkin, y de ese modo apuntalar su política de violación sistemática de los derechos de los qoms en la provincia que gobierna ya hace un par de décadas merced a la generosa re-elección indefinida que él logró incorporar a la constitución provincial.

Más allá de esta curiosa relación de amor-odio entre el humanismo y los derechos humanos, ¿por qué el Gobierno Nacional que tanto ha hecho por los derechos humanos y se enorgullece de haberlo hecho, sin embargo, defiende a rajatabla a un político como Insfrán, v.g., negándose a atender a los qoms e incluso dándole a Insfrán un lugar privilegiado en el escenario mismo detrás de la Presidenta en el último acto de conmemoración del 25 de Mayo?

Políticamente es más que inconveniente, ya que no sólo Insfrán viola los derechos humanos de los qoms, sino que su provincia es políticamente casi irrelevante, sobre todo al lado de provincias como Buenos Aires, Córdoba, o Santa Fe. El Gobierno Nacional tendría todo por ganar si se apartara de Insfrán. Dicho sea de paso, hace poco la Presidenta declaró a voz en cuello que "DONDE HAYA UN ARGENTINO QUE SUFRE, AHÍ VOY A ESTAR" (click), lo cual nos hace dudar de si los qoms son argentinos. En otras palabras, aunque fueran humanos, el problema de los qoms es que no son argentinos.

Así y todo, las palabras vuelan, la duda permanece. ¿Cuál es la explicación de esta alianza inquebrantable? ¿Será la conocida profesión de fe kirchnerista del Gobernador merced a la cual la primera estatua de Néstor Kirchner fue construida y expuesta en Formosa? Sea cual fuere la explicación, la fidelidad para con sus aliados de la que hace gala el Gobierno es encomiable: ni siquiera los derechos humanos logran que el Gobierno abandone a sus aliados.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

La presidenta en el ultimo tiempo recibio a militantes opositores que fueron agredidos por sus pares y a un niño que la queria conocer.

La verdad que es no se explica porque no recibe a los Qom.

Quizas es porque los qom son agredidos pero no por opositores al gobierno...
O quizas no manifestaron claramente que la quieren conocer...

Tal vez habria que armar una campaña en facebook para que un niño qom pueda conocer a cristina. A lo mejor eso si sirve.

Andrés Rosler dijo...

Estuvimos averiguando por qué a ningún qom se le ocurrió filmar a un niño qom diciendo que quería ver a Cristina. Nos contestaron que los qoms no tienen filmadoras, o aparatos capaces de hacerlo.

Anónimo dijo...

De un lado mejor que no pudieron filmar. Mira si un nene le decia que queria ser abogado...

Hablando de Roma... la frase de Cristina sobre los abogados... no merece un analisis del equipo de la causa??

Eduardo Reviriego dijo...

La explicación de la alianza (*) entre el impresentable gobernador de Formosa (**) y el gobierno nacional, tiene una explicación muy simple, que proviene de la patente e “interesada” confusión entre lo que significan los Derechos Humanos y la persecución penal de los llamados Crímenes de Lesa Humanidad vinculados con el terrorismo de estado. Los Derechos Humanos no pueden limitarse a la revisión del pasado dictatorial como se lo ha hecho desde el 2003, puesto que ello implicaría un reduccionismo inaceptable en ese ámbito de lo que se puede derivar que: “No hay ni ha habido en la Argentina una política de Estado en la materia. Ante todo porque el Estado defecciona en sus funciones de protección de los excluidos, en medio de una indiferencia bastante generalizada”, que muestra “una contraposición entre una justicia aplicada a los crímenes del pasado y una justicia guardiana de los derechos básicos, relegados en el presente”.- Los Derechos Humanos significan la construcción de un Estado de “derechos” que debe garantizar lo básico, y lo básico no está garantizado en nuestra sociedad, por lo que no puede decirse que en la Argentina exista o se esté construyendo una cultura de los derechos humanos, ni en el Estado, ni en la sociedad; si bien hay una implementación importante del reclamo del esclarecimiento y justicia de los crímenes de la dictadura, por ello convive con la ausencia de una concepción integral de los derechos y la justicia que se evidencia tanto en las instituciones y hábitos de la sociedad civil como en la fragilidad de las políticas de Estado, y esas carencias no se reemplazan con una ideologización combativa arrojada sobre los fantasmas del pasado. (***)
(*)Más que alianza es sometimiento. La alianza lo es entre iguales.
(**)Es una "barbaridad" calificarlo de humanista. Volveré sobre ello.
(***) Vezzetti, Hugo. Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos. Siglo XXI. Bs. As. 2009. págs. 37 y sgts.-

Andrés Rosler dijo...

Anónimo: nos intriga mucho la frase de Cristina sobre los abogados, pero no la conocemos. ¿Cuál fue?

Andrés Rosler dijo...

Eduardo, nos parece que la explicación tiene que ir más allá. Sin duda que los derechos humanos son aplicados de manera selectiva. La pregunta es por qué.

e dijo...

Andrés:
¿Por qué?
Porque el proyecto de conseguir poder a cualquier costo, por parte de quien arribó al gobierno como segunda minoría, ha utilizado a los derechos humanos para ello, centrándolo en lo que más reditúa, o sea juicio y castigo a las violaciones de los derechos humanos durante el proceso militar, y para lo que ni Néstor ni Cristina tuvieron escrúpulos en inventarse un pasado como militantes, dejando de lado su falta de interés sobre este tema desde el retorno a la democracia y hasta el 2003.


Andrés Rosler dijo...

Para el kirchnerismo Insfrán sería una muy fácil presa. Un gobernador cuasi-feudal (en el sentido peyorativo de la palabra, como diría Sacha Cohen), de una provincia políticamente irrelevante (muy pocos votos), que mata qoms, es el blanco ideal de un Gobierno que se ufana de proteger los derechos humanos. Y sin embargo, en lugar de atacarlo lo ponen en el palco. Es muy extraño.

Unknown dijo...

Buenas reflexiones. Las preguntas del final nos la hicimos muchos la vigilia en Plaza de MAyo. Lo mas parecido a la respuesta la dieron amigos uqe estuvieorn en Formosa, que comentaron los de las 15 pistas de aterrizaje: osea nacotrafica, trata, etc. En fin.. ¡Salud!

Andrés Rosler dijo...

Ramiro, muchas gracias por tu comentario. Ahora todo suena mucho más razonable.

Eduardo Reviriego dijo...

Me parece que hablar de violación de derechos humanos en tiempos de la conquista de estas tierras resulta un despropósito y mucho más cargarlo en el débito del humanismo.
Como bien ha resumido Conrad Hal Waddington:
“Las guerras, torturas, migraciones obligadas y otras brutalidades
calculadas que constituyen gran parte de la historia reciente, han
sido en su mayoría llevadas a cabo por hombres que consideraban
que sus acciones eran justificadas y, de hecho, exigidas conforme a
ciertos principios básicos en los que creían.” Quienes intervinieron en la conquista americana no podían escapar al discurso vigente en esa época, totalmente ajeno a las costumbres de los habitantes de estas tierras, y que aún personificado en la defensa intentada por Las Casas, según Subirats, estaba limitado por que “Al existente humano se le reconocía como sujeto universal, pero a condición de ser arrancado de cualesquiera condiciones sociales y culturales diferentes.”
Francisco de Vitoria introdujo el revolucionario concepto jurídico y ético del derecho internacional de gentes, que formalmente parecía asegurar una relativa autonomía del modo de ser de las culturas indígenas, pero que sin embargo esos derechos “partían de un concepto general y abstracto del ser humano como miembro de una comunidad internacional definida por el intercambio de mercancías, la acción productiva, el predominio técnico del hombre sobre la naturaleza y un concepto racional del poder político, que aplastaba bajo su lógica universal la realidad diferente de las civilizaciones americanas, sus formas de vida, su memoria y conciencia comunitaria y su concepción sagrada de la naturaleza.
Cada generación se expresa conforme a los valores que le son propios y tiende a ver a las restantes bajo ese prisma. Cuando los españoles llegaron a América interpretaron el mundo indígena con las premisas de la cultura occidental de su tiempo. Se buscó así transformar la realidad existente, lo que para ellos sólo era posible a la luz de la civilización europea, lo que le impedía captar la peculiaridad de lo autóctono. La población indígena fue interpretada siguiendo los viejos conceptos clásicos, atribuyéndole el estado de inocencia de la primitiva humanidad, pero también ese primitivismo fue captado como un mundo salvaje, sin moral, perverso que debía por ende ser transformado, llegándose al fondo del problema cual fue la discusión sobre la validez o no de la imposición de un modelo de civilización sobre otro y los efectos que ello trae consigo.-
Por eso la destrucción de las Indias fue producto de un proceso civilizador, propio de la concepción de la instauración de un sistema cristiano de valores predominante en esa época, donde el universalismo salvacionista cristiano, a la vez que destruye formas de vida originarias, es “ la premisa histórica y el hilo de oro espiritual que atraviesa también los significados universalistas del discurso moderno del progreso, desde Francis Bacon hasta su reformulación vanguardista o postmoderna.” Lo entrecomillado pertenece a la obra
de Eduardo Subirats El continente vacío. Siglo XXI. México. 1994.
Sigo.

Eduardo Reviriego dijo...

Continúo:
No podemos dejar de lado que a Sepúlveda se le negó el derecho a imprimir su libro sobre las justas causas de la guerra contra los indios y que a diferencia de Aristóteles, para quien el esclavo es de una naturaleza diferente,y por lo tanto definitiva, para el cristianismo cualquiera puede volverse cristiano, así lo reconoció el Papa Paulo III, cuando manifiesta que "(...) Aquellos indios, como verdaderos hombres que son, no están sin embargo privados ni hábiles para ser privados de su libertad ni del dominio de sus cosas". conf. Todorov, Tzvetan. La conquista de América. El problema del otro. Siglo XXI. México .1991. páginas 157 y sgts.
Por supuesto, la conquista dejó en gran parte de lado estas enseñanzas, pero eso es otra historia, que a mí entender no tiene mucho que ver con el verdadero humanismo.
Bien por el comentario de Ramiro: la otra "pata" del modelo: los buenos negocios que habilita el poder sin límites.

Anónimo dijo...

Sobre la frase o dicho de Cristina, la presidenta le pregunto a un niño:

Que vas estudiar cuando salgas de la secundaria?

Mecanico, respondio el niño

A lo que ella aliviada contesto: "Vamos todavia, si me decia abogado me pegaba un tiro"

http://www.infobae.com/notas/714267-Cristina-Kirchner-Si-me-decias-que-querias-ser-abogado-me-pegaba-un-tiro.html

Me llamo la atencion puesto que ella es una exitosa abogada.

Eduardo Reviriego dijo...

Un opositor destituyente, frente al dicho de Cristina, podría sugerir: Y se le mandamos a un chico al que le gustaría estudiar para ser abogado.

Anónimo dijo...

Lo extraño es que cualquiera que vea que un abogado puede terminar siendo presidente, y ademas con una muy buena posicion economica... muy probablemente quiera ser abogado no?

Mas aun pensando que los kirchner llegaron "hechos" al gobierno (segun Diana Conti), lo que muestra que siendo abogado se puede ganar mucho dinero.

Eduardo Reviriego dijo...

Y eso habría que preguntárselo al ministro Puricelli, que parece conocer cómo hizo Néstor para conseguir el dinero grande, allá en tiempos de los fondos de las regalías mal liquidadas, y luego mal administradas.

Andrés Rosler dijo...

Eduardo, muchas gracias por tus comentarios, que suscitan varias cuestiones. La idea de que quien hace una guerra lo hace porque cree que tiene razón, en realidad está al borde de la tautología. Siempre que actuamos creemos que tenemos una buena razón para hacerlo. Pero, por supuesto, muy a menudo lamentablemente nos equivocamos, y no menos a menudo no hace falta que un tercero nos lo diga para que lo reconozcamos nosotros mismos. En cuanto al anacronismo, vos mismo decís con razón que hubo gente que se opuso en la misma época, como Las Casas y Vitoria, por lo cual no es anacrónica la crítica (Vitoria terminó apoyando la política española, pero no por los argumentos humanistas). Y creer que sólo podemos juzgar a una época por sus propios estándares implica creer que lo único por lo cual nos oponemos al Holocausto fue porque iba en contra de los estándares de su época. Si hubiera sucedido un día antes o después, no habría habido nada para decirle. Respecto al cristianismo, sin duda que a diferencia del humanismo aristotélico ofrece una opción, pero la opción para algunos puede ser muy cara: prefieren seguir siendo quienes son. De ahí que el cristianismo para algunos es un falso universalismo, y de ahí también que algunos sospechen de todos los universalismos ya que todos suelen terminar siendo falsos o insuficientes, dejan gente afuera. Finalmente, tu mención del "verdadero humanismo" indica un punto muy importante. Podríamos decir que la crítica al humanismo por sus "inhumanidades" es humanista en sí misma, un humanismo de segundo orden en nombre del cual criticamos lo que hizo el humanismo o lo que se ha hecho en su nombre.

Unknown dijo...

Humanismo, civilizacion, progreso o desarrollo, bienestar, dios, liberalismo..... se puede invocar cualquier cosa y extraer buenos argumentos para mantener a los que dominan arriba, a los que obedecen abajo y al resto de chivo expiatorio. Sacar provecho de los indefensos siempre fue politica humana.

Andrés Rosler dijo...

Anónimo: muchas gracias por la frase de Cristina. Que los abogados tienen mala prensa no es ninguna novedad. Los revolucionarios en 2 Enrique VI proclaman que lo primero que van a hacer una vez que lleguen al gobierno es: "matar a todos los abogados". Cristina pudo haber sido una abogada exitosa, pero el derecho constitucional no parece ser su fuerte, o ha delegado dichas cuestiones en abogados que no son especialistas.

Eduardo Reviriego dijo...

Andrés:
No se juzga al holocausto por los estándares de su época, sino por la larga acumulación de normas y conquistas, que en una prolongada lucha había conseguido la humanidad. No había en ese sentido "un día antes" -eran siglos- ni podría haber existido "un día después", porque en el día después la humanidad incorporó nuevas normas tratando de impedir esa clase de crímenes y condenarlo con la mayor fuerza que fuere posible. El mundo en el que se cometió el holocausto, no era en ese sentido equivalente al mundo en que tuvo lugar la conquista de estas tierras por los europeos, por eso no se puede hablar de genocidio.
Por supuesto, por más convenciones y tribunales internacionales que puedan existir, los crímenes se siguieron y siguen cometiendo, incluso muchas veces las víctimas se convirtieron en verdugos,la maldad de los hombre parece que nuca se termina de extinguir pero ya estaríamos entrando en el campo de la teodicea.

Andrés Rosler dijo...

El problema es el mismo: ¿el único problema con el Holocausto es que fue cometido en contra de los estándares de la época y del lugar? Entonces, si el Holocausto hubiese tenido lugar, digamos, a comienzos del siglo XVIII, habría sido menos grave entonces, o quizás incluso ni siquiera hubiera sido tal. Sólo quien crea que hay estándares morales universales puede evitar contestar que sí a esta pregunta.

Andrés Rosler dijo...

Queti Mporta: sin duda, la culpa no es necesariamente de los ideales invocados.

Eduardo Reviriego dijo...

Andrés:
Holocaustos existieron siempre (*)pero la "humanidad" no había evolucionado como para darle entidad y condenar a sus autores. A eso me refiero cuando digo que se necesitaron siglos para que, tibiamente, apareciere un derecho de gentes, una "costumbre internacional" que castigaba esa clase de actos. No nos olvidemos que esa "costumbre" fue la que permitió a nuestros tribunales proceder a la reapertura de los juicios por los crímenes del "proceso".En cierta manera esa "costumbre" ocupó el lugar de una moral internacional, que intenta estar por encima del derecho interno de los Estados.
(*)Conf. Ternon, Yves.El Estado Criminal. Los genocidios del siglo XX. Península. Barcelona. 1995. páginas 271/290.

Andrés Rosler dijo...

Entonces lo que era absurdo era querer castigarlos antes del siglo XX. ¿Pero no criticarlos?

Eduardo Reviriego dijo...

Andrés:
Criticarlos, no hubo problemas, y desde el siglo XVI hubo pensadores que afirmaban la primacía del derecho natural y consideraban que el poder no había sido dado a los príncipes como un fin en sí, sino como un medio al servicio de un orden de justicia y paz al cual ellos mismos están subordinados, siendo éste el orden natural, orden que debería prevalecer sobre la ley de un Estado soberano. Aunque se admitiera que el Estado puede ser sujeto de infracción,siempre existió el problema de la imposibilidad de concretar el responsable penal, en el sentido de aquel, que sometido a la ley la infringe, puesto que al Estado no se le puede infligir una pena que afectaría a todos sus ciudadanos, incluidos los inocentes.Mucho debieron trabajar los juristas para conseguir responsables de la acción criminal de un Estado, y en esa labor la idea de crímenes de guerra, abrió el camino que llevará luego al de crímenes contra la humanidad. Aún hoy en día la cuestión no ha sido resuelta satisfactoriamente, y numerosos crímenes internacionales permanecen impunes, no hay dudas de que no resulta difícil juzgar al vencido, pero ¿quién juzga a los vencedores?
No hay dudas de que sigue teniendo razón el poeta Vassili Grossman cuando escribió sobre los crímenes de Stalin: “Era la hora de su triunfo. No solo había vencido a su enemigo actual, sino a su pasado. La hierba se espesará sobre las tumbas de 1930 en las aldeas. Las nieves y los hielos más allá del círculo polar permanecerán silenciosos. Sabía mejor que nadie en el mundo que no se juzga a los vencedores.”

Ramiro dijo...

Andrés, me pregunto si las últimas declaraciones de la Presidenta respecto del Poder Judicial(*) motivarán un análisis de La Causa.

Me resulta increíble que uno se entere de repente, por twitter, que nuestra presidente desconoce el rol que debe cumplir el Poder Ejecutivo en una República.

A partir de sus declaraciones vi muchas notas al respecto pero ninguna que diga, con simpleza y precisión: "si, señora, al PE y al PL los elige el pueblo; y si, señora, aún así necesitan contra-poderes. Vuelva a la facultad, señora, si es que alguna vez estuvo allí".

Espero con ansias vuestro análisis!

Saludos.

(*)"Escucho que el poder judicial tiene que ser un contrapoder ¿Contrapoder de qué? A ver analicemos, al Ejecutivo los vota el pueblo, a los legisladores los vota el pueblo, cuando se plantea al Poder Judicial como contrapoder. ¿De qué? ¿Contrapoder del pueblo? Aquel que se piensa como contrapoder, desde la Justicia, me parece que es delegado de otro poderes que imaginamos cuáles son"

Andrés Rosler dijo...

Ramiro, muchas gracias por tu comentario. Lo único que podemos adelantar es que estamos trabajando precisamente sobre el tema.