El Juramento de los Horacios, Jacques-Louis David, 1784
Los Horacios, González y Verbitsky, cada uno a su modo, se han juramentado a no ceder en su compromiso con sus fuertes principios en contra de Bergoglio. El hecho de que Bergoglio se haya convertido en Francisco no cambió nada para ellos. Como se suele decir últimamente, "se puede discutir" el alambicado estilo de González (que incluye la caracterización de Ratzinger como un "spinozista") y si Verbitsky tiene suficiente respaldo moral como para convertirse en juez de las virtudes y defectos morales de sus enemigos (en realidad, la autoridad moral en el fondo es irrelevante, siempre y cuando estemos dispuestos a que nos juzguen tal como juzgamos), pero es indiscutible que como la proverbial piedra estoica han resistido los cambios de la marea política.
Del resto del kirchnerismo, sin embargo, no se puede decir lo mismo, ya que ha rendido homenaje a la performatividad de la política, por no decir la política de los hechos consumados. Desde Cristina Fernández de Kirchner (quien en realidad parece haberse olvidado de que estaba en contra de Bergoglio, a juzgar por su muy genuina emoción durante su última estadía en Roma) hasta Hebe de Bonafini, pasando por Luis D'Elía y Cynthia García, han tratando a Bergoglio del mismo modo que el diario Le Moniteur Universal, el diario vocero del gobierno francés, había tratado a Napoleón. En efecto, durante el mismo mes de marzo de 1815 éstos son los informes que se sucedieron en dicho periódico de la marcha de Napoleón desde Elba hacia París:
1. El antropófago ha salido de su escondite.
2. El ogro de Corsa viene de desembarcar en el Golfo de Juan.
3. El tigre ha arribado a Grenoble.
4. El monstruo se ha acostado en Grenoble.
5. El tirano ha atravesado Lyon.
6. El usurpador ha sido visto a sesenta leguas de la capital.
7. Bonaparte avanza a gran paso, pero no entrerará jamás en París.
8. Napoléon estará mañana bajo nuestras murallas.
9. El Emperador ha arribado a Fontainebleau.
10. Su Majestad Imperial y Real ha hecho ayer a la noche su entrada en el Palacio de las Tullerías en medio de sus fieles súbditos.
No tenemos las tapas del Moniteur, pero sí las de Página 12, el mismo diario que publicó las opiniones de los Horacios. Nos dan una idea de cómo habrán sido aquellas tapas napoleónicas:
2 comentarios:
Algunos dirian que al no tener las tapas del Moniteur, no hay pruebas suficientes...
Exacto. Acá hay una entrada que trata a su modo la sociología kirchnerista del conocimiento, o del conocimiento kirchnerista: http://lacausadecaton.blogspot.com.ar/2012/10/koherentismo.html
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