domingo, 10 de marzo de 2013

Con la Constitución en la Mano




Las dificultades constitucionales de Venezuela son fácilmente explicables, con independencia de los problemas que provoca animarse a llevar a cabo toda transformación revolucionaria.

En primer lugar, si bien se suele decir que es deseable tomar decisiones políticas con la Constitución en la mano, en Venezuela semejante expresión es un arma de doble filo. En efecto, su Constitución está al alcance la mano, y de hecho algunos jueces de manos no muy grandes pueden tomar decisiones con más de un ejemplar en cada mano (el nuevo Presidente juró con la Constitución literalmente cubierta por su mano, y Edmundo Rivero pudo haber sostenido un container de ejemplares en la mano, pero el suyo era un caso especial), pero precisamente por eso es casi imposible que puedan leerla. Sólo un juez descendiente de halcones, o provisto del ojo biónico de Steve Austin o de un microscopio electrónico, podría leerla. De ahí que no podemos criticar a las autoridades políticas y judiciales de Venezuela por haber entendido cualquier cosa, por ejemplo, confundir al Vicepresidente del Poder Ejecutivo con el Presidente de la Asamblea, o creer que una asunción presidencial puede tener lugar sin el presidente (nos permitimos referir a nuestra discusión de esta cuestión, la cual resultó ser profética, creemos que nunca más apropiado el término que en este contexto: El Pueblo elegido), cuando ni siquiera pueden leer la Constitución.

En segundo lugar, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela tiene treinta y dos miembros, tal como nos lo recuerda una excelente nota de Página 12 de hoy (No estuvo bien). La imposibilidad de leer la Constitución se agrava notoriamente debido a que con semejante composición es imposible siquiera que los jueces del alto tribunal puedan trabajar juntos. Da escalofrío de hecho pensar sólo en las complicaciones de tránsito en los alrededores que provocaría una reunión del Tribunal a pleno, o dónde podrían ir a almorzar: deberían alquilar un restaurant entero para hacerlo. En efecto, una mesa para treinta y dos es un restaurante. Y para poder sesionar el Tribunal debería lisa y llanamente alquilar un Salón de Fiestas (uno de los miembros de La Causa de hecho estuvo el viernes en una fiesta de quince en la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Olivos, y lo recomienda pero para una media sesión del Tribunal, o una sesión para la mitad de los miembros. Para una sesión plena y para evitar disgustos convendría alquilar el Luna Park). A esto hay que sumarle dificultades tales como qué pasaría si uno de ellos no soportara el ajo o el olor al ajo y justo alguno de los otros treinta y uno justo comido ajo recientemente, o si no todos fueran estrictos en sus hábitos higiénicos o no se bañara regularmente, o tuviera intolerancia a la lactosa, o vaya uno a saber qué otra eventualidad pudiera suceder.

La siguiente e histórica escena de "Una Noche en la Ópera" de los Hermanos Marx, creemos, nos da una buena idea de cómo es un reunión estándar del Tribunal Supremo de Venezuela, a la cual por obvias razones no pueden asistir ni los secretarios letrados, ni relatores, sino pura y exclusivamente sus miembros:

  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Despues de leer la nota de O'Donnell, (que me parecio muy buena).
Entre a su blog para ver las respuestas de la gente.

De nuevo aparece este concepto de muchos, que el "enemigo" (en este caso imperio, derecha, capriles, Morales Sola, Clarin, Mirtha Legrand, etc...) es no solo el causante de todos los males del gobierno defendido, sino tambien el que impide que estos hagan mas cosas "buenas", y mas aun, el que justifica cualquier cosa "mala" que puedan llegar a hacer.

Pero mas me llamo la atencion, que muchos critican al autor por no respetar la linea editorial del diario donde publico la nota. Esperaban que O'Donnell escribiera lo que ellos querian leer, esperaban que NO sea independiente y escriba en favor de su medio.

No es justamente esto mismo lo que repudian de clarin, la nacion, etc...??

Andrés Rosler dijo...

De acuerdo nuevamente. Quizás esta entrada sea útil en este contexto: http://lacausadecaton.blogspot.com.ar/2013/02/que-es-peor-la-kritica-o-la-critica.html