jueves, 8 de diciembre de 2011

Odol Pregunta

Nos vemos forzados a interrumpir la serie de videos musicales en su mayor parte alusivos para aclarar cierta confusión. Algunos de los que ya han pasado por la ordalía del coloquio mostraron cierta sorpresa al enterarse de que no sólo se supone que deben expresar ciertos conocimientos sino además y fundamentalmente mostrar por qué son tales, i.e. esencialmente creencias justificadas, al menos hasta donde se pueda. En efecto, es usual que alguien elija algún tema y luego señale un autor, o directamente un autor. En ambos casos, es completamente normal que primero se resuelvan cuestiones de atribución, es decir, qué es lo que efectivamente dice el autor invocado. Pero luego la discusión se desplaza hacia el contenido de lo expresado, habiendo resuelto cuál es o qué dice la fuente. Una vez que entramos precisamente en el territorio del contenido, algunos reaccionan preguntando: "¿Ah, Uds. quieren saber mi opinión personal al respecto?". En cierto sentido es un juicio correcto. Pero un coloquio no es una encuesta, ni tampoco una sesión de análisis--mucho menos de la manera en que las películas estadounidenses muestran que proceden los analistas preguntando: "¿Cómo te hizo sentir... [tal o cual cosa]?"--, ni tampoco la invocación de alguna genialidad romántica, ni un programa de preguntas y respuestas precisamente. En el coloquio tarde o temprano la discusión deja de ser sobre qué dijo, v.g., Hobbes (o Schmitt, o Hart, o Raz, o quien sea), y se convierte en si tenía razón o no, qué tan buenas son las tesis que defiende, sus argumentos, etc. De ahí que incluso alguien con una memoria lo suficientemente prodigiosa como para conocer precisamente de memoria, v.g., las obras completas de X, y por lo tanto poder ganarse la vida dedicándose a la actividad circense entreteniendo a espectadores que le preguntaran "¿qué dice X en la pág. Y?", no por eso podría necesariamente aprobar el coloquio. En resumidas cuentas, lo que se espera en un coloquio no es una opinión personal sino una opinión bien informada, por no decir crítica, sobre el tema elegido por xl aspirante. Y la crítica, además, debe ser buena, a los efectos de evitar la Clínica de la Discusión de Monty Python (http://lacausadecaton.blogspot.com/2011/09/la-clinica-de-discusion-de-monty-python.html). Humildemente, se trata de recrear la discusión que tuvo lugar durante los teóricos.




A partir de este momento continuaremos con la serie musical en su mayor parte alusiva.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Profesor Rosler, creo que tenemos graves inconvenientes para salir de nuestro "aguijón semántico". Creo que aunque quisiéramos seguir los preceptos del gran maestro Dworkin no llegaríamos a coincidir ni en la etapa "preinterpretativa". Como bien sabemos importan las intenciones del intérprete. Pero... ¿quién es el intérprete privilegiado en este caso? ¿El docente o el alumno? ¿O ambos conformamos una comunidad imterpretativa? El coloquio es un ente complejo para interpretar, tiene la apariencia de un pic nic pero es un final común y corriente. A no confundirse como dice el doctor Rosler... no es una charlita de café...!

Andrés Rosler dijo...

Bueno, si Anónimo por final común y corriente entiende que un(x) alumnx elige un tema, lleva literalmente bibliografía al respecto y la usa durante el examen, y se le hacen preguntas exclusivamente sobre dicho tema elegido por xlx alumnx, entonces el coloquio es un final común y corriente. Que es un examen y no una charla de café, nunca estuvo en duda. Sobre la naturaleza de las preguntas hechas sobre el tema elegido por xlx alumnx, en la carrera de filosofía, a diferencia de un conservatorio, se espera que uno no sólo conozca a un autor o compositor y pueda interpretarlo--e incluso tenga memoria suficiente para tocarlo de memoria como hacen los concertistas, sino que además pueda criticarlo. Aunque quizás esta concepción de la filosofía haya quedado en desuso.

Andrés Rosler dijo...

Por las dudas: tal como ha sucedido, pueden traer las partituras al coloquio, no se espera literalmente que se las aprendan de memoria. En realidad, no se espera en absoluto que lo hagan.

Andrés Rosler dijo...

Y nos olvidábamos del problema sobre la interpretación. ¿Qué hacer cuando una persona dice X, y otra Y, suponiendo que X e Y se contradicen? Bueno, es un problema que se le plantea a cualquier instancia de examinación. ¿Por eso vamos a deshacernos de los exámenes? Sin embargo, tal como consta en la entrada "Odol Pregunta", en el coloquio en realidad preferiríamos NO hablar de interpretación e ir directamente a los conceptos, teorías, argumentos, etc., en juego. Por ejemplo, más allá de si Hobbes dice tal o cual cosa, preferiríamos concentrarnos en lo que dice. Son los interesadxs lxs que prefieren interpretar.
Por si ayuda, en la primera mesa del coloquio, el problema no fue el conflicto interpretativo, sino que algunas personas decían P y -P al mismo tiempo. Esto último, claramente, no es una cuestión de interpretación.

Anónimo dijo...

Anónimo aclara, en primer lugar, que ya aprobó el coloquio. Esta aclaración se centra en que no todos los osados lo aprobaron y no quiere que se confunda al compañero que va a tener que comparecer nuevamente ante el coloquio con él o con ella.
En segundo término, anónimo sostiene que la ironía pervierte al coloquio tornándolo en una situación paradójica y dificil de leer. Si lo que se espera del alumnado es que tenga la capacidad de argumentar de manera seria, entonces, es esperable una situación de respeto por parte del docente.
Finalmente, considero que la ironía sumada al comentario "odol pregunta" generando una analogía entre los alumnos y "meros" concertistas que estudiaron un tema de memoria es finalmente bastante agresivo. Si el docente no lo nota anónimo se lo señala.
Saludos cordiales, este es mi último comentario.

Andrés Rosler dijo...

Estimax Anónimx: es un gran alivio saber que aprobaste (nos permitimos tutearte) la materia. Nos sigue pareciendo extraño que ante la pregunta de qué fundamentos o argumentos tiene alguien para defender o criticar cierta posición o tesis alguien crea que "ah, me están preguntado por mi opinión personal", lo cual o bien es obvio, o bien irrelevante. En cambio, en Odol Pregunta había que contestar hechos del tipo, "En qué año X hizo Y?", o "Cómo se llamaba quien hizo tal cosa?", o "El nombre de la obra...?". Ahí sí que no hay "opiniones personales" ni "interpretaciones". En cambio, en filosofía, sobre todo en un curso que corresponde al último año de la carrera, o debería corresponder, se espera que un alumno que elige UN TEMA A VOLUNTAD lo hace porque lo maneja lo suficientemente bien como para poder contestar preguntas sobre el mismo, preguntas que apuntan a sus fundamentos o argumentos, tal como fueron discutidas en las 12 ó 24 clases teóricas, como se las quiera contar. Y si ni siquiera puede manejar un tema a voluntad, entonces sin duda hay un fracaso de por medio, para empezar probablemente de la materia. Si la analogía con Odol Pregunta resulta agraviante, mis disculpas.

Andrés Rosler dijo...

Errata (aunque una sola): donde dice "irrelevante" debe leerse "contradictorio". Disculpas.

equipo secreto dijo...

La pretención de seriedad desde la docencia dirigida a los alumnos se ejerce con la calidad de los contenidos ofrecidos, no desde el sentido de humor que a estos acompañen (el cual es totalmente bienvenido). Por otra parte creo que la ironía tiene como objeto a la situación de examen en total: en donde el docente mismo se ve a sí mismo como parte de una escena que desaprueba, que no querría protagonizar de esa manera y no sólo a los alumnos; no creo ver allí una burla a los alumnos (¿¿desde qué idea previa se sostendría la suposición de semejante actitud??) Creo que las condiciones del examen no han sido claras, lamentablemente, pero entiendo, no obstante que las condiciones en que efectivamente se está tomando el examen son justas. Todo esto dicho suponiendo que el docente es cualquiera en un caso semejante al titular de la cátedra y que el comentarista (saliente) es también cualquiera con su opinión.
Y yo, yo misma, obviamente.

Andrés Rosler dijo...

Es cierto. Habíamos dicho que el coloquio puede ser sobre cualquier tema de los vistos en teóricos, y hasta ahora ha sido sólo sobre el tema elegido por lxs interesadxs. Pensamos que en este caso es mejor que fafalte y no que zozobre. Sobre el humor y la ironía, no es una burla ni mucho menos una ofensa. Por supuesto, se puede hacer exactamente lo mismo pero de mala gana, o mal humor. Siempre se puede.

Anónimo dijo...

Mi intención es mañana rendir el coloquio de la materia y cerrar el cuatrimestre. Entro al blog a buscar aclaraciones sobre la preparación del tema o el modo de evaluación de contenidos en general, y noto que una cosa es clara: algunas de las condiciones del exámen no quedaron especificadas durante la cursada (recuerdo haber estado en las clases y aún así siento que me faltan datos sobre cómo será la instancia de coloquio). Más allá de si estemos de acuerdo o no con estilos de clase, modos humorísticos de tratar los contenidos, o de si se trata o no de un final "como cualquier otro", quería consultar de nuevo si hay algo que debieramos saber en particular antes de rendir, y consultarle, profesor, si entonces las preguntas se basan exclusivamente en el tema elegido, o si está bueno que llevemos ya preparada la relación con los demás autores y problemas vistos en clase y en la bibliografía.
Muchas gracias, saludos.

Andrés Rosler dijo...

Está bastante claro hace un mes: http://lacausadecaton.blogspot.com/2011/11/coloquio.html