miércoles, 30 de julio de 2014

Pensamiento Masónico Nacional



En medio de tanta discusión efímera sobre la economía, es refrescante que en dos entrevistas recientes, el Secretario para el Pensamiento Nacional, quizás sin proponérselo, haya revelado la estructura masónico-trinitaria de su pensamiento. En efecto, es fácil de advertir la manera en que el Secretario apela frecuentemente a la trinidad para revelar su pensamiento. Por ejemplo, tomemos la entrevista del domingo en Página 12 (los corchetes son nuestros):

- "El nombre [de la Secretaría] [1] tocó sensibilidades, [2] movilizó ciertos fantasmas, [3] provocó reacciones".
- "'Pensamiento nacional' es un nombre [1] polisémico, [2] equívoco, [3] complejo".
- "Lo nacional hoy en la Argentina es muy difícil de categorizar desde una sola perspectiva. ¿A Borges cómo lo colocamos? [1] ¿Como un escritor cosmopolita sin raíces? [2] ¿Como un escritor del criollismo vinculado a su Palermo natal o a los relatos de Guillermo Hudson o de Güiraldes, o lo vinculamos con su descubrimiento de Herder, de Keats, de Whitman o de Schopenhauer? [3] ¿O es todas las cosas al mismo tiempo?"
- "Lo que hay son [1] giros, [2] invenciones, [3] sentidos en disputas y eso nos plantea la dificultad de pensar la Argentina".

Por supuesto, cualquiera puede tener un día triádico, y quizás las respuestas en esta entrevista hayan sido sólo una casualidad. Pero hete aquí que en otra entrevista (click) reaparece la estructura masónica, la cual a la sazón, es la misma que la del vals y sobre todo del pericón nacional (un, dos, tres):

- "darle a la cultura ese lugar de gabinete ministerial permite una serie muy poderosa de [1] acciones, de [2] reconocimientos y de [3] legitimidad".
- "Esto implicaría dejar afuera a todos aquellos modos de la creación cultural [1] que no son inmediatamente rentables, [2] que no son un negocio, [3] que no están en el 'main street' de la creación cultural".
- "Un Ministerio de Cultura básicamente protege... a aquellos que con enorme esfuerzo sostienen esa trama de la creación cultural y que no tienen como objetivo [1] el negocio, [2] la construcción mercantil o [3] la rentabilidad".
- "La verdad que las actividades que estamos planeando son [1] diversas, [2] múltiples y [3] con mucha intensidad".
- "yo creo que el nombre que decide desde la Presidencia de la Nación para esa Secretaría tiene esa potencia. Porque es un nombre que produce [1] escozor, que produce [2] interrogación, que produce [3] rechazo también".

Por si esto fuera poco, Forster nos ha legado una frase para reflexionar (no es la primera vez que el Secretario nos deslumbra con su sutileza: que el árbol no tape el Forster) como respuesta a la pregunta acerca de por qué "la derecha mediática atacó" la creación de su Secretaría:

"se combinan dos cosas. A veces los nombres tienen dos posibilidades: o pasar desapercibidos, no producir ningún efecto; o tener la potencia de generar efectos. Y yo creo que el nombre que decide desde la Presidencia de la Nación para esa Secretaría tiene esa potencia. Porque es un nombre que produce escozor, que produce interrogación, que produce rechazo también".

En otras palabras, (1) que los nombres producen efectos o no lo hacen, a primera vista parece ser una obvia tautología, algo así como decir que el mundo se divide entre los que conocen al Gallo Claudio y los que no lo conocen, pero no lo es porque Forster sutilmente, casi de manera inadvertida, califica su aserto mediante el adverbio "a veces". En cambio, las tautologías, como la la división que provoca el Gallo Claudio, se cumplen necesariamente.

Y (2) la respuesta según la cual la Secretaria es rechazada porque produce rechazo, no es otra inane tautología como parece, sino una velada referencia a aquella virtus dormitiva de Molière, que tiene la virtud de producir sueño porque precisamente da sueño, y da sueño porque tiene la virtud de dar sueño. En otras palabras, se trata de otra muestra del fino sentido del humor que tanto bien le hace al pensamiento.

Finalmente, quisiéramos aprovechar esta ocasión para insistir en que, como bien dice Forster en Página 12, su secretaría no es nazi, y no lo es por una muy sencilla razón: los nazis no tuvieron una secretaría para el pensamiento. A Heidegger le habría hecho mucha gracia semejante idea.  


sábado, 26 de julio de 2014

Boudou, Edipo y Girard



Los integrantes del equipo de La Causa nos vemos forzados a hacer un mea culpa. En efecto, hasta aquí, sobre la base no sólo de las notas de Hugo Alconada Mon, sino incluso las de Eduardo Anguita y del mismísimo Horacio Verbitsky, para qué hablar del procesamiento dictado por el juez Lijo, habíamos creído que Amado Boudou era poco menos que un Coyote (latro vulgaris), para parafrasear la excelente analogía invocada por la Presidenta de la República, la cual comparó no hace mucho al mencionado juez federal con el Corre Caminos (Bip Bip).

Todo esto debido a que suponíamos que luego del advenimiento del cristianismo (antes de que se adoptara la notación universal de a.K., o d.K., i.e. “antes o después de Kirchner”, tal como nos lo recuerda Ningún Historiador Nace Chorro, Occidente al menos aprovechaba el advenimiento y solía usar como convención literalmente secular la expresión “a.C., o d.C.”, i.e. “antes o después de Cristo”), el mecanismo del chivo expiatorio denunciado por René Girard había dejado de operar, y que las acusaciones—en este caso contra Boudou—se basaban en fundamentos genuinos.

Sin embargo, justo sucedió que en una de las típicas reuniones de los viernes, el equipo de La Causa en ocasión de una discusión sobre Edipo Tirano (para usar el título literal) dio con un texto de René Girard, El Chivo Emisario, el cual nos hizo rever nuestras creencias sobre el caso Boudou. En efecto, Girard sostiene que el mito de Edipo reúne tres “estereotipos perseguidores” (De la Violence à la Divinité, pp. 1254-1255): (1) una crisis letal que azota a Tebas (la peste); (2) un serio crimen (o varios) provoca dicha crisis, y por eso el crimen debe ser castigado, y el criminal linchado; (3) existe un individuo con ciertos “signos victimarios”: un parvenu, alguien que viene de afuera, con un pie hinchado o renguea, etc.; en una palabra, Edipo, que opera como la víctima ideal de una caza de brujas o búsqueda de un chivo emisario. Después de todo, en ningún momento en la obra queda absolutamente probado que Layo era el padre de Edipo y/o que Yocasta era su madre.

Nuestros lectores compartirán nuestro asombro ante el parecido entre la situación de Edipo y la de Boudou. (1) ¿Acaso no estamos viviendo atravesando una crisis marcada por la inflación, recesión, una profunda grieta,  inequidad redistributiva, inseguridad, amenaza de default, etc.? Además, (2) no vamos a negar que la idea—y el acto—de quedarse con la empresa que acuña la moneda es un delito muy grave, más aún si uno de los involucrados es el Vicepresidente de la República. Se trata de la violación de una prohibición constitutiva de todo orden democrático. El crimen entonces también parece existir. (3) ¿Y qué decir de los signos victimarios? ¿Qué signo victimario le falta a Boudou? ¿No es acaso un verdadero parvenu, elegido a dedo por la Presidenta, un marplatense que anda en moto, ex disc-jockey y UCeDé, a quien encima se le ocurrió la idea de re-estatizar las AFJPs? ¿Y qué decir del linchamiento mediático del que es objeto Boudou, del cual no sólo participan Clarín y La Nación, como era obvio, sino hasta Eduardo Anguita y Horacio Verbitsky? ¿Y acaso habría avanzado la investigación judicial sin la crisis en la que se encuentra el Gobierno?

Aquí no termina el parecido entre Boudou y Edipo. ¿O acaso no fue Boudou mismo quien, al igual que Edipo, fue el primero en protestar a los cuatro vientos que había que buscar a los responsables de los delitos, y que haría todo lo posible para que la Justicia investigara hasta las últimas consecuencias? ¿No fue por eso acaso que un Procurador General tuvo que dejar su cargo, y fueron apartados un juez y un fiscal federales? ¿No ha sido procesado Boudou merced a su propia disposición a colaborar con la Justicia? ¿Y es casualidad acaso que Edipo haya acusado a Tiresias y a Creonte de mentir, así como Boudou ha vuelto proverbial el Clarín Miente? Y hablando de casualidades, ¿qué probabilidades había de que Edipo hubiera matado a su padre y se hubiera casado con su madre? ¿No son las mismas probabilidades que las existen hoy en día de que Boudou haya comprado Ciccone, o haya llegado a ser Vicepresidente exclusivamente por el capricho de una ilustre mandataria? 

Como suele pasar, la conclusión es agridulce. Al haber detectado nuestro error nos sentimos mejor ya que, como buenos spinozianos que somos, creemos que cuanto más sabemos mejor estamos. Pero la contracara de la expansión del poder explicativo de nuestra comprensión es que también sabemos que Edipo no termina bien. El consuelo para Boudou quizás sea el de alcanzar estatura heroica o trágica, lo cual no es poco. Quién sabe, quizás Lijo deje a Freud y lea a Girard a tiempo. La esperanza es lo último que se pierde.

sábado, 19 de julio de 2014

Crimen y Castigo

Acabamos de enterarnos. En las palabras de La Política Online, "Los kirchneristas Ledesma y Slokar salvaron de la cárcel a Felisa Miceli" (click). En efecto, la Sala 2 de ese tribunal emitió un fallo que si bien confirmó la condena contra Felisa Miceli al mismo tiempo dejó sin efecto la pena, que era de 4 años -no excarcelable- y por lo tanto la enviaba a prisión. Ahora otro tribunal deberá aplicarle un castigo menor.

Nos parece que por estrictas razones de proporcionalidad no había alternativa. En efecto, si ése era el destino que le correspondía a Felisa Miceli, ¿qué deberían hacer con Amado Boudou los tribunales federales? ¿Mandarlo a la silla eléctrica? O peor aún, ¿forzarlo a ver la colección entera de 678 al menos desde que María Julia Oliván dejó el ciclo?

Pensándolo bien, quizás a Miceli le corresponda una pena ejemplar ya que se trata de un delito cometido por una funcionaria pública. O quizás no. Dejemos que la justicia actúe. Acerca del castigo de ver 678, entendemos que se trata sólo de una idea ya que el Código Penal no contiene esa pena, aún.

Aquí va entonces una modesta propuesta para instrumentar dicha pena, por supuesto, sólo en el caso de una eventual reforma que la contemple, y siempre y cuando a los tribunales les parezca que semejante castigo es acorde a las convenciones internacionales de derechos humanos.

La idea es que el condenado sea rehabilitado mediante la visión de 678 (nos parece que con la visión de un solo programa es suficiente, lo de la colección completa era un chiste). Dada la naturaleza de 678, da la impresión de que dicha visión deberá ser forzada, y de ahí la escena que subimos a continuación de "La Naranja Mecánica" de Kubrick. Es opcional para las autoridades agregar una música de trasfondo que fuera de especial agrado para el castigado a los efectos de realizar el contraste entre lo que valora el castigado y lo que debe mirar (si hay que elegir, ver preferentemente desde 1:28 hasta 1:55):




- ¡No! ¡No! ¡Párenlo! ¡Párenlo por favor! ¡Se los ruego! ¡Es un pecado! ¡Es un pecado! ¡Es un pecado!

jueves, 17 de julio de 2014

Víctor Hugo tiene Razón

Víctor Hugo Morales ha provocado una verdadera polémica merced a sus declaraciones sobre los festejos del Seleccionado Alemán (acerca de la derrota, sólo vamos a repetir el acápite del blog, ya que Lucano lo dijo mucho antes y mucho mejor que cualquier otra persona: “La causa victoriosa complació a los dioses, mas la vencida a Catón”).

A esta altura no es ninguna novedad que para Víctor Hugo la burla alemana al gaucho es nazi y los jugadores por lo menos deberían ser enviados a una cámara de gas (suponemos que esto último es sólo una metáfora, pero no así la primera consideración). A aquellos lectores que se niegan a creer estas declaraciones de Víctor Hugo, los invitamos a hacer click.

Ahora bien, la curiosidad científica que suele inspirar al equipo de La Causa de Catón nos llevó a preguntarnos por qué Víctor Hugo pudo haber dicho algo semejante.

Una primera hipótesis es que Víctor Hugo ha sucumbido a la calamitosa práctica de designar como “nazi” a todo aquello que nos parece insoportable (y su correspondencia especular con el impulso de designar como “democrático” todo aquello que nos parece digno de elogio). De este modo, deberíamos decir, v.g., que el humorista que acompaña a Víctor Hugo en su programa de radio es un nazi, y que,v.g., el gol de Messi a Irán fue democrático.

Por lo demás, hemos revisado nuestros archivos, y hasta donde hemos podido ver, los nazis cometieron por supuesto atrocidades inenarrables, pero no recordamos haber visto burla infantil alguna a los gauchos. De hecho, hemos repasado “El Triunfo de la Voluntad” de Leni Riefenstahl, y tampoco hemos encontrado burla infantil alguna a los gauchos. Tampoco hay evidencias de que los nazis hayan matado a persona alguna ante la Puerta de Brandenburgo con pelotas de fútbol de salón (quizás fue una opción contemplada durante la tristemente célebre conferencia en el Wannsee, pero obviamente fue desechada por ser muy poco operativa).

Dicho sea de paso, rogamos a Dios que Víctor Hugo no escuche la muy ocurrente versión que el equipo de otra brillante periodista como Julia Mengolini ha preparado de lo que se ha convertido en un clásico:




Sí hemos encontrado, sin embargo, que los nazis usaron el deporte con fines políticos, sobre todo mediante la propaganda estatal, amén de haber sido los pioneros en la creación de juventudes políticas. No queremos entonces imaginarnos lo que Víctor Hugo piensa, v.g., de La Cámpora (o la Juventud Radical para el caso), o de la propaganda en los intervalos de la transmisión del Mundial de la TV Pública.

Y continuando con el repaso de nuestros archivos, hemos encontrado que Víctor Hugo durante el Mundial 78 ensayó una original defensa del mismo al sostener que "El gobierno argentino no mató a nadie para organizar el campeonato" (click). Quizás sea significativo que Víctor Hugo, dueño de un intelecto superior, haya omitido referirse a si se aplica otro tanto a la inversa, i.e., si la dictadura organizó el Mundial para matar a alguien. De hecho, no nos extrañaría enterarnos de que Hitler tampoco haya matado a alguien para organizar las Olimpíadas de Berlín en 1936 (aunque quizás sí haya sucedido a la inversa), y nos gustaría conocer la opinión de Víctor Hugo al respecto.

Nobleza obliga, al momento de terminar esta entrada hemos encontrado un video muy revelador que pone en duda nuestra réplica a Víctor Hugo. Veamos primero el video y luego veamos la letra:



A esta altura es obvio que este video le da la razón a Víctor Hugo. ¿Quién no percibe el nazismo que rezuma lo que parece ser una inocente rima infantil entonada por lo que parece ser un no menos inocente coro infantil y que encima se canta en todo el país? El título de la canción, que a la vez es el insistente y opresor estribillo, es muy significativo: "Nosotros siempre crecemos (o peor: devenimos más grandes)" (Wir werden immer größer). Salta a la vista el expansionismo nazi. Otro tanto sucede con el avance irresistible del coro en su totalidad hacia la plataforma: ¿no es obvia la referencia al Anschluss de Austria? ¿Y esos pañuelos que pretender ser inofensivos cuando en realidad conjuran en nuestra memoria los estandartes que flameaban durante el Congreso de Nuremberg? ¿Y los aplausos? ¿No son los mismos que recibía Hitler?

Por si hiciera falta, sólo vamos a mencionar el texto de la primera estrofa (no nos da el estómago para más), la cual es escalofriante:

"Nosotros siempre crecemos, todos los días un pedazo (Wir werden immer größer, jeden Tag ein Stück).
Nosotros siempre crecemos, eso es una suerte (Wir werden immer größer, das ist ein Glück)".

Parafraseando a Woody Allen, ¿quién no siente un deseo irrefrenable de invadir Polonia luego de escuchar esta estrofa sola, qué decir de toda la canción?

Nunca le agradeceremos a Víctor Hugo lo suficiente por habernos mantenido alertas contra el peligro nazi. 


martes, 15 de julio de 2014

Boudou: culpable, inocente, las dos cosas (Julia Perié)

Justo cuando la discusión sobre el affaire Boudou estaba a punto de alcanzar el nivel de saturación, la diputada nacional por Misiones del Frente para la Victoria, Julia Perié, secretaria de la Comisión de Juicio Político del Congreso de la Nación, ha sacudido a la opinión pública con su muy innovadora posición (click).

En efecto, hasta aquí la opinión pública se dividía, por así decir, entre quienes creen que Boudou es responsable de uno o varios actos delictivos contra la administración pública (por no decir que tiene cierta propensión a los mismos que quizás deba ser tratada), y quienes creen que Boudou es víctima de un linchamiento mediático. Ciertamente, el número de quienes se cuentan en uno o otro bando no es parejo ni muchísimo menos, pero todavía hay gente que se inclina por lo segundo.

La diputada Perié, sin embargo, cree si Boudou cometió un delito literalmente debe ser condenado e ir preso (un condicional que entendemos la ubica dentro del primer bando), pero a la vez cree que Boudou es víctima de una campaña en su contra. ¿Cómo explicar semejante posición intermedia? ¿Acaso hay algún factor que interfiere con el normal raciocinio de la diputada? ¿Supone la diputada que si el delito es denunciado por un diario entonces dicha noticia exonera de responsabilidad al sospechoso? Pero, si (y este es sin duda un gran SI como dicen en inglés) este fuera el caso, ¿por qué entonces debería ir preso Boudou?

No parece haber espacio lógico para alojar semejante postura ya que la misma desafía los principios de identidad, contradicción y de tercero excluido. ¿Por qué debería ir preso alguien que es objeto de un linchamiento mediático? ¿Y por qué no agradecer, en lugar de lamentar, el hecho de que los medios (entre ellos por supuesto Clarín Miente) hayan publicado la noticia de dicho delito, lo cual, dicho sea de paso, fue lo que provocó la investigación judicial al respecto que podría derivar en una condena? Seguramente no será porque Boudou pertenece al mismo partido que la diputada.

Esperamos que, como el proverbial filósofo clásico que tanto añoraba mantenerse alejado de la política para dedicarse a la teoría, la diputada Perié cuente con el tiempo libre suficiente para explicarnos mejor su innovadora y provocadora tesis, quizás en la forma de algún ensayo o quizás una obra más extensa si lo considera pertinente. Mientras tanto, quizás podamos inspirarla, aunque sólo muy aproximadamente, con la siguiente escena de "Hechizo de Luna":



- Bien, Sr. Castorini, ¿qué piensa?
- 10,800 dólares [N. de la R.: en 1987!!!].
- Eso parece ser muchísimo.
- Miren, hay tres clases de caños. Está la clase de caños que Uds. tienen, y es basura, y Uds. pueden ver adónde los llevó. Después está el bronce, que es muy bueno, a menos que algo salga mal, y algo siempre sale mal. Y finalmente está el cobre, que el único caño que yo uso: cuesta plata, cuesta plata porque ahorra plata.
- Pienso que deberíamos seguir el consejo del Sr. Castorini, amor.

sábado, 12 de julio de 2014

Shakespeare y Mascherano

Después de ver el partido que jugó Mascherano contra Holanda  (Pensamiento Nacional y Fútbol) nos vino a la mente una frase de Terry Eagleton: "Aunque es difícil encontrar evidencia concluyente, es difícil leer a Shakespeare sin sentir que él estaba casi ciertamente familiarizado con los escritos de Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, Wittgenstein y Derrida" (William Shakespeare, Oxford, 1986, pp. ix-x).

La asociación es obvia. En efecto, si bien para la saga de obras históricas sobre Inglaterra Shakespeare se basó fundamentalmente en las Chronicles (1582) de Raphael Hollinshed (1582) y The Union of the Two Noble and Illustre Families of Lancaster and York (1548) de Edward Hall, y aunque no es fácil encontrar evidencia concluyente otra vez, es imposible que Shakespeare haya podido escribir Enrique V, por ejemplo, escenas tales como la recordada toma de Harfleur en el III Acto con su afamada arenga ("Unce more unto the Breach") y sobre todo la escena de la arenga de Agincourt en el IV Acto, sin haber estado familiarizado con el juego de Mascherano no sólo contra Holanda sino además contra Alemania.

Es que el parecido entre el cansancio y lesiones de unos y el favoritismo de otros (Alemania paga el doble que Argentina en las apuestas), así como el parecido de las arengas, son innegables. La única diferencia, esperemos, es la notoria superioridad numérica del rival. ¿O acaso hay algo que Shakespeare sabe y nosotros no, y está tratando de decírnoslo?

Por si estas consideraciones parecen exageradas, basta recordar la escena correspondiente a la arenga de Agincourt en la versión cinematográfica de Enrique V de Kenneth Branagh:




¿Se habrá basado Shakespeare también en Mascherano para escribir la escena de la vigilia antes de Agincourt, cuando Enrique (V, no el del pase-gol a Maradona) se hace pasar por una persona desconocida, para sondear la moral de sus soldados? Quizás Mascherano hará otro tanto mañana, y de ahí la inspiración de Shakespeare.

Veremos si Mascherano termina igual que Enrique. Ya falta poco para averiguarlo. Quién sabe, si jugamos otra vez como Clarín...
   


jueves, 10 de julio de 2014

El Pensamiento Nacional y el Fútbol



[ATENCIÓN: DEBIDO A LAS QUEJAS RECIBIDAS COMO RESULTADO DE LA LECTURA DE LA PRIMERA E INADVERTIDA EDICIÓN DE ESTA ENTRADA, NOS VEMOS OBLIGADOS A ADVERTIR QUE LA ENTRADA SIGUIENTE CONTIENE PÁRRAFOS DE FORSTERISMO EXPLÍCITO]

Según el Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional (SCEPN), el futbol es una elocuente expresión de la sociedad. En él, a través de él, se ponen de manifiesto los valores de una época, sus pretensiones y sus desmesuras, sus sueños locos y la eternización del instante (El fútbol, el negocio y una pared con la historia).

De ahí que sea muy revelador el hecho de que, tal como dice Forster, nuestra Selección, obedeciendo a intereses mezquinos, se ha convertido en un equipo que juega a no perder, como si cualquier riesgo pudiera concluir en catástrofe.

En efecto, como dice Forster con toda razón, la Selección ha elegido la lógica del ajuste, la contención y el conservadurismo. En la estructura del equipo de Sabella revolotea un espectro de miedos ancestrales y de memorias salidas de oscuras frustraciones, cierto pánico conservador, el miedo al fracaso, el miedo a tomar riesgos que ha condicionado a Messi y compañía.

Según Forster, Sabella ha privilegiado el fútbol-capital, el de los cultores del pragmatismo y la eficiencia, de aquellos que contabilizan en el haber de sus ganancias sólo aquello que se transforma en éxito, ya que en ellos impera el reino de la rentabilidad, la calculabilidad del avaro que lo único que quiere es gozar de su riqueza.

Del otro lado, queda el genuino disfrute nacional y popular de lo que desde siempre guarda el futbol-juego para aquellos que simplemente se dejan acariciar por su insuperable estética, ese quiebre de la cintura que parece inútil y excesivo pero que representa la utopía de la infancia recobrada, un fútbol que guarda en su interior la alquimia de gambetas, aventura lúdica, toma de riesgo y confianza en el genio inigualable de un diez salido de la saga de lo mejor de nuestra historia futbolera.

En otras palabras, según Forster, jugar con cuatro defensores y al menos dos o tres mediocampistas de contención no expresa otra cosa que el pánico escénico unido a la más plena inseguridad, una reivindicación de los sistemas y de los cerrojos, mediante los cuales el genio individual queda subordinado a la fuerza colectiva.

Para concluir con Forster, Sabella ha quedado contaminado por lo que los grandes medios de comunicación dicen sobre el país y su irreparable infortunio; como si una condena previamente escrita lo hubiese condicionado y atenazado pese a tener la mejor delantera de los últimos años.

Ahora falta preguntarle a la gente qué equipo prefiere, o cuál la representa más. ¿Uno corporativo, conservador, capitalista, aburguesado, con aversión al riesgo, o uno nacional y popular, utópico, progresista, expresivista y estético? Mientras tanto, llegamos a la final y el país está loco de contento.    

martes, 8 de julio de 2014

Brasil, decime qué se siente...

La canción "Brasil, decime qué se siente, ..." es reveladora de nuestro desorden cultural, o mental como se decía antes. En primer lugar, es muy sugerente, por lo menos desde un punto de vista psicológico, la idea misma de usar como metáfora de dominación la frase "tener de hijo" a alguien.

Alguien podría decir que se trata de una metáfora, y que no tiene sentido psicoanalizarla. Vayamos entonces a una segunda cuestión, de naturaleza matemática por así decir. Brasil es pentacampeón, Argentina es bicampeón del mundo. Por lo tanto, hasta ahora la relación es 5:2, y con toda la suerte del mundo (ojalá), podría ser 5:3. Y aún más, hasta donde sabemos, en los mundiales jugaron cuatro veces. Argentina perdió dos (inapelablemente por así decir, tanto en el Mundial 74 como en el 82), ganó una vez (en el 90, con una suerte increíble, y rivotril) y un empate (en Rosario durante la dictadura). Es decir, Argentina perdió el 50 % y ganó el 25 % de partidos claves como los mundialistas. Y en las eliminatorias la paternidad brasileña es muy clara. Ciertamente, teniendo en cuenta todos los partidos oficiales juntos, se trata de un casi empate, con lo cual no hay paternidad alguna sino en todo caso hermandad (lo cual alteraría significativamente la letra de la canción).  

Quizás el punto de la canción sea que Argentina le ganó a Brasil el último partido, el del rivotril. Con ese criterio, River tiene de hijo a Boca. No hace falta aclarar que nada nos haría más felices que eso, a pesar de que sería revelador desde un punto de vista psicológico, como dijimos más arriba, y además seguiría siendo absurdo creer algo semejante. 

Probablemente, la explicación sea que el propósito de una canción de cancha es que sea pegadiza, no informativa o epistémica, y su contenido proposicional es una excusa para expresar nuestros deseos y provocar al adversario. Sin embargo, eso sería apropiado para, v.g., quizás, un equipo modesto de la B o C, pero no para una potencia mundial como la Selección Argentina, sobre todo en este momento. En el fondo, hasta las canciones de cancha deben tener ciertas pretensiones a la verdad, si es que nosotros (y nuestros adversarios sobre todo) somos razonables. La falsedad no suele hacer tanta mella o doler tanto como la verdad.






domingo, 6 de julio de 2014

¿La Selección cruzó el Rubicón?



Varios periodistas están hablando del Rubicón que cruzó la Selección Nacional al haber vencido a Bélgica y pasado por lo tanto a las semifinales del Mundial, y todo esto debido a la metáfora que usó nuestro DT Alejandro Sabella en las vísperas del partido de cuartos de final.

El problema con esta metáfora es que es evidentemente redundante o peligrosamente falsa. En efecto, el Rubicón era un arroyo rojizo que determinaba el límite entre Italia y la Galia Cisalpina, posiblemente el actual  río Pisciatello. Al cruzar el Rubicón, César (quien realidad sólo expresó en su característica tercera persona que "César se dirigió hacia Rimini", la ciudad que quedaba del otro lado del arroyo) sabía que transgredía una de las prohibiciones constitutivas de la república romana, según la cual ningún general victorioso podía entrar en territorio romano con su ejército, para evitar precisamente toda influencia militar en la toma de decisiones políticas. 

La decisión de César dio inicio a la guerra civil, nominalmente para defender los derechos de los tribunos de la plebe que habían acudido a él para que los protegiera, pero César reconoció más tarde que lo hizo en realidad para escapar de una condena y del exilio. 

De ahí que el cruce del Rubicón por un lado designa la voluntad de no volver atrás y/o haber alcanzado un punto del cual no se puede volver, lo cual es obvio en toda competencia deportiva una vez que se pasa de ronda. Un semifinalista, entendemos, no puede volver a estar en cuartos de final. La frase que se le atribuye a César a orillas del Rubicón ("la suerte está echada") revela además la performatividad de las competencias deportivas.

Pero, por el otro lado, el cruce del Rubicón también se refiere a una decisión claramente ilegal, que atenta contra los cimientos del régimen republicano. Claramente, por suerte, Sabella no tiene que escapar de condena o exilio alguno. Faltaba más. Ha mostrado que es un muy buen director técnico (aunque las lesiones de algunos jugadores han contribuido a que pueda formar un equipo; quizás no debería haber esperado que eso sucediera para hacerlo, pero no debe ser fácil manejar tantos egos de estrellas). Dicho de sea de paso, el Rubicón podría designar un cruce revolucionario, pero, para bien o para mal, lo que está haciendo Sabella no es muy revolucionario que digamos.

Evidentemente, el punto de Sabella (y de los periodistas que lo siguen) es que el equipo deseaba llegar más lejos que muchos de sus antecesores. Ojalá que lo logre, pero eso quizás sea la Luna (como se decía hace tiempo), no el Rubicón.

Finalmente, es curioso que muchos se indignen por los actos de corrupción en los más alto niveles de la FIFA pero no por los logros de la FIFA en la última década. Después de todo, este Mundial es uno de ellos.

miércoles, 2 de julio de 2014

Son Secuestros y Asesinatos, y no en el buen Sentido de la Palabra

Lejos estamos de querer asesorar al destacado especialista Pedro Brieger acerca de cómo analizar la política de Medio Oriente. Sería, de hecho, como se suele decir en inglés, algo así como querer llevar carbón a Newcastle. Pero no podemos esconder, por supuesto, nuestro interés amateur por la filosofía de las ciencias sociales, y es por eso que nos llamó la atención el siguiente clip:




Como se puede apreciar, Pedro Brieger, analista internacional de Visión 7, noticiero de la TV Pública, hizo precisamente pública su adhesión a la neutralidad valorativa no sólo en las ciencias sociales sino en el periodismo al sostener que sólo le interesa "la realidad", ya que para él "es otro [el] debate acerca de la moral, de la violencia, si es buena, o mala", y por eso se limitó a narrar ciertos hechos.

En efecto, para Brieger, "más allá del hecho puntual de los tres jóvenes israelíes secuestrados y asesinados" (frase que se convirtió en un hashtag),
- "está claro que la violencia continúa día a día" en esa región.
- "Israel continúa secuestrando gente e incluso matando... y hace cuarenta y siete años ocupa un territorio [extranjero]".
- "toda ocupación provoca resistencia... pacífica y violenta" y que "toda resistencia provoca más represión".
- "Israel es como un pacman que avanza comiéndose territorio palestino".
- "[en este territorio] estaban los tres jóvenes".

Quizás Brieger en el futuro pueda iluminar sus análisis científicos parafraseando a Sacha Cohen, v.g. con frases como estas: "encontraron a tres jóvenes israelíes, secuestrados y asesinados, y no en el buen sentido de la palabra". O a Capitanich, para el caso: "no fueron secuestros y asesinatos, sino desplazamientos involuntarios en el espacio e interrupciones permanentes de los ciclos vitales de los desplazados".

Nuestros lectores seguramente compartirán nuestra curiosidad por el planteo de Brieger, y no sólo por su profesión de neutralidad valorativa en un medio de comunicación que ha abjurado de semejante ingenuo o perverso credo y sólo cree posible y deseable la adopción de una causa en la lucha contra los grandes medios corporativos.

En verdad, si Brieger se limita a describir la realidad sin apelar al razonamiento moral, y sin entrar en el debate acerca de si "la violencia... es buena o mala", ¿cuál es el problema de que Israel ocupe territorio extranjero, y de hecho secuestre y mate gente? ¿Que provoca consecuencias perjudiciales, como por ejemplo resistencia, pacífica y violenta? ¿Qué sucedería entonces si las ocupaciones de territorio extranjero en lugar de provocar consecuencias perjudiciales o resistencia fueran bienvenidas por las poblaciones ocupadas? Por ejemplo, Austria recibió a la Alemania de Hitler literalmente con los brazos abiertos. Y la próxima vez que Israel secuestre o mate palestinos, ¿Brieger recurrirá a la neutralidad valorativa para describir tales hechos? ¿O acaso la neutralidad valorativa de Brieger es selectiva o intermitente, según la ocasión?

Quién sabe, quizás la TV Pública se aboque al tema próximamente y despeje nuestras dudas.