martes, 30 de octubre de 2012

La Sociología weberiana y el Kirchnerismo




Se ha vuelto costumbre criticar al kirchnerismo debido a que utiliza un doble estándar con fines puramente políticos. Por ejemplo, es típico del kirchnerismo denunciar siquiera cualquier coqueteo con la dictadura cívico-militar, pero un miembro del gabinete kirchnerista puede haberse dado el lujo de haber participado como funcionario público de dicha dictadura cívico-militar como secretaria de Estado de la provincia de Santa Cruz durante la totalidad de la dictadura. El kirchnerismo ha perdido el sueño debido a sus incesantes esfuerzos por cubrir la vacante del juzgado competente para determinar la constitucionalidad de la así llamada Ley de Medios aunque hay muchísimos otros juzgados vacantes hace años que no le preocupan en absoluto. Cualquier vínculo con o simpatía por Clarín por parte de quienes no son kirchneristas son intolerables para los kirchneristas, aunque Néstor fue su aliado varios años. Los mismos sindicalistas son buenos o malos dependiendo de si son o no kirchneristas, respectivamente. El pago de la deuda del Estado es un acto de soberanía o de claudicación total, según lo disponga, o no, el kirchnerismo, respectivamente otra vez. Toda la droga del país está en Santa Fe. Etcétera.

Ahora bien, lo que algunos llaman "doble estándar" en realidad tiene un notable parecido con lo que la sociología weberiana llama racionalidad instrumental o relativa a fines. Así como habíamos apelado a la antropología para comprender mejor al kirchnerismo, hoy hacemos otro tanto con la sociología histórica, de impronta weberiana (click). En efecto, hay varios ejemplos históricos enraizados en el Catolicismo medieval y temprano-modero que constatan la racionalidad instrumental o relativa a fines. Empecemos por el Papa Gregorio el Grande cuando le aconseja a los misionarios enviados a la Inglaterra anglo-sajona que reconviertan, por así decir, los templos y festivales paganos: 

"los templos de ídolos de esa raza [la inglesa] no deben ser destruidos bajo ningún concepto, sino sólo los ídolos en ellos. Tomen con sus manos el agua bendita y rocíen los sepulcros sagrados con ella, construyan altares y pongan reliquias en ellos. Porque si los sepulcros sagrados están bien construidos, es esencial que sean cambiados de la adoración de los diablos al servicio del Dios verdadero. Cuando esta gente vea que sus sepulcros sagrados no son destruidos ellos serán capaces de desterrar el error de sus corazones y estarán más dispuestos a ir a los lugares con los que están familiarizados, pero ahora reconociendo y adorando al verdadero Dios" (D. L. d'Avray, Medieval Religious Rationalities, p. 108).

Asimismo, Inocencio IV a mediados del siglo XIII creyó que la conveniencia era una razón sustantiva para suspender reglas relativas a la dispensa matrimonial. La necesidad de lograr que un familia poderosatomara partido por el Papado en su lucha contra el Imperio de Federico II era sin duda prioritario para la Iglesia desde el punto de vista papal. Dicho cálculo era instrumentalmente racional, que servía precisamente para lograr el triunfo de una convicción o valor, en este caso el triunfo de la Iglesia según Inocencio (Op. cit., p. 152). 

El jesuita Pedro de Ribadeneyra, de manera similar, sostenía sin tapujos que "porque ninguno piense que yo desecho toda razón de Estado (como si  no hubiese  ninguna)", ya que "hay razón de Estado, y... todos los príncipes la deben  tener siempre delante los ojos, si quieren acertar a conservar y gobernar sus Estados",  aclaraba que "esta razón de Estado no es una sola, sino dos: una falsa y aparente, otra sólida y verdadera; una engañosa y diabólica, otra cierta y divina; una que del Estado hace religión, otra que de la religión hace Estado; una enseñada de los políticos y fundada en vana prudencia y en humanos y ruines medios, otra enseñada de Dios, que estriba en el mismo Dios y en los medios que El [sic], con su paternal providencia, descubre a los príncipes y les da fuerza para usar bien de ellos, como Señor de todos los Estados" (cit. en H. Höpfl, Jesuit Political Thought, p. 106). A propósito de Ribadeneyra, nuestros lectores comprenderán inmediatamente por qué nos vino a la mente la siguiente boutade proléptica de Terry Eagleton, si reemplazáramos a Ribadeneyra por Shakespeare, y a Néstor por algunos de los autores que siguen: "Aunque es difícil acceder a evidencia concluyente, es difícil leer a Shakespeare sin sentir que él estaba casi familiarizado con los escritos de Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, Wittgenstein y Derrida" (William Shakespeare, pp. ix-x).

En conclusión, es típico de la racionalidad valorativa o axiológica colorear los medios que emplea o la racionalidad instrumental que precisamente pone a su servicio. Decir que se trata de un doble estándar equivale a no querer comprender, al menos weberianamente.



sábado, 27 de octubre de 2012

Rousseau para Todos y Todas






FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RÍOS


PROGRAMA:

Lugar: Auditorio Auditorio R. Walsh- FCE‏

  Miércoles 31/10 – 19 hs

  Inauguración con palabras cargo de la Decana  Prof. Marcela Reynoso

~       “Rousseau y su influencia en el mundo moderno” _Prof. Horacio Sanguinetti

~        “El derecho penal del enemigo de Rousseau” _ Prof. Andrés Rosler

~       “El camino de los sueños” _ Prof. Eduardo Rinesi

 

    Jueves 02/11 – 15 hs.

  ~       “El honor de Rousseau”_ Prof. Gustavo Lambruschini

  ~       “Emilio en el camino de la moderación”_ Prof. Delfina Doval

  ~       “Las figuras del “almuerzo campestre” como crítica de la cultura. Del Emilio a  Jonás”_ Prof. Alicia Naput

                                                                                                 

  Jueves 02/11 – 17hs.

  ~       “Reencontrarse a uno mismo: el “yo” de “Las ensoñaciones del paseante solitario” de Rousseau” _ Prof. Beatriz Porcel

    ~        “Apostillas frankfurteanas al Contrato Social. El reconocimiento en la República” _ Prof. Martín Zampino

            ~       “Amor de sí y piedad ¿todavía están ahí?” _ Prof. Mariana Geniz

                    _______________  Café ________________



Jueves 02/11- 19.30  hs.

~                   ¿El Anti-Rousseau? Nietzsche y la desigualdad de los hombres” _ Prof. Leandro Drivet

~                    “Jean-Jacques Rousseau: La escritura política y la verdad de sí” _ Prof. Beatriz Dávilo

~                   “Bucolismo, violación y otras alucinaciones: contextualizando la comunidad roussoniana” _ Prof. Camila Arbuet


miércoles, 24 de octubre de 2012

Nuevo Cronograma de Filosofía del Derecho


24/10 Hobbes y la justificación del Estado. Estado de naturaleza. Hobbes: sociedad civil y religión.

  7/11 Locke: propiedad privada y obligación política. Rousseau: republicanismo soberano. Guerra.

14/11 Guerra. Repaso.

21/11 Coloquio.

En el coloquio sólo vamos a discutir los temas examinados en los teóricos. Para el examen final va todo el programa.

domingo, 21 de octubre de 2012

Koherentismo






Si bien es indudable que los monopolios de todo tipo son injustificables (quizás salvo el estatal sobre el ejercicio legítimo de la violencia), y más aún si existe una ley que los prohíbe (y en todas nuestras oraciones rogamos que se apliquen las leyes antimonopólicas de una buena vez), y además Clarín Miente, algunos gorilas sin embargo desaprueban la política pública kirchnerista de atribuirle a la omnipotencia conspirativa de Clarín todos los males del país. Es más, suelen sostener que dicha omnipotencia es insostenible, e invocan el hecho de que la última elección fue ganada claramente por el kirchnerismo por el 54 % de los votos a pesar de que Clarín había desplegado todas las velas de su omnipotente flota en contra del gobierno.

En realidad, la reacción kirchnerista que pasó de la indiferencia frente a sino de una alianza con Clarín a convertirse en su más letal enemigo puede ser racional (teniendo en cuenta que decir que algo es racional no implica necesariamente que lo estamos aprobando), tal como nos lo suelen recordar diferentes escuelas sociológicas y antropológicas. Pensemos, por ejemplo, en la cultura Azande, tal como fue famosamente descripta por Evans-Pritchard. En efecto, "en las emprendimientos colectivos importantes, en todas las crisis de la vida, en todas las disputas legales serias, en resumen, en todas las ocasiones consideradas por los Azande como peligrosas o socialmente importantes, la actividad era precedida por la consulta del oráculo del veneno" (pp. 121-2, cit. en D. L. d'Avray, Rationalities in History: A Weberian Essay in Comparison, p. 53). Los Azande utilizaban un sofisticado oráculo que admitía preguntas cuyas respuestas eran del tipo "sí o no". Para responder cada pregunta, un sacerdote le daba un grano envenenado, llamado benge, a dos pollos consecutivamente. Por ejemplo, en una primera pregunta, la muerte del pollo implicaría que "sí", y en la segunda la muerte del pollo significaría que "no". Si entendemos bien, se trataba de algo así como una saludable precaución de índole científica de un doble (pollo) ciego, para poner a prueba la corrección de la primera respuesta. La pregunta entonces sólo recibiría una respuesta incoherente en caso de que el veneno matara a dos pollos, o a ninguno de ellos.

Pongamos un ejemplo: 1. "¿Debemos rebajar a nuestros guerreros la cantidad de lanzas hasta ahora no remunerativas, digamos, a la mitad?" y supongamos que el pollo sobrevivió de tal forma que la respuesta fue "no". A continuación la pregunta era 2. "¿Dijo el oráculo la verdad?", de tal forma que si el segundo pollo moría y entonces la respuesta era "sí", el oráculo había funcionado correctamente (v., v.g., D. L. d'Avray, Rationalities in History, pp. 55-6). Si por el contrario, el segundo pollo también sobrevivía y la respuesta era "no", el oráculo no estaba funcionando apropiadamente y empezaban los problemas. Por eso es que los sacerdotes eran muy cuidadosos y trataban de darle exactamente la misma cantidad de veneno al pollo, y suponemos que usaban pollos diferentes, al menos en el caso de que el pollo hubiese sobrevivido a la primera pregunta (huelga decirlo, el trotskismo vernáculo podría usar al Pollo Sobrero como parte del oráculo, aunque no sería recomendable por el peligro al que se vería expuesto).

Es sabido que Evans-Pritchard sostuvo que el esquema conceptual Azande era racional porque era coherente, dadas las creencias Azande sobre la prevalencia de brujerías y su confianza en los oráculos. Cuando una creencia de la red es atacada desde afuera, el resto de las creencias de la red acuden en su ayuda o la mantienen en su posición, sabiendo quizás que la creencia atacada haría exactamente lo mismo en el caso contrario. No hay un último fundamento que haga de base sobre la cual se edifica el edificio conceptual. Es exactamente lo que sucede toda vez que el coherentismo se convierte en el paradigma epistémico, la corrección de una creencia depende de la red a la que pertenece (las creencias se rascan mutuamente las espaldas). Quizás la terminología weberiana puede ayudarnos a entender la racionalidad del coherentismo. Mientras que el sistema Azande de creencias sobre oráculos, brujería y magia es racional en términos de valores, el control de la exactitud del oráculo es racional en términos instrumentales. Los Azande han vivido mucho tiempo de este modo, y Evans-Pritchard mismo, por lo demás, dijo haber vivido un año y medio según esta misma racionalidad sin ningún inconveniente.

Volvamos al kirchnerismo, que ha durado bastante más que un año y medio, aunque menos que la cultura Azande, al menos por ahora. Ninguna crítica, por ejemplo, sobre el crecimiento exponencial del patrimonio presidencial merced a un exitosísimo ejercicio de la abogacía en Santa Cruz durante un par de años, ni sobre la colaboración de Alicia Kirchner durante la dictadura cívico-militar (conducta hoy prevista por el art. 227 bis del Código Penal), ni el recuerdo de la alianza Clarín-Kirchner hasta el 2007, o que el Procurador General dejara su cargo luego de que el Vicepresidente lo acusara de no haber hecho nada para detener una investigación judicial en su contra, ponen en duda las creencias kirchneristas, ya que las mismas se apoyan en otras creencias que acuden a su rescate, como por ejemplo que Clarín Miente (hay que tener en cuenta, sin embargo, que hasta Hitler alguna vez dijo la verdad, como por ejemplo que no había matado a los 20.000 oficiales e intelectuales polacos en los bosques de Katyn, sino que los alemanes los habían encontrado allí, y tenía razón, porque los habían matado los soviéticos, pero nadie le quiso creer a Hitler, lo cual era ciertamente más que comprensible, pero finalmente equivocado). Clarín Miente, sin embargo es racional instrumentalmente dados los valores kirchneristas. Recordemos que a nadie le gusta que le vengan a destruir su visión del mundo. 

Además, el kirchnerismo tiene o consulta a sus propios pollos, ya que no pocos juzgados federales, los cuales no están exentos al doble control Azande mediante la distinción entre Juzgados Federales de Primera Instancia y Cámaras de Apelación, han absuelto de toda sospecha a varios funcionarios públicos y a algunos ni siquiera los investiga (no olvidemos que ni siquiera Carlos Menem ha sido condenado por estos tribunales). Quizás las creencias kirchneristas descansan sobre consideraciones no tanto jurídicas o políticas sino económicas (aunque la inflación del veintipico por ciento anual difícilmente pueda ser considerado un logro, sobre todo si nos hace estallar por el aire) tales como el precio de la soja, sabio recordatorio de que seguimos tan atados a la naturaleza como otras culturas no occidentales.

Finalmente, un kirchnerista tendría toda la razón del mundo si dijera que no es tarea fácil deshacerse del coherentismo, ya que parece ser la única opción disponible entre el fundacionalismo y el escepticismo. No olvidemos que, v.g., el propio igualitarismo rawlsiano descansa sobre consideraciones metaéticas básicamente coherentistas, y no es de extrañar que existan incluso rawlsianos kirchneristas o kirchneristas rawlsianos. Criticar al kirchnerismo por ser coherentista puede ser un arma de doble filo.  


viernes, 19 de octubre de 2012

Música en Libertad


Ya que estamos discutiendo Libertad e Independencia, Triunvirato y Avenida de los Incas, un poco de música alusiva.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Creerás en Milagros


Uno de los miembros de La Causa nos comentó que hoy en el teórico de Filosofía del Derecho se produjo un fenómeno que merece ser compartido, y que, hay que decirlo, ha sucedido en otros años (y por esta misma época). Se trata del verdadero milagro de que figuren nombres, DNIs y firmas de personas en la lista de asistencia que sin embargo no estaban presentes en el curso. A decir verdad, ignoramos si en efecto pertenecen al curso, i.e. si están inscriptos en la materia, o no. Pero el hecho es que se produjo un milagro, una suspensión del ordenamiento natural según leyes, que según cierta teología es el fruto de una decisión divina, tanto la normatividad de dichas leyes naturales cuanto su suspensión milagrosa. Nuevamente, la duda que tenemos es si tenemos que ponernos en contacto con la Iglesia o con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, o la Facultad de Ciencias Exactas. Hay gente que pasa toda su vida sin poder ser testigos de un milagro. Hoy tuvieron lugar por lo menos diez, todos juntos.
Hay una alternativa a la explicación milagrosa, que es independiente del hecho de que pertenezcan o no al curso: hay quienes se hacen pasar por las personas mencionadas y por lo tanto nos vemos obligados, mejor dicho, tenemos la obligación, de avisarles a las mismas para que tomen las medidas pertinentes. Al menos que no vayan por la vida ignorando que hay gente que se hace pasar por ellos. 
Una tercera posibilidad es que hayamos asistido, irónicamente, a la comprobación de una instancia de lo que Carl Schmitt llamaba representación, que según algunos inexpertos es casi imposible: representar como hacer presente algo que está ausente (Verfassungslehre, p. 209). El parecido con la transubstanciación es innegable. 
Existe una cuarta posibilidad, que podría ser todavía independiente del hecho de que pertenezcan al curso: las personas en cuestión si bien no asistieron a clase pensaron que alguien estaba juntando firmas y por eso decidieron agregar generosamente las suyas literalmente a la lista. Quizás el título de la hoja: “Filosofía del Derecho, Miércoles 17/10/2012”, no por casualidad el día de la lealtad, les haya parecido una causa por la cual bien vale la pena dejar el anonimato de la impersonalidad y tomar partido por dicha causa. Por otro lado, ¿acaso no es el mismo acto básico el que corresponde a ambas acciones: juntar firmas y tomar asistencia? Sería un error muy fácil de entender. 
Una quinta posibilidad, que con sólo pensarla nos hace sentir escalofríos, pero debemos mencionarla: no podemos descartar en principio que hayan sido las mismas personas en cuestión y que pertenecen al curso las que hayan firmado a pesar de no haber "asistido" a la clase, al menos no en el caso focal de la actividad. Se trató de un caso de FFF: fueron, firmaron e inmediatamente se fueron, como en una película de Woody Allen, o como quizás en la película "Salto de Fe" (1992), una de cuyas escenas copiamos a continuación:


Humanidades y Ciencias Sociales


La nota que acabamos de subir (click) probablemente explica al menos en parte la opinión generalizada que los científicos como Sheldon Cooper tienen de las humanidades y las ciencias sociales:






martes, 16 de octubre de 2012

Paren las Rotativas





Al fin una novedad, una noticia urgente, que nadie conocía, contada por alguien que viene a gritar lo que otros callan, como decía Horacio Guarany. Se trata de una nota de Héctor Leis en La Nación de hoy, cuyo sorprendente título es: "La Argentina, un país peronista". No podemos resistir la tentación de adelantar y recomendar a la vez la extraordinaria, impensada y no menos sorprendente conclusión de la nota: "Hoy, la Argentina es un país peronista".


La Argentina y Brasil son países vecinos cuyas historias a veces se tocan. En 1930, hubo golpes cívico-militares en ambos países. Uriburu y Vargas fueron las cabezas de esos movimientos destituyentes contra presidentes electos. En 1980, en ocasión del 50° aniversario de esos hechos, la historia parecía estar igualmente próxima: había gobiernos militares de los dos lados de la frontera. Pero las apariencias engañan. Fui testigo de cuán diferentes son las culturas políticas de ambos países, de cómo proyectaban los hechos del pasado de forma diferente hacia el presente y transformaban, en última instancia, a la historia misma.

En 1980, exilado en Río de Janeiro, tuve la oportunidad de comparar la forma de hacer política de cada uno. En Brasil, la efeméride de 1930 no tuvo actos oficiales, pero fue recordada en varios eventos académicos. Curioso, asistí a un seminario. Aunque algunos de los conferencistas tenían posiciones antagónicas, el debate entre ellos y con el público transcurrió en total calma y, al final, todos aplaudieron. Al otro día los diarios publicaron notas para informar a sus lectores, y punto final. En la Argentina, no hubo actos académicos ni oficiales, por lo menos nada de ello fue noticia en los diarios. Pero el aniversario del golpe de Uriburu no pasó en blanco: ese día dos diferentes grupos de ancianos se dirigieron al cementerio de la Recoleta para homenajear a sus muertos. Pero los muertos no eran los mismos, de forma tal que cuando el azar quiso que se encontraran comenzaron a insultarse y acabaron agrediéndose a bastonazos. Hubo heridos, pero no de gravedad, por suerte los brazos de los sobrevivientes de los grupos que se enfrentaron en 1930 ya no tenían fuerza.

Es saludable para la vida de una nación que se recuerde y estudie el pasado. Pero en la Argentina el pasado no es apenas recordado, la furia de los sentimientos vividos se conserva intacta en los sobrevivientes y en gran parte de las nuevas generaciones. El viejo odio que dividía a los argentinos en el pasado se suma -muchas veces aleatoriamente- a los nuevos odios del presente, lo que genera un magma de profundo resentimiento que parece nunca tener fin.

Es deseable recordar el pasado para instruir el presente, pero no lo es vivir en el pasado ni permitir que el resentimiento de historias pretéritas se confunda con las percepciones del presente. Esta dinámica histórica perversa responde básicamente a dos circunstancias. Una es la incapacidad política y la falta de compasión de los argentinos para poner un fin a sus diversos pasados, para asumir y curar correctamente las heridas y los resentimientos que dejaron los conflictos que los enfrentaron en algún momento. La otra, que complementa e intensifica las heridas y los resentimientos mencionados, es el culto político a los muertos, en el que éstos son permanentemente invocados en público (aclaro al lector que la invocación, en privado, me parece un gesto de elevada espiritualidad).

Veamos dos ejemplos de profundo valor simbólico. No hace mucho, la Presidenta transformó el habitual juramento de "Que Dios y la Patria me lo demanden" en "Que Dios, la Patria y Él me lo demanden", aludiendo a su fallecido marido. Peor todavía lo hizo Vaca Narvaja, ex comandante de los Montoneros, cuando asumió recientemente un cargo de ministro en la provincia de Río Negro: "Juro por Dios, la Patria, Perón, Evita y los que ya no están, Néstor y el Gringo, y por los 30.000 desaparecidos, especialmente mi padre".

Los resentimientos vienen de muy atrás. El culto político de los muertos tiene apenas poco más de medio siglo, nació con la liturgia de la muerte de Evita y tuvo su apogeo en esta década, debido, sobre todo, a la particular construcción de la memoria de los años 70 por parte del kirchnerismo y del grupos de madres que responden a Hebe de Bonafini.

El resentimiento argentino explotó en el siglo XIX, en las llamadas guerras entre unitarios y federales. En el siglo XX, el drama se encarnó en las luchas entre el militarismo y el peronismo. Al igual que en el siglo anterior, las luchas entre estos dos sectores serán tan confusas como trágicas.

Las guerras civiles del siglo XIX (1814-1880) fueron teatro para centenas de batallas y millares de muertes violentas y atroces. Los enfrentamientos entre argentinos durante el siglo XX fueron menos cruentos, el país estaba un poco más civilizado, pero por momentos alcanzaron una ferocidad semejante. Esas luchas ocuparon también un gran espacio de tiempo: de 1930 a 1983 hubo una tensión permanente con fuertes estallidos de violencia acompañados de millares de muertes. Sus actores principales fueron las corrientes que nutrían al militarismo y al peronismo. Para algunos puede resultar difícil de aceptar, pero ambos movimientos nacieron del mismo tronco nacionalista, corporativo y caudillista en el que, en los años 30, convergieron numerosos grupos de civiles y militares preocupados por la pérdida de sus tradicionales bases de poder, fruto de la invasión de inmigrantes europeos y de la supuesta descaracterización del ser nacional.

El desprendimiento peronista del militarismo tuvo su primera señal de vida el 17 de octubre de 1945 y fue diferenciándose gradualmente hasta consumarse totalmente en 1955, con el golpe de Aramburu y el exilio y la proscripción de Perón. Poco importa si el proceso de diferenciación del peronismo fue fruto de una decisión libre o forzada de Perón, lo cierto es que las circunstancias lo llevaron a adaptar su herencia a las demandas de las masas de trabajadores urbanos y rurales. Gradualmente, el peronismo fue transformándose en un movimiento menos militar y más popular, pero igualmente caudillista y corporativo, como su antecedente. La figura de Evita soldó el peronismo a las masas, los lugares que los militares abandonaban al retirarse del escenario eran ocupados por los sindicalistas. La herencia del militarismo no puede ser negada por el peronismo. El propio Perón lo confirmó cuando, en 1971, declaró: "A los amigos, todo; a los enemigos, ni justicia". Los Montoneros, con su militarismo caudillista, dieron otra prueba contundente.

Por eso la lucha fue tan feroz y sólo podía terminar con la derrota total de alguno de los dos movimientos. En los 70, hubo también la intervención de una izquierda armada no peronista, pero fueron actores coadyuvantes del drama mayor. Lo mismo ocurrió con Alfonsín, que en 1983 creó la esperanza de una democracia plural. Pero el peronismo le demostró en poco tiempo que cuando él no gobierna no gobierna nadie.

La decadencia del militarismo debió bastante a los ingleses, pero no fue ése el factor decisivo. El militarismo cavó su fosa luchando contra la guerrilla del modo como luchó. Cuando el drama de los desaparecidos salió a la luz, la mayoría de los civiles aliados históricamente a los militares se retiró silenciosamente.

Los casi treinta años de democracia ininterrumpida muestran claramente que hoy el peronismo reina sin competencia, no existe nadie con capacidad de acción efectiva fuera de las urnas, ni tampoco líderes o partidos políticos que los amenacen en las urnas. Lo siento por los intelectuales que adhieren al uso irrestricto del adjetivo "destituyente". Da pena tener que llamarles la atención con una verdad obvia: cuando Cristina Kirchner se retire del gobierno (por el motivo que sea) no será sustituida por un ama de casa cacerolera de la Recolecta o por un productor agropecuario de Pergamino, y mucho menos por un gendarme o un general. La sustituirá otro peronista, que rendirá pleitesía de la misma manera a Perón y a Evita.

Como todo movimiento, el peronismo es un movimiento sin fronteras internas bien definidas. Muchos de los actuales kirchneristas apoyarán mañana al próximo gobierno sin vacilar. Hoy, la Argentina es un país peronista. Quizá de una forma más hegemónica de lo que era el conservadurismo liberal en 1880.

domingo, 14 de octubre de 2012

Ningún Estudioso del Talmud nace Chorro


"Footnote", muy buena película israelí, muy textual por suerte aunque curiosamente (pero no tanto, ya que trata sobre estudiosos del Talmud), que trata temas decisivos para las humanidades, como los valores y la formación de un canon, la diferencia entre la divulgación y la investigación, la influencia de la moda y de las instituciones en la investigación, cómo medir la producción de quienes se dedican a las humanidades, y finalmente la diferencia entre la interpretación y los usos de las obras. Por si fuera poco, el problema de la autoridad y el amor entre un padre y su hijo. De yapa, una muy buena crítica de la película en The Guardian.


viernes, 12 de octubre de 2012

Había Dos Opciones: la correcta y la mía. Yo elegí la mía


Sabbatella estuvo brillante al ser preguntado por qué, por razones digamos de ética política (por así decir), no renunció a su banca al aceptar el nombramiento en el AFSCA, contestando con sutileza: "había dos opciones, renunciar o pedir licencia. Yo pedí licencia" (casi al final del video). La verdad es que es irrefutable. Por un lado, es como si Hitler hubiese dicho: "había dos opciones: invadir Polonia o no invadir Polonia. Yo elegí invadir Polonia" (rogamos que nuestros lectores se concentren en la asimetría normativa de las opciones antes que en el contenido mismo de las opciones). O mejor, por las dudas: "había dos opciones: que la banca sea ocupada por alguien de forma de representar a los que votaron a la lista de forma que la diputación exista (y que justo asumiera el segundo que está en contra del kirchnerismo), o no. Yo elegí que no". Por el otro, nos hace acordar a cuando uno de los miembros de La Causa dividía el mundo entre los que les gusta El Gallo Claudio y los que no, y hasta ahora nadie lo pudo refutar. Aunque no va a faltar el que alegue que en realidad, primero habría que dividir el mundo entre los que conocen al Gallo Claudio y los que no. Es curioso, sin embargo, que Sabbatella en lugar de ser consciente de la obvia tautología que cometió (en el mejor de los casos), nos presenta sus alternativas como si se tratara de una decisión trágica, como la de Sophie en la famosa película en la que tiene que elegir a cuál de sus dos hijos salvar del exterminio. Sea como fuere, es imposible resistir la tentación de referirnos a otra película ("Hechizo de Luna"), mucho menos trágica y muchísimo más cómica en realidad, una de cuyas escenas ya habíamos usado en La Causa:





- Bien, Sr. Castorini, ¿qué piensa?
- 10,800 dólares [N. de la R.: en 1987!!!].
- Eso parece ser muchísimo.
- Miren, hay tres clases de caños. Está la clase de caños que Uds. tienen, y es basura, y Uds. pueden ver adónde los llevó. Después está el bronce, que es muy bueno, a menos que algo salga mal, y algo siempre sale mal. Y finalmente está el cobre, que el único caño que yo uso: cuesta plata, cuesta plata porque ahorra plata.
- Pienso que deberíamos seguir el consejo del Sr. Castorini, amor.

Coca argentina para el Mundo


Según el diario claramente opositor La Nación, la presidenta Cristina Kirchner nombró mediante un decreto a la acrtriz Isabel Sarli "Embajadora de la Cultura Popular Argentina" (aparentemente con rango de Subsecretaria de Estado) debido a que "la señora... es considerada una verdadera representante de la cultura nacional, tanto por sus dotes de actriz cinematográfica, como por estar considerada un icono popular de su época y una figura emblemática del cine argentino" y a que "siempre se ha destacado por su generosidad y honestidad, de lo que ha hecho un culto a lo largo de su trayectoria, siendo un verdadero ejemplo de fortaleza, valor y lealtad a un ideal". En resumen, se trata de "una figura insoslayable, a la hora de ensalzar los valores éticos y culturales, al representar la síntesis de la imagen que la República Argentina desea proyectar al mundo". Muy pocas veces sucede que generaciones enteras de argentinos podemos ponernos de acuerdo en que hay algo que nos representa característicamente tal como lo hace Isabel Sarli. Esperamos que ahora las Naciones Unidas (mediante UNICEF o la UNESCO quizás) sigan el ejemplo de nuestro país y la designen asimismo embajadora de cierta clase (dado que se trata de un ser humano, queda excluida la posibilidad de que sea declarada Patrimonio Común de la Humanidad, a pesar de que no pocas personas hayan seguramente considerado esa posibilidad, al menos en relación a parte de ella). Por lo demás, el caso de Isabel Sarli demuestra que el valor estético, por si hubiese quedado alguna duda, depende de ciertas condiciones sociales, tesis defendida por, entre otros, el prestigioso filósofo Joseph Raz.
Vaya entonces nuestro sincero homenaje para nuestra nueva Embajadora expresado mediante este video, una muestra cabal de su arte en su etapa madura o en el cenit de su carrera:


martes, 9 de octubre de 2012

Porky, El Pato Lucas y el Aborto no punible en Argentina


La discusión actual sobre el aborto en Argentina nos retrotrae a lo que un miembro de La Causa solía decir en sus clases en relación a uno de los pocos casos en los que el aborto está autorizado en Argentina ("si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente", art. 86, inc. 2). De hecho, nos enorgullece que este ejemplo forma parte de una aplicación de facebook, "La Sabiduría de Puán" (click), que transcribimos a continuación (sic):


'"La Ley en este país dice que el aborto se permite si la mujer es idiota y es violada. Me hace acordar a un capítulo en que Porki le compra un seguro al pato Lucas, en donde le pagan la casa si esta se le incendia un 29 de febrero, a las 5 de la tarde, le pasa un tren por encima y despues una manada de elefantes.. Porki firma justo un 29 de febrero a las 5 de la tarde y le pasa todo esto, entonces Lucas agrega rápidamente: y un corderito... y pasa el corderito tambien..." A. Rosler, Filosofía del Derecho'.


Le falta a esta reproducción, por no decir paráfrasis, el siguiente contexto. La ley argentina no exige que coincidan las alternativas de idiotez y demencia, ni tampoco que se refieran a la violación, y a pesar de ello algunos quiere interpretarla de modo coincidente o incluyente. Asimismo, es obvio que el docente había visto el episodio hace mucho años durante su más tierna infancia cuando no tuvo la mejor idea de usarlo en un teórico de Filosofía del Derecho, y de ahí la inexactitud de su relato del episodio. Gracias a la magia de You Tube (y a Pedro Caminos que nos hizo ver que You Tube contiene este video, amén de que nos hizo saber que él también lo usa en sus clases, vaya uno a saber con qué fines), hoy podemos transcribir el episodio entero en cuestión y llamar las cosas por su nombre:



domingo, 7 de octubre de 2012

Constitución y Política (o Alberdi y Sarmiento, otra vez)




Hace muy poco (click) nos llamó la atención el parecido de una reflexión de San Hilario (mencionada por Sarmiento en sus Comentarios a la Constitución de la Confederación Argentina, que acaba de publicar Editorial Hydra, mééééééé otra vez) con cierto aspecto de nuestra realidad política. Ahora es una reflexión de Alberdi, el padre de la criatura hiperpresidencialista, en su respuesta a dichos Comentarios, la que nos llama la atención por su relevancia actual (y no precisamente por el tren bala): "Decir que la cuestión de organización se encarna en un nombre propio es personalizar la ley fundamental, es darle nombre y apellido para hacerla odiosa de un partido: política aldeana, pobrísima, estéril, que mantiene hasta hoy a la América española tan atrasada como el día en que salió de manos del gobierno colonial. Incapaz de elevarse a la altura de lo impersonal, de lo objetivo, de lo general, esa política todo lo ve por el lado de la persona. No hay para ella institución, interés, ley, sistema que no se llame Juan o Pedro. Pone a un ferrocarril, a un banco, a lo más útil, nombre y apellido, y con eso sólo rehabilita la carreta de bueyes en las simpatías estúpidas del espíritu de facción, que prefiere andar a cuatro pies por no valerse de un camino de fierro construido por un antagonista político" (op. cit., pp. 344-5).

jueves, 4 de octubre de 2012

(Algunos) Militantes, eran los de antes




El siguiente párrafo de san Hilario, que Sarmiento usa en sus Comentarios a la Constitución de la Confederación Argentina (que junto con su debate con Alberdi Editorial Hydra acaba de editar: Constitución y Política, con prólogo de N. Botana, mééééééééé), mutatis mutandis, parece ser una descripción no sólo de la conducta de la "militancia" de la época de san Hilario, sino de una parte de la actual:

‘“Debemos gemir”, decía san Hilario, “del error de nuestro tiempo, por donde se cree que Dios necesita de la protección de los hombres y por el cual se solicita el poder del siglo para defender la Iglesia de Jesucristo. Yo os ruego, a vosotros que os creéis ser obispos, me digáis, ¿de qué apoyo se sirvieron los apóstoles para predicar el evangelio? ¿Qué potencias les ayudaron a anunciar a Jesucristo y a hacer pasar casi todas las naciones de la idolatría al culto de Dios? ¿Acaso san Pablo formaba la Iglesia de Jesucristo con edictos del emperador? ¿O los sostenían la protección de Nerón, Vespasiano o Decio, cuyo odio hizo latente el lustre de la doctrina celeste? […]. Pero ahora, ¡ah!, ventajas humanas hacen recomendable la fe divina, y tratando de autorizar el nombre de Jesucristo, se hace creer que es débil por sí mismo. La Iglesia amenaza con destierro y prisiones y quiere hacerse creer por fuerza, después de que ella se ha fortificado por los destierros y las prisiones. Ella se glorifica de verse favorecida por el mundo, después que no pudo ser de Jesucristo, sin ser del mundo aborrecida […]. He aquí la Iglesia en comparación con aquella que nos había sido confiada y que nosotros dejamos perder’ (p. 117).