sábado, 9 de abril de 2016

La Historia nos asiste



Los Dioses nos sonríen. Mempo Giardinelli, a pesar de, o precisamente debido a, la debacle popular causada por el triunfo del macrismo, continúa publicando sus extraordinarias columnas en Página 12, las cuales siempre nos dejan pensando.

Como es de costumbre, MG arranca con una gran verdad, aunque quizás no tan grande como la nuestra, como le solía decir Mario Mactas a Rolando Hanglin en “El Gato y el Zorro”: “el Gobierno y los grandes medios le mienten a la sociedad” (click). En realidad, que los grandes medios le mientan a la sociedad no es exactamente una novedad. Eso es precisamente lo que hacen los grandes medios. Lo que es indudablemente una noticia es que el Gobierno mienta. Si hay algo que caracterizó al kirchnerismo a lo largo de la muy bien llamada década ganada es que jamás le mintió a la sociedad. Otra gran verdad es que López y Báez son perseguidos por los grandes medios, una verdad tan grande que nos exime de referirnos a ella. 

Sin embargo, no es la mentira lo que más le preocupa a MG, sino “cómo gran parte de los argentinos tragan inadvertidamente tantas galletitas envenenadas”. La explicación de este hecho es muy simple. En primer lugar, el Gobierno anterior quizás repartía galletitas pero sin veneno. En segundo lugar, ahora la gente se sirve estas galletitas envenenadas inadvertidamente, es decir, precisamente porque no se da cuenta. La gran pregunta entonces es por qué la gente no advierte el veneno que contienen las galletitas. La respuesta de MG: se debe a “esa ingenuidad ancestral de todos los pueblos”. 

No podríamos estar más de acuerdo con MG. La gente es ingenua amén de estar “manipulada mediáticamente”. La única duda que nos surge, y que solamente expresamos en aras de la argumentación y/o por mera curiosidad científica, es por qué la ingenuidad emerge (y la manipulación mediática influye), v.g., ahora, pero no en los últimos doce años. Quizás en una nota subsiguiente MG aclare este punto. 

También nos llama la atención a qué apunta MG cuando dice que “todos estos mismos que hoy gobiernan esta república” estuvieron “en contra” de “la educación pública”, “el divorcio”, “el matrimonio igualitario”, etc. ¿Será que MG está sugiriendo que la Iglesia Católica gobierna hoy la república?

Sin embargo, la tesis más provocadora que defiende MG en esta nota es que “el presente argentino implica… el retorno en muchos aspectos a los viejos, malignos tiempos de la dictadura”. Que el gobierno de Macri sea una dictadura no es exactamente una novedad. Lo fascinante de la posición de MG es que han vuelto los “tiempos de la dictadura” sin que esto implique que “la dictadura retorne", ya que Macri, por increíble que parezca, ha triunfado “gracias al voto mayoritario”.

Es natural que una tesis fascinante como la de MG nos deje perplejos: hemos vuelto a los tiempos de X, pero X no ha vuelto. ¿Qué quiere decir MG con esto? En primer lugar, habría que reconocer que lo que dice MG, como siempre, es absolutamente cierto. Cuando uno viaja a Miramar, por ejemplo, uno retorna a dicha ciudad, al menos si ya había ido antes, sin que la ciudad retorne, ya que las ciudades no viajan. Claro que, obviamente, la dictadura no es una ciudad. 

En segundo lugar, si lo único que queda de la dictadura es su época pero no la dictadura, en el fondo, a pesar de que nos parezca que Macri es un dictador, en realidad no lo es. Por el contrario, lo que está diciendo MG es que hemos vuelto a los 70 pero sin la dictadura, que fue precisamente lo peor que nos pasó en esa época. Es como si MG dijera que hemos vuelto a los 30 pero sin el nazismo. Es difícil no concluir que hicimos negocio. A su modo, y por extraño que parezca, entonces, en lugar de criticar al gobierno de Macri, MG en realidad lo está defendiendo.

Así y todo, es difícil no concluir que MG está criticando a Macri después de todo. En efecto, ¿qué sentido tendría, si no, decir que “los programas de ajuste siempre, en todos los tiempos y todas las sociedades, más temprano que tarde son rechazados por los pueblos”, y/o que “nos asiste la Historia, ese frondoso muestrario de que los conservadores, los retrógrados, los neoliberales y los reaccionarios detona laya, a la larga, siempre, siempre, son los que pierden”? 

Lo que resulta increíble, sin embargo, es el esfuerzo que ponen los dictadores como Macri (asumiendo que se trata de un dictador, algo que MG mismo pone en duda) en tratar de dominar a los pueblos. No se dan cuenta de que sus esfuerzos están destinados al fracaso. Allá ellos. Para nosotros, es un gran alivio saber que a la larga el pueblo siempre gana. En realidad, a veces nos preguntamos para qué nos hacemos tanta mala sangre. Sea como fuere, tenemos la enorme suerte de que MG continúa escribiendo sus redundantes, aunque siempre provocadoras, columnas.

1 comentario:

  1. Ante la restauraciòn de la democracia dirigida por la Santa Madre, la pregunta que haríamos quienes todavìa pensamos en la Repùblica al gran Catòn es acaso, algo parecido, como si, digo,... ¡quièn se acuerda donde guardaron la victoria?...

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