sábado, 12 de julio de 2014

Shakespeare y Mascherano

Después de ver el partido que jugó Mascherano contra Holanda  (Pensamiento Nacional y Fútbol) nos vino a la mente una frase de Terry Eagleton: "Aunque es difícil encontrar evidencia concluyente, es difícil leer a Shakespeare sin sentir que él estaba casi ciertamente familiarizado con los escritos de Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, Wittgenstein y Derrida" (William Shakespeare, Oxford, 1986, pp. ix-x).

La asociación es obvia. En efecto, si bien para la saga de obras históricas sobre Inglaterra Shakespeare se basó fundamentalmente en las Chronicles (1582) de Raphael Hollinshed (1582) y The Union of the Two Noble and Illustre Families of Lancaster and York (1548) de Edward Hall, y aunque no es fácil encontrar evidencia concluyente otra vez, es imposible que Shakespeare haya podido escribir Enrique V, por ejemplo, escenas tales como la recordada toma de Harfleur en el III Acto con su afamada arenga ("Unce more unto the Breach") y sobre todo la escena de la arenga de Agincourt en el IV Acto, sin haber estado familiarizado con el juego de Mascherano no sólo contra Holanda sino además contra Alemania.

Es que el parecido entre el cansancio y lesiones de unos y el favoritismo de otros (Alemania paga el doble que Argentina en las apuestas), así como el parecido de las arengas, son innegables. La única diferencia, esperemos, es la notoria superioridad numérica del rival. ¿O acaso hay algo que Shakespeare sabe y nosotros no, y está tratando de decírnoslo?

Por si estas consideraciones parecen exageradas, basta recordar la escena correspondiente a la arenga de Agincourt en la versión cinematográfica de Enrique V de Kenneth Branagh:




¿Se habrá basado Shakespeare también en Mascherano para escribir la escena de la vigilia antes de Agincourt, cuando Enrique (V, no el del pase-gol a Maradona) se hace pasar por una persona desconocida, para sondear la moral de sus soldados? Quizás Mascherano hará otro tanto mañana, y de ahí la inspiración de Shakespeare.

Veremos si Mascherano termina igual que Enrique. Ya falta poco para averiguarlo. Quién sabe, si jugamos otra vez como Clarín...
   


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