[ATENCIÓN: DEBIDO A LAS QUEJAS RECIBIDAS COMO RESULTADO DE LA LECTURA DE LA PRIMERA E INADVERTIDA EDICIÓN DE ESTA ENTRADA, NOS VEMOS OBLIGADOS A ADVERTIR QUE LA ENTRADA SIGUIENTE CONTIENE PÁRRAFOS DE FORSTERISMO EXPLÍCITO]
Según el Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional (SCEPN), el futbol es una elocuente expresión de la sociedad. En él, a través de él, se ponen de manifiesto los valores de una época, sus pretensiones y sus desmesuras, sus sueños locos y la eternización del instante (El fútbol, el negocio y una pared con la historia).
De ahí que sea muy revelador el hecho de que, tal como dice Forster, nuestra Selección, obedeciendo a intereses mezquinos, se ha convertido en un equipo que juega a no perder, como si cualquier riesgo pudiera concluir en catástrofe.
En efecto, como dice Forster con toda razón, la Selección ha elegido la lógica del ajuste, la contención y el conservadurismo. En la estructura del equipo de Sabella revolotea un espectro de miedos ancestrales y de memorias salidas de oscuras frustraciones, cierto pánico conservador, el miedo al fracaso, el miedo a tomar riesgos que ha condicionado a Messi y compañía.
Según Forster, Sabella ha privilegiado el fútbol-capital, el de los cultores del pragmatismo y la eficiencia, de aquellos que contabilizan en el haber de sus ganancias sólo aquello que se transforma en éxito, ya que en ellos impera el reino de la rentabilidad, la calculabilidad del avaro que lo único que quiere es gozar de su riqueza.
Del otro lado, queda el genuino disfrute nacional y popular de lo que desde siempre guarda el futbol-juego para aquellos que simplemente se dejan acariciar por su insuperable estética, ese quiebre de la cintura que parece inútil y excesivo pero que representa la utopía de la infancia recobrada, un fútbol que guarda en su interior la alquimia de gambetas, aventura lúdica, toma de riesgo y confianza en el genio inigualable de un diez salido de la saga de lo mejor de nuestra historia futbolera.
En otras palabras, según Forster, jugar con cuatro defensores y al menos dos o tres mediocampistas de contención no expresa otra cosa que el pánico escénico unido a la más plena inseguridad, una reivindicación de los sistemas y de los cerrojos, mediante los cuales el genio individual queda subordinado a la fuerza colectiva.
Para concluir con Forster, Sabella ha quedado contaminado por lo que los grandes medios de comunicación dicen sobre el país y su irreparable infortunio; como si una condena previamente escrita lo hubiese condicionado y atenazado pese a tener la mejor delantera de los últimos años.
Ahora falta preguntarle a la gente qué equipo prefiere, o cuál la representa más. ¿Uno corporativo, conservador, capitalista, aburguesado, con aversión al riesgo, o uno nacional y popular, utópico, progresista, expresivista y estético? Mientras tanto, llegamos a la final y el país está loco de contento.
Sabe de futbol tambien Ricardo?
ResponderEliminarMás que de filosofía quizás.
ResponderEliminarBuen punto. En todo caso, no se que es mas preocupante...
ResponderEliminarEn realidad, tampoco es un destacado comentarista de fútbol. Sobre qué es más preocupante, en nuestro país creo que es mucho más preocupante que Forster ni siquiera entienda de fútbol.
ResponderEliminarEn realidad, tampoco es un destacado comentarista de fútbol. Sobre qué es más preocupante, en nuestro país creo que es mucho más preocupante que Forster ni siquiera entienda de fútbol.
ResponderEliminarAhora que se va Sabella, lo veo a Forster como dt de la seleccion, tal vez con Pichetto como ayudante de campo! Este ultimo un gran conocedor de las costumbres de cada pais. Un gran aporte a lo hora de estudiar al rival y sus tacticas, por ejemplo como afecta a los alemanes-musulmanes el ramadan, los habitos de entrenamiento de los vagos senegales, etc...
ResponderEliminarDigan lo que digan, el gobierno no va a poder capitalizar cualquier eventual triunfo de nuestra selección, puesto que si lo hace, el juez Griesa se lo va a embargar.
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