lunes, 23 de junio de 2014

Maradona, Max Weber y el Desencantamiento del Mundo



Muy recientemente hemos tratado la polémica Grondona vs. Maradona (Maradona es sagrado). Sin embargo, la Carta Abierta de Maradona en respuesta a la severa acusación de Grondona ha cambiado el eje de la discusión (click). En efecto, según Maradona, Grondona es un perverso, y la razón de la perversión es que Maradona jamás deseó que a la Selección le fuera mal. Nunca pensábamos que iba a llegar el día, pero nos vemos en la obligación en este caso de salir en defensa de Grondona, al menos conceptualmente.

En primer lugar, Grondona jamás puso en duda el aporte de Maradona a la Selección como jugador. Lo que está sobre el tapete ahora es si Maradona como espectador afecta o no el rendimiento de la Selección.

En segundo lugar, la sugerencia de Maradona según la cual su polémica con Grondona representa a su vez el combate entre una nueva América Latina y “los poderes que manipulan el mundo” es inapropiada. En efecto, Grondona ha estado y estará con todos los regímenes políticos, desde los militares hasta los nacionales y populares como el actual en nuestro país (Maradona mismo ha sido generoso en su apoyo a gobiernos tan diferentes como el de Menem y el de Fidel Castro).

En tercer lugar, y aquí está el meollo de la cuestión, ser mufa no es una noción práctica como supone Maradona, sino simplemente ontológica. En efecto, la acusación de Grondona—y acá estamos reconstruyendo su posición de un modo que suponemos Grondona aceptaría—no se refiere a los deseos o actos de Maradona como espectador, sino a lo que Maradona es, i.e. según Grondona su sola presencia en el mismo estadio en el que juega la Selección es perjudicial para la misma. Muchos mufas de hecho han jurado por lo más sagrado que no desean ser perjudiciales ni mucho menos, y jamás eso hizo diferencia alguna. Dicho sea de paso, sería una interesante discusión si un mufa a su ontología podría agregar algo mediante sus estados mentales, v.g. si un mufa pudiera ser peor que otro debido a que además desea que le fuera mal a aquello sobre lo que proyecta la mufa.

Por lo demás, es curioso que Maradona no respondiera con un cambio de paradigma por así decir, atacando a la noción misma de ser mufa, ya que por momentos daría la impresión de que una noción tan común en el campo de las ciencias sociales como la del desencantamiento del mundo popularizada por Max Weber no hubiese llegado aún al ámbito de la Selección Argentina.  

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