viernes, 15 de agosto de 2014

Pero Terrorista, Che



Como si no tuviéramos suficientes problemas, ahora somos el blanco de ataques terroristas. En efecto, anoche, la Presidenta de la República se dirigió al país por Cadena Nacional finalmente, y tal como lo exige la insaciable oposición, de acuerdo con lo que exige la ley, es decir, en ocasión de una situación grave o excepcional. Después de todo, no todos los días un país es blanco de ataques terroristas. De ahí que a la Presidenta no le quedó otra alternativa que hablar por Cadena Nacional y solicitar la aplicación de la así llamada ley antiterrorista en contra de la imprenta estadounidense Donnelley (click).

Seguramente, la misma insaciable oposición se expresará, cuándo no, en contra de semejante decisión. Es más, algunos socarronamente recordarán que a quienes desconfiaban de la ley antiterrorista al momento de su sanción, el kirchnerismo los tranquilizaba diciendo que se trataba de una ley que jamás iba a ser aplicada. Era sólo una concesión al GAFI. En defensa del Gobierno debemos decir que cumplió con su palabra. Fue un aliado del Gobierno Nacional, i.e. el Gobierno de Santiago del Estero, el único que hasta ayer al menos había aplicado la ley y lo hizo contra un periodista que cubría una huelga de policías. Sólo quienes defienden la libertad de prensa o algún otro derecho constitucional podrían oponerse a tan sabia decisión. Además, el periodista en cuestión sólo estuvo preso diez días por eso. 

Por otro lado, quizás el Gobierno realmente creía que jamás iba a ser necesario aplicar la ley. Sin embargo, si aparece una empresa terrorista, como efectivamente lo es Donnelley, ¿acaso el Gobierno sólo por principios iba a negarse a aplicarle una ley antiterrorista que tiene precisamente a disposición?

Nuestra única duda gira alrededor de la tipificación del delito de terrorismo, como dicen los penalistas. En efecto, repasemos la ley en cuestión, particularmente el artículo aplicable al caso:

"Artículo 213 ter.- Se impondrá reclusión o prisión de CINCO (5) a VEINTE (20) años al que tomare parte de una asociación ilícita cuyo propósito sea, mediante la comisión de delitos, aterrorizar a la población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo, siempre que ella reúna las siguientes características:
a) Tener un plan de acción destinado a la propagación del odio étnico, religioso o político;
b) Estar organizada en redes operativas internacionales;
c) Disponer de armas de guerra, explosivos, agentes químicos o bacteriológicos o cualquier otro medio idóneo para poner en peligro la vida o la integridad de un número indeterminado de personas".

No hay dudas de quién es el autor del delito, i.e. Donnelly opera mediante una red internacional, y quién sabe quizás hasta tenga un plan de acción destinado a la propagación del odio político contra el pueblo argentino, qué decir de las armas de las que dispone para poner en peligro nuestra vida. Nuestra única duda es sobre la acción tipificada. ¿La Presidenta cree que Donnelly se propone (a) aterrorizar a la población, o (b) obligar al gobierno a realizar un acto o abstenerse de hacerlo? 

Si se tratara de (a), alguien podría sostener que otro tanto se aplicaría, v.g., a Ignacio Copani y sus canciones, qué decir de varias de-por no decir todas-las emisiones de 678, y quizás gran parte de la política económica del Gobierno. Pero si se tratara en realidad de (b), la dificultad sería aún mayor. Por un lado, no nos engañemos, la Presidenta no quiso darse ínfulas, pero es obvio que el terrorismo internacional quiere derrocar al Gobierno del Pueblo. No hace falta ser un científico especializado en cohetes para darse cuenta de eso. Pero por el otro lado, da la impresión de que se trata de terroristas muy especiales. En efecto, se trata de terroristas tan estúpidos que se olvidaron de anunciar públicamente qué es exactamente lo que el Gobierno debe hacer u omitir para que dejen de aterrorizarnos. Aunque no debemos descartar una escalofriante hipótesis: se trata de terroristas tan diabólicos que ni siquiera dicen cuáles son sus condiciones. Sólo quieren provocar terror.

En realidad, finalmente, lo que quieren estos terroristas es obvio, ni siquiera tienen que anunciarlo. Quieren que le paguemos a los buitres. Que semejantes tecnicismos entonces no impidan que el fuero penal federal cumpla con su trabajo.


N. de la R.: a quienes el título de la entrada no les resulte familiar (i.e. a todos aquellos menores de 50 años por lo menos) les recomendamos ver desde 11:25 de esta versión de "Así es la Vida", con Luis Sandrini y Andrés Percivale.
         

No hay comentarios:

Publicar un comentario