Al fin comienza a verse la luz al final del túnel. El camino para la declaración de la constitucionalidad ya está despejado, la democracia ha triunfado gracias al último fallo de primera instancia. El problema es que la estrategia del gobierno fue obviamente que Clarín Miente, antes que Clarín tiene un monopolio (al menos nosotros no vimos al Vicepresidente o al Secretario de Comercio vistiendo una remera o repartiendo medias con la leyenda "Clarín es un Monopolio"). El sentido de una ley antimonopólica consiste en democratizar la formación de la opinión pública, incluso en el caso de que un monopolio dijera la verdad. Que el monopolio mienta en realidad es indistinto. Ojalá que por las mismas razones no exista una concentración de medios oficialista (aunque podemos quedarnos tranquilos al respecto: canal 2, 5, 9, 11, América, 26, Tiempo Argentino, Miradas al Sur, Diario Registrado, Veintitrés, etc. (sobre la TV y la Radio Pública no tiene sentido hablar), todos juntos, no calientan ni un preso, como diría el semiólogo Jorge Corona).
Por otro lado, es de público conocimiento que Cristina sacó el 54 % de los votos a pesar de contar con todo el monopolio en su contra, por lo cual la estrategia de mostrarse como una víctima de grandes corporaciones en realidad hace quedar a Clarín como el proverbial Lobo Sureño, que mostramos más abajo, que trata de cometer acciones malvadas, o que comete dichas acciones, y sin embargo el resultado es siempre contraproducente, y al gobierno lo hace quedar como Droopy, un supuesto pequeño perrito pastor que triunfa siempre contra las malvadas corporaciones, pero que en realidad necesita de un Lobo Sureño. El Lobo Sureño, sin duda, ha hecho tambalear varios gobiernos, con unas pocas tapas de su diario. Pero ya van miles de tapas y sin embargo este gobierno, por suerte, sigue tan fuerte como antes.
En realidad, se trata de un discurso insostenible: suponiendo que el gobierno estuviera comprometido en una lucha contra las corporaciones, ¿cómo hace el gobierno, cuya acción política gira esencialmente alrededor de una sola persona, para sostenerse en semejante lucha desigual? Para tener éxito en semejante lucha, es obvio que debe apoyarse en algunas corporaciones para mantener a raya a las demás, y la cuestión es cuáles son las corporaciones en las que se apoya el gobierno. Una lucha del pueblo contra las corporaciones puede sonar atractiva y pudo haber explicado lo sucedido en Francia a fines del siglo XVIII (y en ese caso el pueblo se alzó contra la monarquía y las corporaciones), pero no en la Argentina de comienzos del siglo XXII. En todo caso, si el gobierno ahora insistiera con que "Clarín Miente", no lo podría atribuir a que Clarín tiene un monopolio, en cuyo caso se quedaría sin adversario y su discurso quedaría vacío. Sea como fuere, al menos ya no vamos a oír hablar de Clarín. No es poco.
Para quienes quieran apreciar o no quieran perderse el acento sureño del lobo:
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