Un comentario de Diego Singer a la entrada anterior provocó que nos pusiéramos a pensar sobre el “spot” acerca de las Malvinas. El spot es inapropiado, pero no tanto por la mezcla de la política y el derecho con el deporte, ni tampoco porque el deporte no es una actividad seria. Por lo demás, quizás el spot logre emocionar a muchos--aunque lo que más importa es que ayude a que la política internacional sobre las islas llegue a buen puerto y no que predique para el coro.
El problema en realidad es que como metáfora el deporte o cualquier otra actividad competitiva sugiere que hay dos partes enfrentadas y que ganará el mejor en la medida en que respete las reglas constitutivas y regulativas de la actividad correspondiente. Dado que nadie tiene un deber de dejarse ganar, sino todo lo contrario, el resultado de la competencia constituye a quién se entrega el trofeo en disputa. Esta asimilación de la competencia con el conflicto sobre las Malvinas habría sido apropiada en la época de la guerra regular o de la guerra solemne, es decir, la época en la que guerra era una actividad competitiva entre otras y que era una opción válida para la política internacional. Es obvio que si aplicáramos a las Malvinas este modelo, las mismas le pertenecerían a Gran Bretaña, ya que las ganó y recuperó precisamente mediante una guerra.
En realidad, una metáfora apropiada para ilustrar el reclamo argentino sobre las Malvinas no es la simetría del deporte sino la asimetría de un reclamo por un derecho acompañado por un deber por parte de Gran Bretaña de devolver las islas. En efecto, nuestra habitual queja por el comportamiento de Gran Bretaña deriva de nuestra creencia en que Gran Bretaña no tiene derecho siquiera a competir por las Malvinas, es más, creemos que Gran Bretaña viola el derecho internacional, y por lo tanto Argentina no está dispuesta a someter a una competencia su derecho sobre las islas. De ahí que la metáfora competitiva, deportiva u olímpica sólo puede prestarse a malentendidos. ¿Se sigue de aquí que un spot que retratara a Gran Bretaña como un pirata sería más apropiado? Esperemos que nuestros creativos se resistan a caer en la tentación y al menos se dejen asesorar por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Comencemos por el acuerdo: el spot es poco feliz, quizás no inapropiado, si lo que intentaba hacer era alimentar cierta sensibilidad nacionalista. Sabemos que después de la guerra el deporte aglutina chauvinismos varios (pensemos por ejemplo en Los Pumas llorando mientras cantan el himno y dejando toda la "garra argentina" en la cancha).
ResponderEliminarLuego algunos diferendos:
a) Sobre la simetría en la competencia deportiva. Por supuesto que hay un conjunto de reglas para las competencias deportivas y no solamente eso, ellas tienden a que los competidores estén en "igualdad de condiciones", establecen por ejemplo categorías de peso para el box, no sólo golpes permitidos y prohibidos.
Pero esto no alcanza para que la simetría sea realmente tal. Siempre hay parcialidades más o menos entrenadas, con mayor o menor presupuesto, con un jugador clave lesionado, etc. Sigamos con la analogía de la guerra, aún cuando haya reglas que ambas partes respeten (nada de golpes bajos) hay ejércitos más o menos poderosos y organizados. Creo que hay algo de eso en el spot. El recuerdo del entrenamiento de Rocky fue inevitable.
http://www.youtube.com/watch?v=IwvoTDoO9Hg&feature=fvwrel
Todos los que vimos Rocky IV sabíamos que Drago era más fuerte que Rocky, no sólo tenía una ventaja en la tecnología del entrenamiento. Uno de los mensajes del spot podría ser "aún con la desventaja que tenemos, vamos a ponerle toda la garra". Señales de eso son la vestimenta "amateur" del deportista profesional, por supuesto la música con tintes épicos.´
Entonces: aunque en la competencia deportiva hay simetría, esta nunca es completa y si se acentúan los rasgos asimétricos, sirve para plantear una competencia que, aún con desventaja se puede llevar adelante. (Todas las películas donde hay una competencia y un ganador saben que hay que pasar por la etapa de "la lucha está perdida" para que la voluntad del héroe aparezca como la real causa del triunfo).
b) Sobre la relación del deporte y la política. Podríamos afirmar que el deporte es la continuación de la política por otros medios. Alrededor de los Juegos Olímpicos sobran ejemplos, como los celebrados durante el Tercer Reich, o la competencia (que muestran Drago y Rocky) entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En este sentido, tanto la imposibilidad de la guerra real (porque se perdió y se volvería a perder en nuestro caso, o porque no se podía llevar a cabo durante la guerra fría, como la asociación del deporte internacional con el chauvinismo, hacen de la arena deportiva, una metáfora más que interesante para las cuestiones de soberanía que no pueden tramitarse por otros medios.
c)Se nos podría decir (y acá entramos al área chica) que en el caso de la competencia deportiva se acepta de todas maneras la competencia bajo determinadas reglas y contemplando cierta simetría. Y que Argentina justamente no acepta esa simetría y "descalifica" a Gran Bretaña por no ajustarse a derecho. Pero ese argumento es válido solamente si entendemos que la disputa se juega únicamente en el terreno del derecho internacional. Y aunque Argentina lo afirme (porque conviene a su juego) esto es sólo parcialmente cierto. Si así fuera, Gran Bretaña estaría efectivamente descalificada y Argentina entraría triunfante a construir la Nueva Acrópolis en tierra malvinense. ¿Cuál es entonces la arena en la que esta competencia se lleva adelante y qué status tienen sus participantes?
ResponderEliminarEl status de Estado soberano por supuesto (la simetría) y el haber aceptado en general el derecho internacional vigente, en este sentido pueden "competir" como en una justa deportiva. Pero la competencia no se juega simplemente con las reglas de ese derecho que dicen aceptar. Más bien tenemos que entender que en la disputa por el trofeo, el derecho internacional es una carta fuerte y los destructores y cazas de Gran Bretaña son otra todavía más grande.
Argentina puede quizás ganar la lucha si suma a sus razones de derecho, una fuerza simbólica que la posición de debilidad ayuda a fortalecer. El débil no gana la pulseada porque el derecho le de la razón, sino cuando su figura de "justicia" sumada a su desventaja en la fuerza se unen para hacer demasiado costoso el símbolo que se construye como opresor (injusto y poderoso) en ese enfrentamiento.
"¿Se sigue de aquí que un spot que retratara a Gran Bretaña como un pirata sería más apropiado?"
Sin duda, lo que decís Diego tiene sentido. Pero nuestro punto es que el régimen jurídico contemporáneo prohíbe la guerra y sólo concede inmunidad legal a quien comete un acto de guerra--lo cual bien puede ser contradictorio. Lo que está fuera de discusión es que la guerra según el derecho internacional vigente está prohibida precisamente porque es un combate entre pares. Respecto de EE.UU. y la ex URSS, estaban en guerra, más o menos directa, al momento de los Juegos Olímpicos, y como Argentina y Gran Bretaña ya no lo están, esperamos, no es el mejor ejemplo. Finalmente, desde el punto de vista del derecho internacional los Estados no compiten entre sí sino que están sometidos precisamente al derecho internacional. Del hecho de que todavía no logró hacer valer su derecho no se sigue que no sea una cuestión jurídica y/o que la política deba seguir al derecho. Sería mejor que Argentina hiciera clips que en lugar de motivar a sus propios ciudadanos lograra motivar al resto del mundo, sobre todo los que todavía no aceptan su reclamo de soberanía. Por ejemplo, un clip que mostrara que Gran Bretaña no cumple con la Resolución de la ONU que insta a las partes a discutir la soberanía.
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