viernes, 18 de mayo de 2012

Autoridad moral (II)






Las críticas que ahora recibe Jorge Lanata son muy similares a las que, v.g., recibió la Presidenta por parte de Macri (click), y que giran alrededor del siguiente punto: no tiene autoridad moral para hablar de ciertos temas—o de ninguno. Por lo tanto, se le aplica lo mismo que al caso anterior: el argumento de la (falta de) autoridad moral es irrelevante (ya es un clásico por lo demás del blog el problema bíblico de tirar la primera piedra: click). Para mostrar dicha irrelevancia, una típica reducción al absurdo: supongamos que alguien cometió la peor de las inmoralidades (v.g. un genocidio). ¿Se sigue de ahí que no tiene siquiera derecho a opinar, incluso mientras espera su condena a muerte si es que correspondiera? ¿Estamos seguros de que Hitler mismo siempre mintió? ¿Acaso Hitler fue un genocida por la forma en que actuaba, o la forma de lo que decía, o las fuentes en la que se inspiraba, o lisa y llanamente porque cometió acciones genocidas? El problema con Lanata en realidad es que el programa de TV (y probablemente lo mismo suceda con el de radio) ofrece mucho menos de lo que había prometido. Había empezado bien haciendo hincapié en el patrimonio de algunos funcionarios. Pero ahora parece creer que es un grave defecto del Secretario Moreno no hablar bien portugués, o que hay muchos tweeteros falsos—si eso es todo lo que un acérrimo opositor puede mostrar del gobierno, este último debería sentirse orgulloso. Es la mejor propaganda que se le puede hacer.

1 comentario:

  1. Del hecho de que alguien cometa genocido "se sigue" que va preso un rato largo, tal vez el resto de su vida. Y no solamente ha cometido un delito contra toda la humanidad, sino que se podría decir que ha dañado la sensibildad humana. Es por lo menos difícil no "seguir" de esto que también no tiene derecho a la opinión en asuntos morales. Pero lo que resulta más interesante aún es el hecho de pensar por qué inmediatamente se cree que una persona que ha cometido un delito moral no tiene autoridad para expedirse en temas de igual índole. Una posibildad es que esa persona es un ser totalmente inmoral, incapaz de proferir una sola idea moralmente correcta; carece de esa facultad, o bien, que ha sido probada su extrema falibilidad en dicho ámbito. O tal vez uno está acostumbrado a ver "personas" antes que hechos o acciones, con lo cual la persona que comete una falta grave produce rechazo, deja de ser creíble, deja de tener alguna autoridad. Tal vez ver "personas" morales sea un rasgo cultural inmaduro. Puede ser.

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